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Práctica docente y estilos de Docencia


Enviado por   •  19 de Abril de 2023  •  Documentos de Investigación  •  5.580 Palabras (23 Páginas)  •  54 Visitas

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Análisis de la práctica docente

Práctica docente y estilos de Docencia

"Hay una sola grieta decididamente profunda y es la que media entre la maravilla del hombre y los desmaravilladores."

"Grietas", de Mario Benedetti

Regularmente es preocupación de muchos docentes, el encontrar soluciones prontas a la problemática que enfrenta en su trabajo cotidiano. Quienes contamos con más experiencia, sabemos que no existen recetas, quizá sólo algunas ideas que funcionan como líneas orientadoras para aventurarse en el difícil camino de tratar de construir soluciones o de ideas creativas que conduzcan a la innovación pedagógica.

Hablar de docencia conduce obligadamente a incursionar en cuestiones de pedagogía y de didáctica, de tal manera que el tratar los aspectos relativos a la práctica docente y los estilos de docencia; lleva necesariamente a considerar las dimensiones epistemológicas pedagógicas y didácticas de la educación.

Respecto a la didáctica habrá que reflexionar en torno a la cuestión de si esta debe ser concebida como: ¿arte de enseñar o arte de promover el aprendizaje? para ello es necesario recorrer, aunque sea de manera sucinta, las principales escuelas (corrientes). Buscando los orígenes en la escuela tradicional, arribar a las ideas sugerentes propuestas por las corrientes actuales. Finalmente abordar las etapas del proceso didáctico.

Con todo este panorama se intenta aportar ideas sugerentes a quien participa en la docencia, sobre la no existencia de un camino único y definido, que es él quien con estudio y creatividad habrá de participar en la construcción y resignificación constantes de los procesos didácticos en los cuales se desenvuelve.

1.1. La práctica docente

El análisis de la práctica docente tiene múltiples facetas y por lo tanto diversas maneras de ser abordada. Se aporta aquí una visión particular al respecto. Con esto se trata de ofrecer alternativas de docencia a los académicos que cumplen o habrán de cumplir esa función.

Se busca analizar tanto la práctica, como el papel del docente en la misma, a fin de que éste, a partir de los procesos de análisis de su docencia, se conciba como un coordinador de grupo en el desempeño de su trabajo y no como un expositor portador del saber, de recomendaciones, lineamientos, normas y valores, que con toda la buena intención deja a sus alumnos para su aplicación y seguimiento, tendientes, desde luego, a su desarrollo y enriquecimiento académico, pero que en poco contribuyen a una transformación de las prácticas educativas.

Los problemas educativos son complejos y reclaman urgente atención, desgraciadamente no existen recetas. El reto sólo puede ser enfrentado con imaginación y deseos de cambiar.[1] 

 En ese sentido se cuenta con la gran oportunidad de cambiar, en primera instancia, las concepciones, para enseguida y como consecuencia, las prácticas de trabajo cotidianas.

El cambio tiene que ser gradual, responsable, con elementos serios y sistemáticos que fundamenten lo que se desea. Se tiene la posibilidad de dar un giro a lo que se hace regularmente en el ejercicio de la práctica docente actual, para convertirlo en algo distinto, con un enfoque tal que permita la función del profesor como: observador participante, asesor, coordinador de grupo y promotor.

Para alcanzar lo anterior es necesario estar preparado, contar con los elementos conceptuales y las herramientas teórico-metodológicas mínimas, que ayuden a iniciar los procesos mencionados. La aportación que aquí se hace puede contribuir al logro de tal propósito, se somete al análisis y consideración de quienes pueden operarlo directamente, para su discusión e implementación.

Para lograr esto es necesario que cada docente:

  • Analice las distintas concepciones y dimensiones de la práctica docente con el propósito de identificar los estilos de docencia más comunes,
  • Discuta la pertinencia y factibilidad de diferentes estilos de ejercer la práctica docente para adecuar las características de éstos a su experiencia.
  • Diseñe su propio esquema de docencia susceptible de ser operado en el campo en el que se desempeñe.

Para lograr lo anterior, se debe partir de la construcción de principios didácticos, a partir del análisis de los aspectos teórico-prácticos que sustentan las concepciones sobre la enseñanza y el aprendizaje.

Los docentes, al identificar los estilos de enseñanza que tienen o practican, se reconocen, ven lo propio, lo suyo, con sus diversos elementos, tales como estrategias de enseñanza, de motivación, orientación hacia el conocimiento, evaluación, dinamismo de las acciones en la docencia y en general las actividades cotidianas en el salón de clase.

Se considera que propiciando la discusión y la reflexión sobre las formas mediante las cuales el alumno aprende y construye el conocimiento, se pueden reconocer los estilos de docencia que practica el docente, esto permite identificar:

  • Los ambientes donde se desempeñan las prácticas educativas
  • Los propósitos que los maestros le atribuyen a su práctica docente;
  • La estructura común de los cursos, los eventos y la secuencia que la componen;
  • Las estrategias en la conducción de grupos;
  • Las formas de distribución del tiempo de clase y del curso asignado a las diversas actividades;
  • La dinámica y ritmo de las clases;
  • Los recursos y materiales empleados como apoyo;
  • La gama de interacciones entre los maestros y sus alumnos
  • La disposición del maestro para la docencia.

Si el docente compara críticamente los resultados de su práctica actual[2], con las perspectivas ofrecidas, las cuales le muestran visiones diferentes sobre su capacidad pedagógica, estará en posibilidades reales de mejorar sus prácticas.

El quehacer docente necesariamente queda inscrito en un estilo de docencia, este corresponde a las concepciones y prácticas de la persona que lo utiliza. Esta se identifica con él y lo toma como el “bueno”, al suponer, que es el practicado por todas las personas. Sin embargo, sabemos que esto no siempre corresponde a la realidad.

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