Historia creada. Las enseñanzas de mi abuelo (final)

Las enseñanzas de mi abuelo (final)

Autor: Andrés Alvarez

Cuando su abuelo falleció, un triste 13 de Agosto, Julián comenzó a recordar buenos momentos y recuerdos que vivió junto a su abuelo, uno de ellos fue cuando una tarde de verano, Julián se encontraba en el regazo de su abuelo y este con una voz tranquila  y pasiva, le comenzó a contar divertidas historias que había vivido durante su niñez. Su abuelo le decía:

• Pon atención muchacho, que todas estas historias te pueden ayudar cuando seas grande

En aquel momento, Julián no entendía lo que le decía su abuelo, reflexionaba:

• No creo en las historias de mi abuelo, son muy absurdas y nunca me va a pasar a mí, creo que por su edad sus historias estaban muy distorsionadas, supongo que todas las historias que me contaba mi abuelo eran una simple falsedad para niños como yo. Hacerme ver un mundo irreal donde pasan muchas cosas malas.

Todos estos pensamientos le pasaban por la mente al joven Julián, mientras este observaba como todos sus familiares estaban llorando por la desafortunada muerte de su familiar, Roberto, quién era abuelo de Julián y había sido el forjador de una familia virtuosa en todos los aspectos.

Poco después de que el ataúd se haya puesto bajo tierra, todos sus familiares se despidieron con sus ojos llorosos y se fueron del cementerio. Julián junto a su familia, se subieron a su auto y mientras su padre les estaba dando fuerzas para seguir adelante, Julián se apoyó al vidrio de la ventana del auto y en su mente se decía a sí mismo:

• Y ahora que voy a hacer, quién va a estar al momento que yo llegaba del colegio y era el único que estaba en la casa y era quién me cuidaba hasta que llegaran mis padres después del trabajo, quién va a estar acompañándome mientras realizó mi tarea, quién va a estar para escucharlo, cuando le iba bien o mal en el colegio, cuando tenía que recibir un consejo porque no había conseguido lo que deseaba. Quizás es momento de hacer un cambio, centrarme en mis estudios, porque es lo que él hubiera querido.

Sin notarlo, llegaron a su hogar, subió a su cuarto, se recostó en su cama y mirando el techo, deseaba que se acabará el día.

Pasaron los días y Julián se animó ir nuevamente a su colegio, pero no fue con los mismos ánimos que le caracterizaban a Julián, más bien se veía una mirada pérdida, con los hombros hacia abajo y no prestaba atención a nada que le decían, todos sus compañeros le preguntaron que le había sucedido. Julián se negaba a contarlo, pero ante la insistencia de sus colegas, contó lo que le había contado. Sus compañeros preocupados, le consolaron y le dieron todo su cariño.

Cuando estaba realizando su tarea, pensó su nueva forma de vivir, creyó que su vida dio un giro tremendo y se volvió muy aburrido. Pensó:

• Quizás tenga que salir más a menudo con mis amigos

Así que uno de sus amigos le comenzó a incitar a salir de fiesta, donde la idea principal era alcoholizarse y drogarse junto a ellos para pasar el tiempo perdido debido a la pandemia de covid-19 que había sucedido hace 2 años.

Julián pensando en que no hay nada que perder, aceptó y junto con sus amigos, un día Viernes junto a sus amigos, se dirigieron a una fiesta y aunque Julián no tomo ni se drogo, regresó muy tarde a su hogar y su mamá que le estaba esperando muy furiosas, le recriminó de forma violenta de lo que estaba haciendo y como castigo optó por eliminar los contactos de sus amigos y que se dirigiera a su cuarto.

Julián enojado se dirigió a su cuarto y se encerró, mientras estaba ahí, pensó y pensó que es lo que tenía que hacer:

• ¿Qué es lo que debía hacer? Quizás tenga que hacer caso a lo que mi mamá me dice, tengo que velar por mi futuro y centrarme en mis estudios, sin embargo, me puedo divertir junto a mis amigos después de todo lo que estoy viviendo en este tiempo.

Después de un largo período de pensar y pensar. Recordó lo que una vez su abuelo le dijo a Julián cuando aún estaba pequeño:

• Julián mío, te voy a decir algo que quiero que lo tengas en mente, en mis tiempos de guambra, mi mamá era muy estricta y me tenía centrado a punta de látigo centrándome en realizar mis deberes de la escuela, en ese tiempo no había nada de tecnología, y yo me iba con mis amigos a comprar canicas y lo colocaba en un círculo en la tierra y nos poníamos a jugar, si vieras como era tan bueno en ese tiempo, total que debido a eso no realizaba mis tareas, hasta que en una noche, escuchó a mi mamá llorando contándole a mi papá lo irresponsable que era y que eso lo hacía estar triste y defraudada, no voy a olvidar como a mi mamá le salían lágrimas de los bellos ojos que tenía, desde ese día me centraré en mis estudios y así lograr que mi mamá este orgullosa de mí. Guambra escucharás en tu período de niñez lo más importante es bañarte en conocimiento para que coseches un gran futuro y no te quedes como esas personas que piden limosnas en las calles. Tú eres el forjador de tu propio destino.

Julián se llenó de lágrimas al recordar ese grato recuerdo que tenía junto a su abuelo, lo cual le ayudó mucho para que pudiera tomar una decisión, salió de su cuarto y se fue directamente donde su madre y le comentó:

• Mamá te pido perdón por lo que realice la otra noche, estaba mal por lo que hice y quiero que me des una oportunidad para mejorar en el colegio, te prometo desde ahora que sacaré las mejores calificaciones y así hacerte feliz.

Su mamá conmovida por lo que acababa de decir su hijo, lo abrazó y le dijo que la promesa que le había prometido Julián se cumpliese y no se vaya en el aire.

Después de haber realizado esa promesa a su mamá, este se dedicó arduamente en sus clases, sacó las mejores calificaciones posibles y su mamá estaba orgullosa de ver cómo su hijo maduraba en la vida.

No obstante, el ser uno de los mejores de la clase le trajo consigo varias consecuencias, se volvió muy callado y tranquilo y en general no se juntaba con la mayoría de la clase, solo convivía con sus amigos, por ello le tacharon como un niño raro. Por ende se ponía nervioso cuando tenía que realizar ya sea trabajos en grupos, convivir o el simple hecho de conversar con alguien que no sea uno de sus amigos, se ponía muy nervioso, tanto que no podía completar una frase sin que tartamudee o se quede sin ideas para seguir la conversación.

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