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Imbecilidad, placer, alteridad ético


Enviado por   •  24 de Marzo de 2024  •  Ensayo  •  1.113 Palabras (5 Páginas)  •  73 Visitas

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Ensayo

Imbecilidad, placer, alteridad

Entregado al docente: Jesús Armando Montañez

Presentado por: Andrea Sofia Ulloa M.

Facultad de derecho

Universidad Surcolombiana

Asignatura: Ética

Neiva

Imbecilidad, placer, alteridad ético

Ser imbécil no es lo mismo que tonto, se entiende como una persona que hizo algo malo, no siguió las instrucciones o realiza algo que no es pertinente. La imbecilidad moral es no obtener una la buena vida. Para dejar de ser imbécil tratar de escuchar la conciencia y el remordimiento ya que la conciencia se podría reunir como la distinción que hace cada uno entre lo bueno y malo; el remordimiento es cuando la persona a hecho algo de forma consciente, es decir, si se que algo está mal, de todos modos, lo hice con un sentimiento de llamado de atención de la conciencia. En conclusión, es ir desarrollando el buen gusto moral, de tal modo razonable.

Pues no ser imbéciles. Hay imbéciles de varios modelos, a elegir:

a) El que cree que no quiere nada, el que dice que todo le da igual, el que vive en un perpetuo bostezo o en siesta permanente, aunque tenga los ojos abiertos y no ronque.

b) El que cree que lo quiere todo, lo primero que se le presenta y lo contrario de lo que se le presenta: marcharse y quedarse, bailar y estar sentado, masticar ajos y dar besos sublimes, todo a la vez.

c) El que no sabe lo que quiere ni se molesta en averiguarlo, todo lo que hace está dictado por la opinión mayoritaria de los que le rodean: es conformista sin reflexión o rebelde sin causa.

d) El que sabe que quiere y sabe lo que quiere, pero lo quiere con poca fuerza. A fin de cuentas, termina siempre haciendo lo que no quiere y dejando lo que quiere para mañana, a ver si entonces se encuentra más entonado.

e) El que quiere con fuerza y ferocidad, pero se ha engañado a sí mismo sobre lo que es la realidad, se despista enormemente y termina confundiendo la buena vida.

Fundamentalmente en dejar la imbecilidad:

a) Saber que no todo da igual porque queremos realmente vivir y, además, vivir bien.

b) Estar fijándonos en si lo que hacemos corresponde a lo que de veras queremos o no.

c) A base de práctica, ir desarrollando el buen gusto moral, por ejemplo, que le dé a uno asco mentir como nos da asco por lo general mear en la sopera de la que vamos a servirnos de inmediato.

d) Ser libres y por tanto razonablemente responsables de las consecuencias de nuestros actos.

La vida es demasiado compleja y sutil, las personas somos distinta físicamente y en pensamientos, sin embargo, con en común que somos seres éticos, es decir, equilibrar los intereses de los demás y los propios. Si hacemos el mal a los demás nos lo hacemos también a nosotros mismos porque ese mal nos va a ser devuelto, tarde o temprano. Antes de hacer algo a alguien debemos ponernos en su lugar y ver cómo nos afectaría, a eso se le llama humanidad. Es probable que a veces le hacemos el mal a alguien sin importarnos el cómo se sienten poniéndonos en el lugar del otro y ver cómo nos sentiríamos si nos trataran de esa forma. La ética no le interesa si comes bien, por el contrario, lo que a la ética le interesa es cómo vivir bien la vida que transcurre entre humanos, es decir, que se debe tratar a las demás personas, como queremos que nos traten a nosotros, es lo que le interesa a la ética

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