Homosexualidad a través de la poesía de Catulo

Liceo cultural docente

Materia :Latín

Alumna: Luciana Gallardo

Homosexualidad a través de la poesía de Catulo

La cuestión de la homosexualidad en la antigua Roma constituye uno de los aspectos más controvertidos y quizá también más postergados en torno a dicha civilización. Tiempo atrás, durante la aparición de los estudios históricos del siglo XIX, fue este un tema tabú, y ni siquiera la revolución historiográfica impulsada por la historia social que surge a comienzos del siglo XX abrirá las puertas a específicos trabajos sobre sexualidad masculina. De este modo, las escasas publicaciones en el presente trabajo están mediatizadas por la emisión impregnadas de juicios de valor.

 Por medio del análisis de la obra de Catulo se dará testimonio de la vida sexual masculina desarrollada entre los siglos I a.C. y II d.C. El homosexualismo impregna en la obra una carga personalista. A través de Catulo, se infiere no sólo su opinión al respecto, sino que se podrá reconstruir el clima social en el que se desenvuelve la homosexualidad del momento. La tarea principal de este trabajo es conocer una parte de la poesía erótica representativa de finales de la República y principios del Imperio, para hacer de ésta una herramienta que permita conocer socialmente la homosexualidad romana del periodo, teniendo en cuenta algunos pasajes de la obra de Catulo.

Al margen de la producción poética que se abordara   más adelante resulta pertinente mostrar una idea de la opinión social que generaron las relaciones masculinas en este periodo.

En este sentido, se destaca el conocimiento de la lex Scantinia (ley que regulaba el comportamiento sexual: incluía la pederastia, el adulterio y la práctica pasiva de las relaciones homosexuales). La ley tenía dos partes, la que condenaba la pederastia (stuprum cum puero) y la que condenaba a los "molles" (los blandos; en esta categoría podían entrar desde los homosexuales pasivos hasta las personas transgéro).  

A diferencia del mundo griego, los romanos a través de esta ley condenaban la pederastia en todas sus vertientes. El intentar seducir a un joven o el tener relaciones sexuales con ellos, era igualmente delito, incluso si el seducido fuera el adulto además el joven debía ser libre. Para los griegos las relaciones sexuales empezaban en el momento en el que niño-joven abandonaba el gineceo, y siempre debía ser el menor quien sedujera al adulto. 

La prohibición llegaba hasta el momento en que el joven accedía a sus derechos civiles plenos y dejaba la túnica praetexta. La mayoría de edad llegaba por decisión de los tutores o por el fallecimiento del paterfamilia, entonces se les daba la toga viril. Un joven con la praetexta era casi una persona sagrada para los romanos.

A partir de lo expuesto, se podría dilucidar que en algún momento de este periodo surgió una norma que buscó desarrollar una censura sobre la homosexualidad: la idea se muestra un tanto precaria. El caso es que las diferentes fuentes -pocas- que han citado la lex, lo han hecho evidenciando su escasa prevalencia en el ámbito procesal. De este modo, fluye un espacio en el que la homosexualidad es practicada, con matices y no sin cierta censura social, por un número indeterminado de varones romanos. Por ello, el estudio de la poesía de este “tiempo” constituye, desde mi punto de vista un alto nivel de penetración social del homoerotismo en el periodo.

El autor será testigo del acontecer revolucionario siglo I a.C. romano en su primera mitad, su poesía se ocupará entre otros temas de los aspectos sociales de su tiempo. En el período helenístico (323 a. C. en adelante) aparecieron en Grecia los poetas neotéricos, los “nuevos poetas”. Más tarde, en el siglo I a. C., apareció en Roma este movimiento de vanguardia literaria, que propagó un nuevo estilo de poesía, alejada de los modelos clásicos, tanto de la épica homérica como de la lírica. Estos rechazaron las normas sociales y literarias tradicionales. El más representativo de los neóteros fue Cayo Valerio Catulo, un innovador y sutil poeta responsable de la conformación del latín poético en el siglo I. a.C.

 En este sentido se destaca la falta de pudor en sus letras, Catulo expone en un verso donde se refiere a cierto Aurelio y cierto Furio, calificando a ambos de descarriados, “pervertido y maricón ”, (Catulo, carmen, XVI.2). luego de haberlo acusado de crear versos indecentes y convertirse así en poco decente .Pero dicha poca decencia se relacionaba más específicamente con el propio cuestionamiento de la masculinidad de Catulo: “¿pensais que soy poco macho?”( Catulo., carmen., XVI.13) El poeta  se desmarca de este señalamiento afirmando ser un poeta casto, si bien defiende que en modo alguno habrán de serlo sus versos, que están provistos de una gran carga humorística: “pues corresponde que el poeta sea casto el mismo ,pero no es necesario que en sus versitos lo sean .Y estos al fin y al cabo tienen  picardía y gracia si son delicados y poco decentes”.( Catulo., carmen., XVI)

A través de la obra del poeta se puede deducir lo referente a la sexualidad del poeta  , en diversas  ocasiones, nada resultará ser lo que parece. Catulo al parecer va plasmando en sus escritos rasgos de la sexualidad de su tiempo, y, por extensión, podría decirse de la suya misma, pues como afirma Antonio Alvar Ezquerra respecto a este y otros poetas de temática amorosa: “Lo que el lector tiene entre manos son historias de las peripecias amorosas con las que los poetas de la antigua Roma intentaron colmar sus afectos”.

En la obra catuliana, resuena un nombre femenino ése es el de Lesbia. El poeta se referirá a la joven como su gran amor femenino (Catulo., carmen., II.1,6) se nombra a otra mujer, Ipsitila, a quien Catulo pide sin escrúpulos a que ambos mantengan relaciones sexuales quédate en tu casa y prepárate para nueve cogidas seguidas conmigo (Catulo., carmen., XXXII.) El romano vuelve a prestar interés por el género femenino cuando demanda, en el que para él será un velada  perfecta, la presencia de una bella mujer: “si contigo traejeras una buena  y magnifica cena no sin una deslumbrante chica”. (Catulo., carmen., XIII.) En este punto, no habría motivos para cuestionar el amor a las mujeres por parte del poeta, por lo que las acusaciones de Aurelio y Furio estarían fuera de lugar. En cambio, con la siguiente exposición no se hará sino notar de veracidad a las supuestas sospechas en torno a la posible sexualidad de Catulo.

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