Cuento. Había una vez una conejita llamada motita, quien era muy curiosa
Enviado por jezziiep • 2 de Septiembre de 2015 • Tarea • 575 Palabras (3 Páginas) • 454 Visitas
Había una vez una conejita llamada motita, quien era muy curiosa. Un día, su mejor amiga, Rita la patita, le mostró una pequeña caja de madera, diciéndole que dentro de ella estaba lo que más valoraba en el mundo.
– ¿Motita, ya sabes que eres mi mejor amiga, no es así? – Dijo el pollito.
– ¡Claro Rita! Tú también eres mi mejor amiga.
– Bueno, me voy de viaje unos días, y no puedo llevar la caja conmigo, por eso quiero que la cuides tú mientras no estoy, sabes que ahí tengo lo que más valoro en esta vida, y tu eres en quien más confío.
Motita, como buena amiga que era, aceptó cuidar de la caja. El primer día nada ocurrió, la conejita cuido de la caja como si fuera su posesión más preciada.
Pasaron dos días, y Motita se preguntaba sobre el contenido de la caja, pero no se atrevía a destaparla.
El quinto día, Motita ya no pudo más y decidió abrirla, cuando tomó la caja en sus manos se dio cuenta de que necesitaría una llave, no lo dudó ni un segundo y fue a la casa de su amiga a buscarla.
Cuando por fin encontró la llave, escondida debajo de la cama de Rita, fue corriendo a su casa para por fin descubrir qué era lo que su amiga escondía dentro.
Justo cuando había metido la llave a la cerradura, sonó el timbre y alguien llamó a la puerta diciendo:
-Motita!, soy Rita!, ya volví de mi viaje!
Al escucharla, la conejita salió lo más rápido que pudo a al jardín y en un montículo de tierra enterró la llave, después de hacerlo abrió la puerta.
-Bienvenido de vuelta, amiga, ¿qué tal te fue?
– Muy bien realmente… ¿tienes mi caja?
– Claro – dijo Motita, quien fue a traerla y se la dio.
– Muchas gracias por cuidar de ella amiga. – dijo la patita – me gustaría platicarte sobre mi viaje, ¿vamos a tu jardín a platicar?
Motita accedió, un poco nerviosa. Justo cuando llegaron al jardín una tormenta comenzó, y convirtiendo en lodo el montículo de tierra, la llave comenzó a aparecer. Motita casi se desmaya de la vergüenza al ver la cara de decepción de su amigo quien le dijo:
– Motita, Esa es la llave de mi caja?
– Si, lo siento mucho amiga pero me dio curiosidad – respondió tristemente la conejita – Aunque no pude abrirla.
– No te culpo… hagamos un trato: yo te enseño lo que hay en la caja a cambio de que me prometas no volver a traicionar mi confianza., ni la de alguien más, eso es algo muy malo. ¿Hecho?
– Hecho – aceptó Motita sonriendo por la emoción de que su amigo lo perdonara y porque al fin vería el contenido de la caja.
Cuando la patita tomó la llave y abrió la pequeña caja, Motita tuvo ganas de llorar y reír al mismo tiempo, ya que lo que estaba dentro de la caja, lo que su amiga más valoraba en el mundo, era una foto de cuando eran pequeñas y se convirtieron en amigas. Al final Motita abrazó a Rita y su amistad duró para toda la vida
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