Cultura: Lenguaje e interpretación

Racionalidad: Interpretación, Lenguaje y Cultura

Por Alejandro Uribe - Andrés Ortiz - Miguel Ángel Úsuga

“Cultura: Lenguaje e interpretación” es un texto de Sergio Pérez Burgos que, desde el título, propone varios temas a tratar que son indispensables para el curso, y que permiten identificar algunas de las características esenciales que diferencian al ser humano de las demás especies: la racionalidad y el lenguaje. Este comentario, más que valorar el escrito en su totalidad, pretende enfocarse en el análisis de los conceptos que el autor presenta como principales, que giran en torno al eje de la razón, y que podemos observar a lo largo de la obra.

El primer concepto que se nos presenta y que nos compete valorar es la interpretación, el autor plantea que el ser humano se diferencia de otras especies gracias a su posibilidad de interpretar su relación con el medio en el que habita, lo cual argumenta basándose en la teoría de la evolución de Darwin. Si bien el texto no nos da una definición clara de qué realmente es la interpretación, sí nos da un contexto histórico valioso, ejemplificando en diferentes ocasiones la manera en que nosotros como humanos nos valemos de nuestra facultad interpretativa para poder sobrevivir, ligado a esto, aparece el concepto de racionalidad, pues esta emerge como una facultad adaptativa que nos permite interpretar y, por consiguiente, perdurar como especie. Creemos que la manera en que el autor relaciona ambos conceptos es fundamental para entender no solo nuestra historia evolutiva, sino también la capacidad de hacer conciencia del medio en que habitamos y de la realidad cotidiana, puesto que, facilita comprender el por qué los humanos como especie actuamos de cierta manera y respondemos a determinados estímulos.

Si continuamos leyendo, veremos qué a lo largo del texto se desarrolla la idea de que la racionalidad ha ido evolucionando en el ser humano y debido a esto, el escrito expone la relación existente entre pregunta y respuesta, como un dispositivo racional que nos lleva a una experimentación y creación de estrategias para la adaptación. Al analizar con detenimiento esta relación, podemos evidenciar que está presente en todos los procesos del pensamiento del ser humano, por lo que preguntarnos el por qué nos hacemos preguntas no es absurdo si queremos entender la necesidad del constante cuestionamiento, así pues, el texto responde a nuestras inquietudes como lectores explicando la dinámica de anteriormente mencionada como la base de nuestro raciocinio, y finalmente, lo que permite darle un sentido a nuestro diario vivir. Consideramos un acierto la manera en que la obra expande y describe un proceso de pensamiento tan elemental como lo es dudar, pues pocas veces tenemos la oportunidad de revisar y examinar características racionales tan intrínsecas en nuestra identidad humana.

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