EL conflicto territorial entre Venezuela y Guyana, analisis desde las teorias de R.I
Enviado por Ariana Cermeno Pujol • 1 de Noviembre de 2024 • Trabajo • 2.110 Palabras (9 Páginas) • 6 Visitas
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UNIVERSIDAD DE BELGRANO
TEORIA DE LAS RELACIONES INTERNACIONALES
PROFESORES TRAVIESO Y DOMINGO
EL CONFLICTO TERRITORIAL ENTRE VENEZUELA Y GUYANA
Estudiante: Ariana Cermeño Pujol
INTRODUCCION
Desde hace casi dos siglos Venezuela e Inglaterra (y posteriormente Guyana) mantienen una disputa sobre el territorio del Esequibo, que parece no aproximarse a una resolución. Durante décadas ambas partes han llevado a cabo una serie de negociaciones infructuosas cuyos detalles se proporcionarán a continuación y que han dado como resultado la consolidación del dominio de la Republica de Guyana sobre el territorio, así como un estancamiento hacia la obtención de un acuerdo entre las partes.
En las siguientes páginas, se llevará a cabo una reseña histórica del conflicto con el fin de contextualizarlo y de esta manera poder abordar las posiciones de ambos Estados desde distintas teorías de las relaciones internacionales y sus autores.
EL CONFLICTO TERRITORIAL ENTRE VENEZUELA Y GUYANA
Desde el siglo XIX, Venezuela reclama la Guyana Esequiba, un territorio de casi 160.000 km2 que se extiende hasta la cima del Monte Roraima[1]. Aunque los mapas más antiguos reconocen la soberanía de Venezuela sobre este territorio, este es actualmente administrado por la Republica de Guyana, lo cual ha generado una larga querella entre ambos países.
González (1991) explica que el conflicto remonta a la etapa colonial, cuando España incluyó en el mapa venezolano el Esequibo dentro de la provincia de Guayana, esto abarcaba en el siglo XVI lo que hoy conocemos como el Esequibo, Guyana y Surinam. Luego de varias invasiones holandesas en 1623 y el posterior Tratado de Münster en 1648 (donde España le cede los territorios conquistados en América a Holanda), la entonces Capitanía General de Venezuela, heredó formalmente la región del Esequibo. González (1991) también explica que la usurpación inglesa del territorio en reclamación comienza en 1814, cuando Holanda cedió sus colonias americanas a Gran Bretaña mediante el Tratado de Londres, durante el periodo de la Guerra de Independencia de Venezuela. Luego de ganada la guerra y a pesar del reconocimiento de Inglaterra de la emancipación de la Gran Colombia con fronteras en el Rio Esequibo, los británicos continuaron penetrando el territorio. La situación se complicó cuando Robert Schomburgk, un explorador prusiano contratado por Londres inicialmente reconoció la soberanía de Venezuela, pero luego le despojó de más territorio, redibujando los mapas en 1840. Para finales del siglo XIX, los británicos y las compañías mineras reclamaron sin ninguna base histórica ni legal hasta 203.310 km2 de territorio.
Décadas después, un grave incidente militar en el Rio Cuyuní ocasionado por una incursión inglesa motivó que el entonces Secretario de Estado Norteamericano instara a que la disputa se resolviera través de un laudo arbitral [2]. Dos años después, EE. UU pactó con los británicos conviniendo su neutralidad en una posible guerra contra España, fue así como, Inglaterra y Estados Unidos le impusieron a Venezuela en 1899 el polémico Laudo Arbitral de Paris, donde dos jueces ingleses, dos estadounidenses y uno ruso, sentenciaron despojar a Venezuela de casi 160.000 km2 de su territorio legítimo. Para tal fin, acordaron excluir a los venezolanos de tener representación propia en las deliberaciones. González (1991)
Luego del Laudo, no fueron pocos los intentos de Venezuela por disipar el avance inglés por la vía diplomática, esto sin éxito por su lugar desventajoso en el sistema internacional. Para el siglo XX, el escenario sería completamente diferente gracias al surgimiento de las organizaciones internacionales y los tratados, así como la posición de Venezuela, que para entonces era un estado democrático, beneficiario de una economía petrolera en auge, y con estrechos lazos con Estados Unidos. A esto debemos sumarle la independencia de Guyana, por lo cual el conflicto ya no se planteaba contra una potencia como Inglaterra, sino con un pequeño país recién constituido y significativamente menos relevante (en términos de poder económico y militar) que Venezuela. Ante esto último, es evidente que el gobierno venezolano hubiera podido considerar la opción militar o la coacción para recuperar el territorio, sin embargo, decidió retomar la palabra en las instituciones internacionales.
La actual ONU, donde en 1962, el canciller venezolano Marcos Falcón Briceño, expondría de manera remarcable la situación del conflicto ante el Comité Político Especial de la XVII Asamblea General de la ONU, lo que llevaría en 1966 a la firma del Acuerdo de Ginebra, donde en consenso se declaró nulo el Laudo de 1899 y cuyo principal propósito era la creación de una Comisión Mixta venezolano-guyanesa para la resolución de la controversia en un plazo de cuatro años. De no resolverse la disputa, debían ponerse de acuerdo y elegir en virtud del artículo 33 de la Carta de la ONU uno de los medios de solución pacífica para el conflicto. González (1991).
Esto último, nunca sucedió, en parte porque la recién independizada Guyana aun insistía en discutir la nulidad del Laudo de Paris, aun cuando, un memorándum póstumo de 1949 por un representante estadounidense en el laudo reveló injusticias contra Venezuela y arreglos entre Gran Bretaña y Rusia para presionar a Estados Unidos en contra de Venezuela. Para 1970, luego del fracaso de la comisión mixta, ambos países firmaron el Protocolo de Puerto España, congelando las negociaciones por doce años. El argumento del gobierno venezolano, del presidente Rafael Caldera fue que «Venezuela necesitaba tiempo» y que «el protocolo permitiría tratar la controversia en un clima de cordialidad» González (1991). A pesar de no lograr acuerdos con Guyana, Venezuela siguió en una posición neo-idealista, con una perspectiva de globalización[3] e insistiendo en el papel conciliador de los entes internacionales.
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