El olvido que seremos
Enviado por revigise • 9 de Junio de 2020 • Ensayo • 835 Palabras (4 Páginas) • 261 Visitas
El olvido que seremos
El autor comienza a describir a su familia, especialmente su amor incondicional por su padre, incluso comentaba como siempre dormía con él en la cama. En su vida hogareña, el autor describe que vivía con 8 mujeres y su padre. Estas ocho mujeres eran la nana de su abuela, Tata; las dos muchachas del servicio, Emma y Teresa; las cinco hermanas del autor, Mary Luz, Clara, Eva , Marta y Sol; su madre y una monja. En las noches siempre rezaban todos en conjunto y la hermana le comentaba que su padre se iría al infierno por no ir a misa a lo que el niño asevera que él lo acompañaría , ya que por su padre, él haría todo.
Su padre era un tanto permisivo, no en un sentido excesivo, ya que no le dejaba hacer cosas que no fueran pulcras ni que fueran en contra del sentido común (como no mirar a ambos lados de la calle antes de cruzar), sin embargo, su padre le permitía tocar absolutamente todas sus pertenencias, entre las cuales estaban comprendidas su losión, su tocadiscos, su máquina de escribir, todos sus bolígrafos; no obstante, lo interesante recaía en el dinero, ya que le permitía agarrar cuánto dinero necesitara o quisiera de su cartera, a lo que el niño siempre tomaba un billete, imaginaba todo lo que podría comprar con él, para devolverlo a la billetera; esto porque sabía que su padre contaba con problemas económicos por prestar dinero en exceso a los estudiantes. Su familia no era de nivel socioeconómico bajo, pero tampoco podían darse muchos lujos ya que no rendían las cuentas; en su casa, la mayoría de los gastos eran administrados por su madre, ya que su padre no tendía a determinar los presupuestos.
Hector solía acompañar a su padre al consultorio, ya que las actividades que realizaban sus hermanas junto con la madre Josefa (que consistían en salir a pasear al patio a mirar las flores, rezar o pasear en coche por la acera), le parecían un tanto aburridas. Previo a dirigirse a la oficina, su padre le permitía conducir el carro, desde sus piernas y él siempre mantenía charlas acerca de cuándo sería el momento oportuno para que su padre le permitiera ver a un muerto, a lo que esté siempre negaba con la cabeza En la oficina, siempre tomaba la máquina de escribir de su padre y simulaba trabajar tal y como su padre lo hacía. La secretaría del lugar siempre lo cuidaba y le sonreía, encontraba gracioso y tierno, junto con su padre, el que el niño practicara en la máquina de escribir de este modo, escribiendo cosas sin sentido, sin imaginar que esta acción solo era el inicio del amor que agarra Héctor a la escritura y la literatura.
Uno de los aspectos más interesantes que comenta el autor, es lo poco común que un hijo tenga una relación cálida y amorosa con su padre, ya que menciona que sus amigos le hacían burlas por la relación tan estrecha y unida que mantenía con este último. Al principio, Héctor sentía
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