Cuento Sobre Valores

Una vez se reunieron todos los valores de la humanidad para analizar lo que habían hecho cada uno de ellos con los hombres.

- Bueno -dijo la comunicación- ¿podemos empezar con la reunión?

- Sí, respondió el respeto; yo quisiera empezar diciendo que ya me estoy haciendo viejo, que ya no tengo fuerza para seguir adelante, me duele tanto ver lo que pasa en la tierra que no sé hasta cuándo pueda vivir, sé que de la raza humana ya estoy desapareciendo.

- Estás equivocado, le dijo el aprender, no todo está perdido hay mucha gente que todavía quiere conocerte, ¿por qué darte por vencido antes de tiempo?

- Estás en lo cierto, dijo la perseverancia, no te rindas antes de tiempo, aquí hemos venido a darle solución no a decir si nos queremos retirar de nuestro trabajo.

Por otro lado la paciencia agregó:

- En la tierra, yo ya no sé cómo ayudar. ¡Cuánto tiempo más está pasando y la raza humana no me considera en nada! Hay muchos seres humanos que no saben esperar, entran en una desesperación tal, que a veces me pongo a llorar en un rincón.

- Yo te apoyo, dijo la tolerancia, pues la raza humana sólo usa la agresividad para hacer entender a otros; hay mucha violencia en la tierra y es que parece que mi mano derecha, la comunicación, no pone de su parte.

- Discúlpame, respondió la comunicación, pero yo pongo todo mi esfuerzo en esta raza, pero que hay muchos hombres que saben que lo que hacen están mal, pero yo no puedo hacer nada más que sólo usar a las personas que me tienen consideración y me usan para poder hacer ver a los otros que están equivocados.

Un poco más apartada de los demás, la decencia rompió en llanto y dijo:

- Yo estoy herida y sólo tengo que decir que ahora ya no existo en casi ningún ser humano, pero donde ya me di por vencida es en la juventud y es que en este grupo no existo por ningún lado.

- Yo pienso, dijo la sana diversión, que a mí no me toman en cuenta y quisiera decirles que yo puedo apoyar mucho a la...

que a veces los humanos piensan que diversión es consumir alcohol, drogas, tener sexo libre. No quiero ofender a la libertad pero es que los humanos lo ven de esa forma, yo propongo a partir de hoy la decencia y yo trabajaremos en equipo, acotó.

Aplaudiendo, se levantó la sensibilidad y dijo:

- Yo todavía tengo fuerzas para seguir dentro de los humanos, y es que hay hombres que todavía me consideran y mucho.

- Así es, dijo la solidaridad, yo estoy orgullosa de cuánto la raza humana me considera y es que, en medio de todo, yo cada día que pasa me siento con muchas más fuerzas para existir. Al igual que yo, dijo la bondad, hay muchos hombres que pueden o pudieron en algún momento ser egoístas pero yo trabajo duro y parejo para poder ser considerada y no extinguirme.

- Yo, la pulcritud, en la raza humana muchas veces siento vergüenza de mí misma,

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