Cuento LA CAÍDA
Enviado por aletroi • 14 de Marzo de 2018 • Ensayo • 784 Palabras (4 Páginas) • 147 Visitas
LA CAÍDA
Patricia despertó como todas las mañanas y apuró un café con un poco de azúcar para despabilar otro día de rutina laboral mientras se vestía y salió de su casa raudamente hacia su trabajo , caminaba por una calle desierta de la zona de Barracas cuando de repente sintió una presencia que la seguía pero al darse vuelta no observó a nadie, sólo escuchó el sonido de algunas hojas que el viento empujaba en esa madrugada otoñal. Todavía las calles estaban oscuras y sobre el cemento se reflejaba la luz lúgubre de los focos que pronto se apagarían al encenderse la luz del sol. Pero esa mañana era distinta, no fue como todas las otras mañanas, tal vez un presentimiento de que algo extraño sucedería…siguió caminando mientras un frío húmedo le helaba los huesos y pensó que tal vez no llevaba suficiente abrigo. Escuchó el crujir de unas hojas secas pisoteadas por unos pasos y aceleró rápidamente su caminata tratando de llegar a la parada del colectivo que la llevaba todos los días hacia el centro pero al pisar una hoja, resbaló y cayó al piso golpeándose la cabeza. Cuando abre los ojos se encuentra en un lugar extraño, ajeno, con un penetrante olor a humedad y aceite de coches, tal vez a nafta, no puede distinguir exactamente esos olores, tal vez por desconocimiento, tal vez porque sus sentidos se encontraban tan abrumados como su cabeza.
Sintió de repente una mano deslizarse por su frente, una mano áspera y se sintió inquieta, asustada, abrumada, pero sin fuerzas para escapar de allí, sentía que el peso de su cuerpo no le permitía realizar movimientos, sólo sentía esa mano áspera en su frente,el miedo la paralizó y sólo atinó a gritar, pero esa misma mano le tapó la boca y allí percibió mas fuertemente ese olor a nafta, a grasa y entonces sólo en ese instante pudo conjeturar que se encontraba en un taller mecánico, o quizás en una fábrica, pero la ansiedad y el terror no la dejaban pensar con tranquilidad. Escuchó una voz familiar que le decía:_Quedate tranquila, descansá un poco.
Pero esas palabras, lejos de tranquilizarla, mas la abrumaron, la confundieron y le generaron un temor indescriptible. Luego se durmió profundamente, no pudiendo precisar las horas que habían pasado, sentía frío y hambre y allí fue cuando ese hombre la tapó y le preguntó: _¿Querés que te traiga algo de comer? Debés tener hambre…
Ella asintió con la cabeza pero pensaba quién sería ese hombre que a la vez le inspiraba temor y a la vez le daba protección… al abrir los ojos vió sus ojos azules observándola y fue en ese instante cuando le preguntó: _¿Dónde estoy? ¿Qué hora es? ¿por qué estoy acá?
El le respondió:_ te caíste y te desmallaste y yo te traje a mi taller, tranquilízate, podés quedarte un rato mas, hoy no viene mi patrón.
Ella se sentía extraña en ese lugar desconocido, sólo quería escaparse pero estaba mareada y sentía que el cuerpo le pesaba. Sólo le pidió ir al baño y el la tomó con sus brazos por la cintura y la acompañó. Ella al entrar vió una pequeña ventana por la que se filtraba la luz e imaginó que serían las últimas horas de la tarde, pensó en escapar por allí pero era un espacio muy minúsculo para que por allí pase su cuerpo, entonces desistió…en ese instante escuchó la masculina voz preguntándole: _¿Te sentís bien bebé? Y recordó en ese instante que le molestaba que le dijeran bebé y ¿por qué tanta confianza? Abrió la puerta lo miró y le dijo:
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