Cuento corto amistad y amor

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Era un día normal, me encontraba en el instituto, era alrededor de la 3 hora, como de costumbre no estaba presentado atención, ni tomando apuntes y sentía que ya estaba harta, solo me dedicaba a ver las manecillas del reloj que pareciera que no avanzan ni un poco, al mi alrededor mis compañeros se encontraban tomando sus apuntes y prestando atención.  A mi mente vino la idea de salir a tomar un “poco de aire” y le pedí permiso al profesor para ir al baño.

Al salir del aura me dirigí al baño, y después a dar un pequeño “paseo” por la escuela. Empecé a caminar y a caminar hasta llegar al jardín, me tire al césped y cerré los ojos por un momento. De repente escuche una voz, podría jurar que era la voz más dulce que había escuchado. Esa voz me dijo “La escuela no es un lugar para dormir, ¿Acaso no deberías estar en clases?” me exalte un poco y le dirigí una pequeña sonrisa apena, el joven se sentó por un lado de mí, me extendió su mano y me dijo: -“Hola, soy Samuel, pero todos me dicen Sam”, dijo sonriente. “Mi nombre es Jendoly, pero todos me dicen Jen, un gusto”-. Le conteste algo nerviosa. Y asi paso el rato, estuvimos hablando por un largo tiempo, que sin darnos cuenta ya era la hora de salida, asi que acordamos en irnos, Samuel me acompaño a mi salón por mi mochila, y en la puerta de la escuela nos despedimos, él se tenía que quedar en la escuela, ya que aún sus clases no terminaban, asi que espere el autobús y fui directo a casa.

Al llegar a mi casa sentía una extraña sensación, no dejaba de pensar en Samuel, aun no podía creer que una persona como el pudiera hacer amistad con alguien como yo. Él es la descripción de  chico perfecto, un buen estudiante, un gran deportista, alguien muy “popular” y sociable, sin mencionar que es muy amable e increíblemente guapo, y bueno yo soy la típica que se sale clases, saca 6 y 7, no muy amigable, que se le pasa hablando de cosas raras, y básicamente no tengo algún cuidado en mi imagen. Seguía emocionada por mi encuentro de hoy y enseguida pensé “Jen no seas tonta, no te ilusiones”, asi que me fui a dar un baño, me recosté en mi cama y trate de dormir, me costó mucho trabajo ya que no podía dejar de pensar en Samuel.

Es sábado por lo tanto no tenía clases y mis padres estaban trabajando, llegarían hasta tarde, como siempre,  y como de costumbre revise mi teléfono, al ver que tenía un mensaje de un número desconocido lo abrí y al ver que era de Samuel, grite como “fan girl” en concierto,  no lo podía creer, en el mensaje me daba los buenos días y me invitaba a salir, estaba nerviosa, nunca ningún chico me había invitado a salir y menos alguien como él, por un momento me asuste y llegue a imaginar que esto podía ser una cruel broma, pero conociendo la reputación de Samuel dudaba que pudiera hacer algo asi, asi que acepte y acordamos en vernos dentro de 2 horas en un centro comercial. Estaba demasiado emocionada y asustada ya que no sabía como arreglarme, normalmente no me importan esas cosas, pero esta vez era diferente, asi que subí a mi cuarto y busque entre toda mi ropa probándome cada prenda buscando algo que no me sentara tan mal. Por fin había acabado de arreglarme y Salí de mi casa directo al lugar acordado. Al llegar me encontré a Samuel en la entrada, me saludo demasiado sonríete, como si ya tuviéramos tiempo de amistad. El rato paso demasiado rápido, fuimos a comer, a patinar, y estuvimos hablando de todo un poco, se hizo tarde me acompaño a mi casa, nos despedimos, el me abrazo antes de irse, fue la primera vez que lo hizo, sentí una sensación “mágica”, una tranquilidad y un sentimiento de seguridad, al soltarnos el me dio una sonrisa y se fue.

Asi paso el tiempo, pasaron los días, las semanas, y Samuel y yo cada vez nos volvíamos más unidos, casi siempre estábamos juntos. Desde que Samuel entro a mi vida esta dio un cambio total, ya entraba a clases, me esforzaba por poner atención y sacar buenas calificaciones, en arreglarme, empecé a socializar con lo demás, entre más cosas. Samuel cambio por completo mi mundo, yo me esforzaba en ser mejor día tras día, él se convirtió en mi mayor motivación, él y solo él. Todo esto me asustaba ya que sentía que me había enamorado de él, no sabía que hacer o cómo reaccionar ante esto, nunca me había enamorado, ¿Qué debía hacer?, si se lo comentaba a Samuel, corría el riesgo de que el no sintiera lo mismo y la amistad que teníamos podía desaparecer, pero había momentos en los que creía que Samuel pudiera tener los mismos sentimientos de amor hacia mí. Meditando las cosas me arme de valor y me decidí a confesarle a él las cosas. Iba decidida y emocionada, me encontré con el pero esta vez él estaba distinto, sus hermosos ojos miel, estaban rojos, su sonrisa enorme no se encontraba, asi que de inmediato me acerque a él y le pregunte que pasaba, el me abrazo y comenzó a llorar en mis brazos, opte por no emitir algún sonido, solo lo abrasaba fuerte. Ya que él estaba un poco más tranquilo, le pregunte que sucedía, el me conto que esa misma mañana su padre había fallecido, de su una enfermedad muy extraña, no supe que decirle, solo lo abrace más fuerte y le hice saber que yo estaría para apoyarlo en todo.

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