Cuento Chacon

Había una vez en un pequeño pueblo un joven llamado Martin que quería ser cantante. Desde que era muy pequeño siempre le había gustado escuchar música. Se pasaba el día cantando las canciones de moda que sonaban en la radio de su pueblo.

Todo el mundo le decía que él no podía ser cantante. Debido a que pensaban que no tenía talento, que él vivía en un pueblo y que nunca podría ser un gran cantante, solo lo criticaban y lo desanimaban.

Pero Martin estaba decidido a ser cantante, así que agarro sus cosas y en compañía de su perro llamado Coco se fue a la ciudad a buscar un profesor de canto, que le ayudara a ser un cantante reconocido. Visitó todas las escuelas de música que había, pero en ninguna quisieron darle clases porque todos pensaban que no tenía talento ni potencial para ser un gran cantante.                                                                                                                                                      

Triste y desilusionado, Martin decidió volver a su pueblo. Pero cuando llegó a la estación de autobuses se dio cuenta de que ya no le quedaba dinero para pagar el autobús de regreso.

El pobre joven necesitaba conseguir dinero para marcharse, pero no sabía hacer nada más que cantar, aunque a su manera. Y no se le ocurrió otra cosa que sentarse en la puerta de la estación de autobuses junto con Coco a cantar unas de sus canciones acompañado de su guitarra.

Martin se encontraba cantando cuando pasó por allí un productor de música llamado Gabriel que se quedó impresionado al ver el sentimiento que el joven le ponía a su canción.kl,,0

Gabriel: - Hola, ¿qué es lo que te pasa? -le preguntó-. ¿Por qué cantas una canción tan triste?
Martin: - Quiero ser cantante y nadie me da una oportunidad solo por ser un muchacho de pueblo -respondió el joven-. Todo el mundo me dice que nunca podre ser cantante porque canto feo. Y los profesores dicen que tengo mi voz es horrible.

Gabriel: - ¿Ah sí? Pues te diré una cosa. No creo que eso sea motivo suficiente para que te eches atrás. Verás, hay cosas que se pueden cambiar. Por ejemplo si tomas lecciones, y clases de canto mejoraras esa voz.

- Pero ningún profesor de canto me dio una oportunidad de aprender solo por ser de campo -respondió el joven-.

- Respecto a lo de ser un joven de campo -dijo el productor-, eso es algo que carece de importancia. En realidad, forma parte de tu encanto y te da personalidad

- ¿Y mi voz? -preguntó el joven.

- En mi opinión tiene personalidad propia y, además, cantas con mucho sentimiento. Ven conmigo y haré de ti una estrella. 

Y así fue como Martin, el joven de campo que quería ser cantante, se convirtió una estrella de la música y triunfó cantando a su manera.

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