Dos amigos Guy de Maupassant

Dos amigos Guy de Maupassant

Este cuento nos describe a dos hombres franceses llamados el señor Morissot y el señor Sauvage, estos hombres se dedicaban a la pesca, solían pescar juntos en el mismo río, todas las temporadas cuando se encontraban se la pasaban la tarde esperando que pescado podían obtener y aunque no solían hablar mucho los dos se admiraban el uno al otro, así durante primavera, verano y otoño.

Pero ante una Francia destrozada por la guerra, una parís dañada, en ruinas se encontraban estos dos hombres refugiados en el mismo lugar y ellos sin saberlo. Cuando se reencontraron se estrecharon fuertemente la mano pues la emoción de encontrar a alguien conocido en esos momentos de tensión que se estaba viviendo era algo relajante y entusiasmaste. Se organizaron para ir por unos tragos y ya al estar un poco mareados debido al alcohol, decidieron ir a pescar al mismo río de siempre. Tenían que pasar por un batallón Francés, pero no habría problema pues el general a cargo del batallón ahí conocía a uno de ellos, pasaron el batallón y unos cuantos campos desnudos más y se encontraron unos alemanes; los evitaron y avanzaron sigilosamente, al llegar al río empezaron a charlar sobre la situación que estaban viviendo mientras esperaban a pescar unos cuantos peces pero obviamente ya se habían asegurado que no había ningún soldado alemán por el área.  

Pasaron las horas y se empezaron a escuchar estruendos cerca de la zona por lo que se alarmaron un poco pero no le dieron mucha importancia, pero al voltear vieron que a sus espaldas se encontraban varios hombres altos y barbudos con sus fusiles apuntándoles, obviamente eran alemanes, Morissot y Sauvage intentaron escapar, pero su esfuerzo fue en vano. Los alemanes los ataron y los llevaron con su capitán; no olvidemos su red con peces, siendo sinceros llevaban buena racha y los alemanes también se adueñaron de los peces. El capitán de los alemanes dedujo que estos dos hombres eran infiltrados franceses que se hacían pasar por simples pescadores y solo querían obtener información sobre sus ataques, este al tener esta idea sobre los hombres les cuestiono sobre la contraseña para poder ingresar de nuevo al campo francés, contraseña la cual desconocían pues de soldados no tenían nada, el capitán empezó a perder la paciencia y como ningún hombre respondió a sus hombres les hablo en alemán y les ordeno fusilar a los dos hombres si no decían la información que les solicitaba. Como ninguno respondió algo, Morissot y Sauvage murieron esa tarde en la cual los alemanes terminaron comiéndose sus peces que habían pescado.

La felicidad Guy de Maupassant

Nos cuenta la historia de un hombre que un día fue de viaje a Corcega, una isla salvaje incluso retirada de América pero cuando estaba en la isla y cuando se adentró un poco más en ella pero incluso todavía estando en la costa se encontró con una mujer una mujer que los recibió muy bien, en su lado un hombre de 82 años muy amable.

esa señora le empezó a preguntar al narrador sufrir familias francesas pues el narrador le confesó que venía de ahí y está como entre la inquietud la angustia y ganas de decir algo le empezó a preguntar por cada una de las familias que eran reconocidas hace muchos años, obviamente conocía las familias el narrador y la angustia de la mujer le hizo revelar al narrador que ella pertenecía a una de esas familias para ser específicos a los Sirmont el narrador obviamente supo quién era pues ella había tenido una historia de la cual se hizo muy famosa ella sabía enamorado de un soldado que al terminar su servicio escaparon y nunca se supo a donde todos la buscaron llamaron por ella pero nunca hubo pista de su paradero hasta ese día que por cosas del destino un hombre de la misma ciudad que ella en un viaje a una isla por decir remota terminó encontrándose.

el narrador le preguntó que por qué había hecho esto que si ella estaba feliz con el hombre a pesar de que ya tenía una edad avanzada y ya era sordo a lo que la mujer rápidamente afirmó que sí que nunca le ha reprochado nada que ahí es demasiado feliz y que siempre ha tenido lo necesario para poder vivir el narrador cayó y una mujer de la sala dijo que eso le pasaba por necia pero otra voz se metió y dijo qué importa sí eso es la felicidad.

La leyenda del Rey indio Hermann Hesse

en la antigua India tiempo antes que Buda se alzará el Dios principal pasó que la comunidad eligió a un nuevo rey este la joven y gracias a eso gozó de confianza y enseñanzas de gente sabía que ya tenía tiempo en el medio estos le enseñaron varias técnicas como purificarse someter a la voluntad los impulsos tormentosos y el entendimiento de todo y uno.

esto no fue muy bien aceptado pues gente que se negaba a creer la existencia de nuevas divinidades o incluso la existencia de múltiples divinidades había gente que prefería seguir creyendo en dioses antiguos o simplemente no entendían del todo bien el todo y uno las pruebas de la confusión de la gente se debía a que muchos de los signos sagrados cambiaban constantemente por lo que llevaba la gente a dudar la existencia de un mismo espíritu.

Retomando el rey este en su duda por saber la verdad de quién es el verdadero Dios siempre le preguntaba a los sabios que lo adiestraban en esas técnicas pero estos sin dar una respuesta planea sobre lo que él preguntaba decidió hacer de buena forma lo que son los aconsejan y realizó grandes progresos en la sabiduría incluso al punto de llegar a meterse 40 días sin comer y sin dormir con alguna cobija o alguna almohada en el qué pasó esos 40 días todos admiraron una figura descuidada flaca pero que al mismo tiempo relucía un brillo interior y tenía un aroma de pureza el río Díaz querido una gran sabiduría por lo que llamó a traer a más personas al Palacio y dijo que iban a ser interrogados como en un estilo de debate y quién eran las mejores respuestas sobre quién era Dios o quiénes eran los dioses iba a ser premiado por una vaca con cadenas de oro y así pasó la gente empezó a dar sus mejores respuestas empezó a ser premiada pero aun así el rey logró darse cuenta que esto era un círculo y que nadie daba una respuesta concreta sólo se hacían más interrogantes más dudas más preguntas pero nunca llegaron a una respuesta concreta sobre quién era por lo que el rey parado el líquido y mirando hacia el infinito se quedó así un buen rato hasta que todos guardaron silencio y lo miraban hasta que se empezó a reír se quitó la ropa y así salí a la selva donde nunca se supo más de él.  

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