La neurociencia

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La  neurociencia  es la disciplina científica que estudia el sistema nervioso en todos   sus aspectos: la estructura molecular, celular, anatómica y funcional; las patologías que lo pueden afectar y las terapias para tratarlas; el desarrollo embrionario y fetal y los cambios que se van produciendo en el transcurso de la vida; la evolución del sistema nervioso desde el origen de los metazoos hasta las especies actuales y la interacción de la genética, la epigenética y el ambiente para generar la mente humana. Es decir, el cerebro como base biológica de cognición y la conducta (Bueno y Forés,2021).

Por otra parte, La Neuroeducación es una disciplina en construcción que se

propone   combinar   los   aportes   de   diferentes   campos   disciplinares, como   la Neurociencia, la Psicología, la Ciencia Cognitiva y la Educación. Se   centra   en   la comprensión   de   cómo   aprendemos   y   cómo   esta   información   se   puede   usar para desarrollar métodos de enseñanza más efectivos, para guiar las propuestas de nuevos currículos y para generar políticas educativas basadas en evidencias derivadas de los resultados de la investigación en esas áreas (Caicedo, 2016). Finalmente, La Neurodidáctica es una rama de la pedagogía basada en las neurociencias, que otorga una nueva orientación a la educación. Es la unión de las ciencias cognitivas y las neurociencias con la educación, que tiene como objetivo diseñar estrategias didácticas y metodológicas más eficientes, que no solo aseguren un marco teórico y filosófico, sino que promuevan un mayor desarrollo cerebral, (mayor aprendizaje) en términos que los educadores puedan interpretar (Paniagua,2013).

A continuación, estas son mis propuestas según los principios de la neurociencia planteados por Bueno y Forés (2018):

Principio 1. Somos seres únicos e irrepetibles. Superpoderes y responsabilidades. Incrementar el número de conexiones, lo que se produce a través de las experiencias diarias, incluidos los procesos educativos, proporciona una mayor plasticidad neuronal y reserva cognitiva (Bueno y Forés, 2018).

ACTIVIDAD: La magia de los colores.

- OBJETIVO GENERAL: Conocer los diferentes colores.

- OBJETIVOS ESPECÍFICOS:

·Saber diferenciar el amarillo, el rojo y el azul de los diferentes colores.

·Aprender el resultado de la mezcla de colores.

·Manipular y explorar a través de los colores.

• DESARROLLO:

Explicaremos a los alumnos que vamos a hacer magia para descubrir nuevos colores. Les pintaremos una mano de color amarillo y la otra de color azul. Los alumnos se frotarán las manos hasta formar un nuevo color. Preguntaremos: “¿Qué color te ha salido?” “¡Verde! Y estamparán las manos en un folio A3.

• MATERIALES: témperas, pinceles, folios A3.
• DURACIÓN: 30 minutos.
• EVALUACIÓN: ¿Reconoce los colores amarillo, rojo y azul? ¿Comprende cómo se forma el color verde?

Principio 2. Influenciar no significa determinar. El cerebro se forma partiendo de un material biológico ineludible, que condiciona la mente que va a surgir de su funcionamiento, pero lo hace en constante interacción sinérgica con el ambiente, e incluso a través de los azares e imponderables con que a menudo la vida nos sorprende (Bueno y Forés, 2018).

ACTIVIDAD: Cuento musical “El Monstruo de la laguna”

- OBJETIVO GENERAL: Fomentar la educación musical.

- OBJETIVOS ESPECÍFICOS:

·Desarrollar la audición activa.

·Conocer distintos géneros musicales.

·Promover la atención y la memoria.

·Desarrollar la creatividad.

• DESARROLLO: Escucharemos y veremos el cuento musical “El monstruo de la laguna”. Explicaremos que se trata de una cumbia. Al concluir el cuento, hablaremos de lo que hemos visto, de la parte preferida y los alumnos dibujarán y pintarán lo que más les haya gustado del cuento.
• MATERIALES: ordenador, pizarra digital, proyector, vídeo del cuento, ceras Manley, rotuladores, lápices de colores y folios en blanco.
• DURACIÓN: 30 minutos.
• EVALUACIÓN: ¿Escucha con atención? ¿Recuerda partes del cuento? ¿Dibuja su parte preferida?

Principio 4. Después de nacer, más y más conexiones. Un cerebro estimulado va a tener más conexiones que el mismo cerebro sin esa estimulación (Bueno y Forés, 2018). Además, cuantas más conexiones haya en un aprendizaje, cuantas más zonas cerebrales conecte, mejor lo recordamos y lo podremos utilizar con mayor eficiencia (Bueno, 2020).

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