Desde fines del siglo XX han aumentado las cifras del número de jóvenes que realizan conductas delictivas

Introducción

Desde fines del siglo XX han aumentado las cifras del número de jóvenes que realizan conductas delictivas, a causa de esto en agosto del año 2000 se promulgó el Nuevo Código de los Niños y Adolescentes  en el cual se proponen derechos, deberes y obligaciones de los niños y adolescentes que se deben tener en cuenta cuando suceden problemas de índoles penales y jurídicos.

Tomando en cuenta esto, sabemos que en n los últimos años han participado jóvenes menores de edad en actos delictivos, provocando una vez más todo tipo de comentarios, perjuicios y generalizaciones por parte de la sociedad que se siente atemorizada por la acción que se tomara a causa  de la delincuencia juvenil.

La delincuencia puede ser tanto como un problema psicológico así como de  conducta o simplemente generalizado por una mala influencia por parte del entorno que rodea a los jóvenes, aunque no se debe descarta los problemas económicos, los que se viven en familia y sobre todo la educación valores y principios que aprendemos desde nuestra niñez. Para esto existen múltiples teorías enfocadas a la causa de  está problemáticas que se vive día con día, no se puede decir que solo se da por alguna cosa  u otra, sin embargo, podemos cuestionarnos porque están ocurriendo estos incidentes en nuestro entorno.

Desarrollo

Un dato importante sobre el estudio que se les realizo a jóvenes de entre 10 y 19 años de edad que se encontraban en la correccional, arrojo que el 40% de estos proviene de familias numerosas con más de cuatro hijos, el 30% declara delinquir por influencia de hermanos mayores o amistades, el 20% sufrió maltrato dentro de la familia y el 10% recurre a las drogas para cometer algún delito.

Son muchas las casas de este mal que cometen los jóvenes, pero no cabe duda que la primera y más importante radica en el abandono y la dimisión moral de los adultos. Han formulado los sociólogos que la agresividad es una tendencia natural en los seres vivos y que el hombre puede conducirse al comportamiento antisocial si no encuentra una forma adecuada de expresión, esto quiere decir que los jóvenes necesitan del apoyo de sus padres así como que se pongan límites y  no solo se les enseñen sus derechos sino también sus obligaciones.

La neurociencia ha confirmado que la tendencia de los adolescente hacia comportamientos disruptivos y hacia la infracción de olas normas esta relacionada con un desarrollo insuficiente de los controles cognitivos. Desde una perspectiva global, el desarrollo cerebral proporciona una prueba convincente de que la maduración de los lóbulos frontales –la parte del cerebro esencial para los procesos de decisión, control de emociones y juicio moral- no se completan al menos hasta los 18 años e incluso más allá de esta edad.

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