El éxito tras la montaña

El éxito tras la montaña.

El colegio es un tiempo de aprendizaje y adquisición de oportunidades, para prepararnos a enfrentar las dificultades que se ganan próximamente en nuestro futuro; allí se conocen amigos, profesores y demás, donde se forjan lazos muy fuertes, los cuales tarde o temprano se romperán al llegar a la etapa de la Universidad.

Esta etapa es un poco inalcanzable para la mayoría de jóvenes, porque deciden no estudiar y dedicarse a trabajar o como se dice vulgarmente “a criar hijos”, o para algunos otros la situación económica no les permite esto. Sin embrago, pienso que esto no es una excusa, si desde un principio cada individuo se propone a atraer fuertemente y tratar de alcanzar lo que se propone, esto tarde o temprano no tendrá remedio de ser atraído y alcanzado, como lo dice La ley de atracción:

“La Ley de Atracción es una Potente Fuerza que Atrae hacia nosotros aquello que deseamos o tememos. Un Pensamiento es una Fuerza –una manifestación de Energía- que tiene el poder magnético de atraer cosas iguales. Una persona que controle radicalmente sus pensamientos, se asombrará de la rápida transformación que operará en las condiciones materiales de su vida.” (James, 2013)

Igualmente al llegar a esta fase, la de la Universidad, nuestra mente y actitud llega totalmente cambiada, esto se debe a que llegamos a convivir con personas que ni conocemos y nos enfrentamos a un entorno muy diferente al que veníamos desafiando.

Al principio de todo esto, parece ser algo hostigante, el tiempo no alcanza, los trabajos se acumulan, no se tiene la misma paz mental que se solía tener, ya que los trabajos y explicaciones por parte del docente se le es obligado al cerebro a prestar más atención del que se solía tener habitualmente y es allí donde empieza una “crisis existencial” como los jóvenes universitarios lo llaman. También se vuelve una responsabilidad individual, donde se es tratado como adulto consiente de todos sus actos y de que sus calificaciones y logros serán alcanzados por sí mismo, no por nadie más.

Los fracasos son como una escuela, de ellos aprendemos con base a la experiencia, donde nuestro “yo interior” me obliga a reaccionar de los malos actos que he proporcionado para llegar a las dificultades que me agobian ahora. Pero es aquí donde se tiene la sabiduría para superarlas, donde lo principal que se vuelve en nosotros es la superación personal para llegar al éxito y traspasar las montañas. Debido a nuestras dificultades, existe un método llamado Problem Solving estratégico, el cual es:

 “un modelo aplicable en cualquier ámbito y con diferentes niveles de dificultad. La primera fase es la definición, antes de buscar soluciones hemos de saber cuál es exactamente el problema al que nos enfrentamos. Una vez definido el problema, hemos de conocer los objetivos, así pues, en lugar de permanecer en la queja permanente por no encontrar salida, hemos de preguntarnos qué resultado querríamos. Una vez que ya somos plenamente conscientes del problema que tenemos, llega el momento de establecer una estrategia para solventarlo.” (Núñez, 2018)

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