Cuento portugues
Enviado por Diego Villarreal Malvaceda • 12 de Abril de 2019 • Trabajo • 2.403 Palabras (10 Páginas) • 111 Visitas
Era una vez ... Era una vez: yo!
Pero apuesto que usted no sabe quién soy. Prepárese para una sorpresa que usted ni adivina.
¿Sé quién soy? Soy un perro llamado Ulises y mi dueña es Clarice.
Me siento latente para Clarice y ella - que entiende el significado de mis ladridos - escribe lo que le cuento. Por ejemplo, hice un viaje al patio trasero de otra casa y le conté a Clarice una
una historia bien cerrada: de aquí a poco usted va a saber de ella: es el resultado de una observación mía sobre esa casa.
En primer lugar quiero presentarme mejor.
Dicen que soy muy bonito y sabido. Bonito, parece que soy. Tengo un pelo marrón de color de guaraná. Pero sobre todo tengo ojos que todos admiran: son dorados. Mi dueña no quiso cortar mi cola porque piensa que cortar sería contra la naturaleza.
Dicen así: "Ulises tiene mirada de gente". Me gusta mucho acostarse de espaldas para rascar mi barriga. Pero sabido soy sólo a la hora de latir palabras.
Soy un poco malcriado, no obedezco siempre,
me gusta hacer lo que quiero, hago pis en la sala de Clarice.
Fuera de eso, soy un perro casi normal. Ah, olvidé de decir que soy un perro mágico: adivino todo por el olor. Esto se llama tener faro. En el patio donde estuve hospedado me olvide todo: higuera, gallo, pollo, etc.
Si usted llama: "Ulises, ven acá" - yo voy corriendo y latando a su lado porque me gusta mucho de niño y sólo morir cuando me golpean. Pues no es que voy a luchar una historia que hasta parece de mentira y hasta parece de verdad? Sólo es verdad en el mundo de quien le gusta inventar, como tú y yo. Lo que voy a contar también parece cosa de gente, aunque se pase en el reino en que bichos hablan. Hablan a la moda de ellos, por supuesto.
Pero antes de empezar, le pregunto a usted muy bajo para que usted oye:
- ¿Está oyendo ahora un pajarito cantando? Si no lo está, lo hace de cuenta. Es un pajarito que parece de oro, tiene pico rojo vivo y está muy feliz de la vida.
Para ayudarle a inventar su pequeña cantiga, le voy a decir cómo canta. Canta así:
,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,.
Este es un pájaro de alegría. Cuando cuente mi historia voy a interrumpirla a veces cuando oiga el pajarito.
¿Y la historia?
Bueno, ella se inicia en el enorme patio de una señora llamada Oniria.
Oniria es medio mágico también, pero sólo cuando entra en la cocina. Imaginen que, con huevo, harina de trigo, mantequilla y chocolate, ella puede hacer estallar un pastel que es delicioso hasta para rey y reina. Te pregunto: ¿quién es la persona mágica en la cocina de tu casa?
En ese jardín que visité y olía, ¿qué había? Había un árbol enorme llamado higuera
- y gallos y pollos.
Todo corría en paz en aquella zona: la lluvia alimentaba la bella higuera, el sol le daba vida. Oniria hacía pasteles, sin contar que. además del maíz que los gallos y las gallinas comían,
el terreno estaba lleno de lombrices, sobre todo después de que llovía, oh tierra buena.
Oniria le gustaba mucho la gran higuera y las aves. Tenía hasta un libro que enseñaba cómo hacer que las gallinas pusieran huevo fuerte: era dando agua, en vez de fría y poca, tibia y mucha. En cuanto a la higuera, Oniria ponía de vez en cuando en sus raíces tierra abonada de donde ella sacaba comida con vitamina.
Entre los gallos y las gallinas existían dos aves muy importantes porque eran inteligentes, bondadosas y protegían a sus amigos. Eran como el rey y la reina del gallinero. El gallo se llamaba Ovidio. El 'O' venía del huevo, el 'vidio' era por su cuenta. La gallina se llamaba Odissea. El 'O' era a causa del huevo y el 'dijo' venía por cuenta de ella.
De hecho, lo mismo sucedía con Oniria: el 'O' del huevo y el 'niria' porque así lo quería.
Casada con su Onofre. Bueno, usted ya sabe que el 'O' de Onofre era en homenaje al huevo - usted adivinó cierto: el 'nofre' era malandragem de él. Y patati y patata. ¡Au Au Au!
Así corría la vida. Mansa, mansa.
Los hombres homenajeaban, las mujeres mujerizaban, los niños y las niñas
los vientos venían, la lluvia lluviosa, las gallinas gallinas, los galos galan, la higuera higuera, los huevos ovinos. Etcétera.
A esa altura, usted debe estar reclamando y preguntando: ¿tiene la historia?
Paciencia, la historia va a historiar. Y es para ahora mismo. Comienza así: Era un día de domingo, sin ningún programa, sin ninguna diversión, era un día de nada. Es decir, nada sucedía. Todo igual. El sol cantando. De pura tagarelice las gallinas cacarejaban. Pero la calma no duró mucho. Y la culpa fue de la higuera que no se sabe por qué nunca había dado higos.
(Pirilim-pim-pim, pirilim-pim-pim, pirilim-pim-pim)
No es que allí para mediodía la higuera, por no tener qué hacer, se esforzó para pensar.
El esfuerzo era tan grande que incluso cayeron en el suelo algunas de sus hojas. Y ella finalmente tenía un pensamiento.
El pensamiento era el siguiente:
La vida del gallo y de la gallina es una verdadera fiesta. Ovidio cocorica, las gallinas ponen huevos. Pero, ¿y yo? yo, que ni higo yo?
Y patati y patata.
El pensamiento de la higuera se pudrió y se volvió envidia. Se pudrió aún más y se volvió
venganza. La higuera, que no daba frutas y no cantaba, resolvió enriquecerse a costa de los demás. Quería aprovecharse de los hijos de Ovidio, Odissea y otras aves. Si al menos cantaba ella perdonaría.
Pero no. (¡Au Au Au!)
De pensamiento en pensamiento, todos llenos de rabia, la higuera llegó a una desafortunada solución: ia
hacer una cosa que usted no adivina.
¿Sabes qué? Esta danada de higuera entró en contacto con una nube negra que
era bruja. Y pidió:
- Bruja, bruja, haga que los huevos sean míos, aunque no cocore como
Ovidio! ¡Quiero vender esos huevos y ganar mucho dinero!
Fue así que habló y en sus ojos había un brillo de sinvergüenza.
La bruja mala se llamaba Oxelia. El 'O', etc. etc., ya lo sabes. Ella, una vez consultada, ni necesitó pensar mucho: era tan mal que era nube que ni llover llovía. Y voy a contar más: ella quiso hacer favor a la higuera porque quería que esa, al final, llevase la peor. Lo siento, pero aún no cuento ahora cuál fue el fin. Espera.
...