Análisis subjetivo de "Guerrilleros" de Jorge DeBravo

Guerrilleros, Jorge DeBravo

Es quizá sin ánimo de ofender –aunque tal vez sí-, que cuando quiero hablar de cualquier otra cosa –salvo un poema- que me cuesta verdaderamente expresarme. ¿Por qué? Porque a diferencia de cualquier otro texto –tal vez no tanta diferencia, pero sí más énfasis-, el poema requiere más perspectiva, más análisis, más conocimiento, más sentido crítico, más amor, más odio, más autoconocimiento, y más de mi corazón para poder ser comprender; pero aún así, no lo llegaré a entender completamente o –todavía peor- no lo llegaré a contemplar en el sentido en el cuál el poeta habrá escrito.

Jorge DeBravo, poeta costarricense; si lo fuera a poner en perspectiva… sería una persona luchadora, un guerrillero; pero no de los que matan hombres, sino de los que asesinan las dificultades, y luchan, y luchan hasta alcanzar lo que quieren, ser lo que quieren –o tienen que- ser. Y fue un poeta que escribió con su corazón, con su hígado, y con su sentido crítico hacia la inmoralidad, hacia esos conceptos humanos que la filosofía no puede llegar a explicar de una manera satisfactoria: el por qué los hombres matan a otros hombres, y el hecho de que cómo pueden ver esto como algo jolgórico, risible, o que provoque felicidad; o que incluso el hecho sea si quiera justificable.

Obviamente pensó y recordó la guerra que había vivido el mundo, tal vez también se remontó a la guerra que había vivido el país; e incluso usó de inspiración las múltiples guerras que se libraban en los países vecinos, la guerra que no se libró jamás entre las ideologías de oriente y occidente; en fin, de lo que sea que se haya inspirado para su obra, se puede decir que su sentimiento se vio bien impuesto sobre el papel, sobre las palabras que leí, sobre que lo sentí dentro de mí (“por dentro de la camisa” como dijo él).

Y un sinfín de sentimientos podré sentir una y otra vez cada vez que lea de sus poemas estando en vida, o sean obras póstumas: poemas con sentido han de ser, con sentido crítico y amable aunque directo; que podré sentir aunque sea falto de entendimiento o de empatía. Fue dicha haber tenido el placer de leer –aunque sean algunas- de sus obras; y lamento el hecho de la realidad humana y el livor borracho y estúpido costarricense quien nos haya privado de haber tenido más de él para leer y entender con sentido poético y no escrito en prosa: el cómo vivir, y sobre lo que no tenemos que hacer.

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