Las demandas competitivas de entrega rápida y responsabilidad ambiental

Las demandas competitivas de entrega rápida y responsabilidad ambiental

En medio de un mundo más conectado con la tecnología, llega una transición para los mercados en el reparto de sus productos. Donde el tiempo de entrega hacia el cliente aporta mejor calidad de servicio y competitividad con referencia al tipo de entrega que realizan empresas afines a esa actividad de producción. La demanda por el servicio que proporcionan estas nuevas formas de entrega de mercaderías se ha incrementado significativamente en proporción con la población en los últimos años, y como respuesta se obtiene una dinámica que crece constantemente en la economía, además de generar más fuentes de trabajo. Como detonante de esta situación, algunas empresas han articulado e iniciado la opción de entregas rápidas a su modelo de negocio. Situación, que surge como consecuencia de la pandemia generada por el Covid-19, ya que sus consumidores no tenían la facilidad de acercarse a las tiendas, inclusive a las más cercanas para adquirir sus compras y satisfacer sus necesidades. Las normas sanitarias impuestas en la pandemia imposibilitaron efectuar el envío en el menor tiempo posible. El cambio radical de la cuarentena, que implementó este cambio de tendencia para la adquisición de sus productos contribuyó en un 97% aproximadamente de la población que demandara del servicio de repartos. Colocó inmediatamente, a esta opción como imponderable a ser implementada inmediatamente en los negocios de repartos. El cambio radical al que tuvieron que adaptarse las empresas, trajo consigo afectaciones al ambiente, cuya consecuencia fue el aumento de la huella de carbono y emisiones contaminantes a causa de la numerosa circulación de motorizados y vehículos a diario (Muñoz-Villamizar, Velázquez-Martínez, Haro, Ferrer, & Mariño, 2021). Esta problemática llevó a los organismos internacionales a encaminar a las empresas y negocios, a un cambio de parámetros en términos de la sostenibilidad, aplicando medidas para la contracción de contaminantes en toda la movilización, articulando ideas como: la movilidad electrónica, desarrollo de algoritmos que involucren un análisis en el ruteo donde se minimicen las distancias recorridas (Marcilio Nogueira, De Assis Rangel, & Shimoda, 2021). Parámetros que según la literatura y los estudios realizados para la gestión de entregas rápidas, no serían sostenibles, sin esas observaciones y correcciones.

En primer lugar, muchas de las empresas grandes, medianas o pequeñas, buscan tercerizar su servicio de envío, por temas de reducción de costo, tiempo y mano de obra. Pero, al no tener el control de estas actividades, implica que probablemente vayan a existir retrasos en la entrega del pedido hacia el cliente y por ende se alarguen los tiempos de entrega. Estas empresas solamente se centrarán en cuidar la calidad del producto (Lin, Zhou, & Du, 2018).

El transporte es el último tramo en la cadena de distribución y el que en una magnitud significativa genera emisiones de carbono, en comparación a las otras fuentes que se analizan en un impacto ambiental, como lo son el almacenamiento y la zona de empaquetado. Por lo que se prioriza la actividad de transporte por encima de otros escenarios. Y, no solo en la entrega hacia el cliente genera emisiones, sino que también la devolución de los pedidos por defectos conlleva a retrasos en la entrega de pedidos a otros clientes, ya que esto implica agregar nuevas variables a los modelos logísticos que aportan de cierto modo a un enredo en el tráfico debido a horas no planificadas y más trabajo. Teniendo que utilizar otros medios de transportes para tratar de cumplir con las órdenes, peor aún si hay limitaciones por temas de distancias, horarios a transitar o como están distribuidos geográficamente los destinos (Zhou, Baldacci, Vigo, & Wang, 2018). Estas empresas tercerizadas han tomado la decisión de adaptar el uso de bicicletas, drones y transportes eléctricos para reducir el carbono que emiten los carros a gasolina en el transporte de envió “tradicional”, sin embargo, el mantenimiento o la adquisición de estos tienden a costos más elevados, motivo por el cual las empresas piden estos servicios (Bektaş & Laporte, 2011).

Por otro lado, la cantidad y capacidad de la mercadería en los transportes que puede caber, como también los cambios a último momento que afecte de forma directa

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