Cuento Octavio y el Lápiz mágico

Néstor Alonso Rocha Espinoza.

Octavio y el lápiz mágico.

Este era una vez un niño llamado Octavio que vivía en un pueblito llamado Mixcoac, Octavio era un niño tímido en la escuela que soñaba con ser doctor pero era muy flojo y no le gustaba estudiar ni hacer tareas, en una ocasión mientras todos sus amigos jugaban futbol él estaba arriba de un árbol observando porque el entrenador no lo dejaba jugar por no ser tan bueno como sus amigos, Octavio se quedó pensando en lo grandioso que sería ser el mejor jugador de la escuela y el más inteligente así se quedó unos minutos cuando suena el timbre de la escuela, era la hora de entrar, al querer bajar del árbol resbaló y cayó al suelo y cuando abrió los ojos vio a un señor de aspecto extraño pero a la vez muy elegante y le dijo niño, niño ¿estás bien?, si contestó Octavio, te he estado observando y quiero hacerte un regalo, tengo 2 cosas la primera este lápiz mágico que hará lo que tú quieras hacer y segundo un consejo que te ayudará para toda la vida, quiero el lápiz contestó Octavio, está bien niño toma este lápiz y ten cuidado con lo que deseas se te puede cumplir, el niño no podía creerlo y se frotó los ojos y de repente el señor había desaparecido y el tenía el lápiz en sus manos, se fue a su casa y no le contó a nadie de lo sucedido, al siguiente día había evaluaciones en la escuela y el sacó su lápiz y empezó a realizar el examen y como no sabía las respuestas por no haber estudiado ni puesto atención en clase contestó todo el examen al tín marín, y así lo hizo con todas las materias hasta terminar toda la evaluación, cuando salió al recreo tiró el lápiz a la basura y dijo este lápiz es una farsa, el señor que me lo regaló es un mentiroso y se fue a ver a sus amigos jugar futbol, pero faltaba un jugador de su equipo y el entrenador lo invitó a jugar, Octavio no podía creerlo y aceptó jugar, estaba muy emocionado y cuando pateó el balón empezó a correr un aire helado y después goooooooooooool, había marcado su primer gol cuando fue a festejar con sus amigos se dio cuenta que traía el lápiz en una de sus bolsas del short y pensó pero si yo lo había tirado como llegó a mi nuevamente, pero ya no le dio tanta importancia ese día metió 9 goles él solito y se encontraba feliz, al día siguiente la maestra entrega calificaciones y felicito a Octavio por haber sido el mejor del salón con calificación perfecta de 10 en todas las materias, y Octavio pensó este lápiz si funciona, seré el mejor de la escuela….

Al poco tiempo se volvió muy popular, pero del otro lado sus compañeros no querían jugar futbol con él ya no era divertido, Octavio se hizo muy creído y menos ponía atención en clase, los maestros no se explicaban esa situación, el estaba triste pues él no quería eso, el quería que fuera diferente, pero así siguió él sacándole punta al lápiz mágico y contestando exámenes hasta que se terminó su carrera de doctor y en el ámbito deportivo no logró sobresalir ya que ningún entrenador lo quería por ser muy individualista, Al tiempo Octavio consiguió un buen trabajo en el mejor hospital, atendía a los pacientes y les hacía las recetas con el lápiz mágico, y curaba a todos los pacientes, hasta que un día Octavio observó su lápiz y se dio cuenta que ya no tenía más punta no sabía qué hacer, no sabía que medicamentos otorgar a los pacientes, el miedo se apoderó de Octavio y empezó sudar, la gente lo presionaba tanto porque en lugar de mejorar empeoraba hasta que no aguantó y se puso a llorar y a lamentarse, que es lo que he hecho de mi vida, no tengo amigos, no sé nada de medicina y no sé qué hacer que alguien me ayude por favorrrrrrrr, lloró, lloró y lloró hasta que se quedó dormido, cuando de repente escucha que lo mueven y abre los ojos y ve al mismo señor extraño que le decía niño, niño ¿estás bien?, si contestó Octavio, te he estado observando y quiero hacerte un regalo, tengo 2 cosas la primera este lápiz mágico que hará lo que tú quieras hacer y segundo un consejo que te ayudará para toda la vida, Octavio no lo podía creer era niño nuevamente y llorando de alegría le dijo quiero el consejo quiero el consejo señor, el señor le dijo “usa tu fuerza y tu convicción para hacer siempre lo que deseas nunca te detengas, aprecia a tus amigos, ama a tu familia y respeta a tus maestros”, muchas gracias por el consejo señor le dijo Octavio y se fue corriendo a su salón de clases, llegó abrazó a su maestra y sus amigos y los mismo a sus papás cuando llegó a su casa, y cuando estaba solito Octavio pensó “no seré el mejor jugador de mejor técnica ni el más inteligente, pero de una cosa estoy seguro seré el más preparado y le pondré muchas ganas en todo lo que haga”. 

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