El Mercader de Venecia

“EL MERCADER DE VENECIA”.

     La intolerancia hacia los judíos era una realidad en el siglo XVI, incluso en Venecia, la ciudad-estado más poderosa y liberal de Europa.

Por ley los judíos fueron obligados a vivir en un ghetto amurallado de la ciudad.

Al anochecer, las puertas se cerraban y eran vigilados por cristianos.

Durante el día todos los habitantes del ghetto debían llevar un sombrero rojo que les identificara como judíos.

A los judíos les estaba prohibido poseer propiedades. Por ello practicaban la usura, el préstamo de dinero con interés.

Practica contraria a la ley cristiana.

Los sofisticados Venecianos podrían pasarlo por alto, pero para los fanáticos religiosos que detestaban a los judíos, la cuestión era muy diferente…

     Aquel fanatismo religioso desato un odio extraordinario entre Antonio un cristiano y mercader de Venecia, y Sharlock un judío usurero.

Antoni tenía un amado amigo su nombre era Vassanío un joven veneciano apuesto, pero lleno de deudas y enamorado de una princesa de Belmonte llamada Porsia.

Para poder ir a su presencia necesitaba dinero para poder emprender el viaje hacia su amada necesita liquides.

Fue así que le pidió un préstamo a su gran amigo Antonio, pero el tenía su fortuna en los barcos repartidos en distintas rutas, entonces le ofreció su crédito todo lo que le pudieran prestar en su nombre.

Fue así que acudieron a Shailock para pedir el préstamo, pero eso le dio a Shailock la oportunidad de venganza.

El préstamo constaba de 3000 ducados por un periodo de 3 meses, el judío hizo firmar al mercader un documento ante un notario que de no cubrir la deuda bebía de pagar con 1 libra de su propia carne.

El mercader confiado de sus negocios accedió al trato sin tener siquiera idea de lo que se avecinaba.

Así con el préstamo en su poder Vassanío partió hacia Belmonte a la conquista de su amada, y con él un amigo llamado Lorenzo mismo con el que se fugaría Jessica, hija Shailock acrecentando aún más su odio contra los cristianos.

A su llegada a Belmonte Vassanío logro deposar a Porsia pero en medio de su felicidad le llego un mensaje, donde el plazo se había terminado y los barcos de Antonio habían naufragado con su valiosa carga, de modo que era imposible pagar el crédito.

Por su parte el judío era feliz pues más que el oro lo deseaba era la carne del mercader, que en varias ocasiones lo humillo e insulto por la gran cristiandad que profesaba.

El judío llevo a juicio al mercader, reclamando su carne, por su parte Persia ofreció su fortuna para salvar a Antonio.

Pero el judío solo tenía sed de venganza.

Entonces Persia disfrazada de un doctor en derecho ayudo a Antonio tratando de convencer a Shailock de que aceptara el doble de ducados y mostrara piedad.

Pero no accedía hasta que, encontró lagunas en el crédito firmado por Antonio, e interpreto el derecho para así salvarlo, incluso cambiar la aplicabilidad de las normas.

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