Formulación y Evaluación de un Proyecto.El resultado será tan bueno como lo sea el plan

Formulación y Evaluación de un Proyecto

El resultado será tan bueno como lo sea el plan

Una teoría es una representación figurativa, y a menudo idealizada, de algún fenómeno o proceso, empleada como herramienta para interpretar eventos y objetos con la mente cuando estos no pueden ser percibidos con los sentidos. En ese contexto, el proceso de teorizar consiste en elaborar un esquema que permita divisar algo por medio de lo abstracto sin necesidad de recurrir a la práctica, esto es especialmente útil cuando se desea conseguir determinado resultado pero se disponen de recursos limitados, es decir, cuando no es factible la aplicación del método ensayo-error y se deben gestionar los recursos de la manera más eficiente para poder alcanzar las expectativas. En esto radica la esencia de proyectar, en trazar la línea más recta posible entre el presente y el futuro, dicho camino queda manifestado mediante un arreglo estructurado denominado proyecto, de cuya apropiada formulación y evaluación dependerá la calidad del producto obtenido, porque tan importante es ejecutar adecuadamente un plan como diseñarlo de manera correcta.

Concretamente, Montealegre expone una definición ampliamente aceptada y detallada de lo que es un proyecto, sosteniendo que se trata de:

Un conjunto articulado y coherente de actividades orientadas a alcanzar uno o varios objetivos siguiendo una metodología definida, para lo cual precisa de un equipo de personas idóneas, así como de otros recursos cuantificados en forma de presupuesto, que prevé el logro de determinados resultados sin contravenir las normas y buenas prácticas establecidas, y cuya programación en el tiempo responde a un cronograma con una duración limitada (citado en Webscolar, 2014)

Esta definición es bastante completa y precisa, puesto que señala todas las dimensiones de lo que es un proyecto en sí: una guía para la ejecución de actividades que se vinculan para el logro de cierto propósito, y en la cual se consideran los recursos necesarios para el desarrollo de cada una de esas actividades.

De lo anterior, se infiere que por tratarse de una guía, la calidad del producto final estará estrechamente relacionada a qué tan bien elaborada haya sido tal guía, aquí se empieza a manejar el término de formulación de proyectos el cual es definido como “el proceso de analizar y valorar la viabilidad, rentabilidad y sostenibilidad de un proyecto, considerando aspectos técnicos, económicos, sociales y ambientales. La formulación de proyectos requiere de un esfuerzo para predecir detalles que pueden llevar al éxito o al fracaso” (Universidad Santo Tomás, s.f.), es en esta etapa donde deben colocarse sobre la mesa todos los elementos concernientes al proyecto así como las interacciones que surgirán entre ellos, teniendo en cuenta que estos constituirán un sistema y como tal empezarán a operar, por lo que resulta esencial anticipar su eventual funcionamiento, aun cuando sea una tarea compleja, aumentará las posibilidades de éxito del proyecto. En acotación, Ferreira (2021) sostiene que “la formulación de proyectos es un proceso que consta de tres fases: identificación de oportunidades, análisis de viabilidad y definición del proyecto” (p. 20).

Con esto, se comprende que el proceso de confección de un proyecto es una etapa que amerita de especial atención para garantizar la consideración de la mayor cantidad de variables que puedan incidir en el desenvolvimiento de las actividades o en el uso de los recursos; en relación a esto, Hernández (2020) sostiene que la formulación de proyectos “es un proceso necesario para el éxito de cualquier proyecto, ya que permite identificar los riesgos y beneficios del mismo y definir sus objetivos y metas” (p. 30), pero la ventaja de la formulación de un proyecto no reside exclusivamente en el reconocimiento de los riesgos y beneficios que este pueda acarrear sino que, además, en esta etapa se puede advertir qué tan realizable es el proyecto con base en los recursos dispuestos para ello, o qué tantos recursos sean requeridos para llevar a cabo el proyecto, de hecho, Ferreira (2021) amplía esta idea y afirma que la formulación de proyectos “es una herramienta indispensable para la toma de decisiones de inversión, ya que proporciona información relevante sobre la viabilidad del proyecto” (p. 20), esto respalda lo antes dicho y añade otra ventaja a la formulación de proyectos, que es la posibilidad de priorizar los distintos aspectos de un proyecto en términos de inversión.

En lo que respecta a la evaluación de proyectos, a priori se puede conceptualizar como una medida de control o un acto de seguimiento a las actividades que lo constituyen, sin embargo, citando a Hernández (2020), la evaluación de proyectos “es una herramienta fundamental para la gestión, ya que permite identificar los factores que contribuyen al éxito o fracaso del proyecto y tomar medidas correctivas si es necesario” (p. 40), esta definición da otro sentido al término, refiriendo que la evaluación es la labor en la que se señalan los componentes que pueden incidir, positiva o negativamente, en la consecución de los objetivos. El mismo autor expone otra perspectiva acerca de la evaluación de proyectos, afirmando que se trata de “un proceso sistemático que permite valorar el desempeño de un proyecto, con el fin de determinar su eficacia y eficiencia” (p. 40), esta idea dirige la mirada hacia la factibilidad del proyecto tanto en términos financieros como en lo que respecta a la satisfacción de una necesidad, la solvencia de una problemática o, en general, la consecución de un fin.

...