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ENSAYO DE EL MIO CID


Enviado por   •  3 de Agosto de 2020  •  Ensayo  •  802 Palabras (4 Páginas)  •  214 Visitas

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Introducción:

En este libro podemos apreciar como el honor, la lealtad, el amor y muchos otros valores, pueden llevar a una persona a conquistar ciudades y reinos, por recuperar lo que un día perdió injustamente por culpa de sus enemigos y de la envidia que le tenían por todos los privilegios que tenia ante el rey como un buen vasallo  que era. Se nos presenta como un gran héroe que supera su destierro haciendo lo posible y lo imposible por volver a gozar de la confianza del rey, su principal valor es la búsqueda del honor. En este libro, la envidia la podemos ver reflejada en los enemigos del cid, ya que estos deseaban sus riquezas y los beneficios que tenia ante el rey; Enemistado por la envidia de sus enemigos, estos calumnian contra él ante el rey, el cual se ve obligado a expulsar a el Cid de su reino, despojándolo de su honor, de sus riquezas y de su familia la cual es obligada a quedarse en Castilla.

Desarrollo:

Rodrigo Díaz de Vivar, también llamado El Cid Campeador, Vasallo del rey; el nombre Cid fue puesto por la gente del pueblo, y el nombre Campeador nace de las burlas que algunas personas le hicieron a Ruy Díaz, quien eligió burlarse de esas personas y nombrarse a si mismo Campeador. Ruy Díaz nació en el año de 1041, una época en donde se peleaba por el honor, la lealtad, la valentía. También la lucha era por conquistar tierras en una época donde no había paz y solo luchas constantes que tenían que ser peleadas, donde demostraban todos aquellos valores que debían de ser tomados en cuenta para lograr subsistir. La cobardía no era bien vista.

El Cid es desterrado por calumnias que llegaron al Rey Alfonso VI, por medio de sus enemigos, los cuales tenían envidia de sus logros y posesiones que este tenía. “Suspiró mio Cid, por los pesares abrumado, habló mio Cid bien y muy mesurado: — ¡Gracias a ti, Señor, Padre que estás en lo alto! ¡Esto han tramado contra mí mis enemigos malvados!—“.

El Rey le da un plazo de 9 días para abandonar su reino; en este plazo, el Cid reúne gente que lo quiera seguir, deja su esposa Doña Jimena y sus dos hijas Doña Elvira y Doña Sol a cuidados de un monje en un monasterio.

Cumplidos los nueve días salió el Cid de castilla con algunos amigos y vasallos que se despojaron con él; se dirigieron hacia burgos y desde ese momento empezó a conquistar ciudades, y después de cada conquista, el Cid enviaba presentes al rey para demostrarle que a pesar de haber sido desterrado de castilla, este sigue siendo leal a su rey; Cuando llegaban estos presentes al rey, el se sentía alegre y gozoso, dejando ir al que quisiera con el Cid a buscar mas ganancias. De ciudad en ciudad se fue el Cid campeador Envidiado y temido por sus enemigos, ya que este a pesar de no tener la gracia del rey, a tenido grandes ganancias de las cuales ha enviado una parte a su rey después de cada conquista. Al conquistar a valencia, después de mucho tiempo, recupera la gracia del rey, y permitiéndole sacar a su esposa e hijas de castilla y llevarlas con él a Valencia. “Esa noche todos fueron a sus posadas; mio Cid el Campeador en el alcázar entraba, lo recibieron doña Jimena y sus hijas ambas: — ¡Ya venís Campeador, en buena hora ceñisteis espada, que os veamos muchos días con los ojos de la cara!—. — ¡Gracias al Creador, ya he vuelto, mujer honrada!”

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