El tema de este cuento es la inmensa soledad que siente Garcín y le afecta terriblemente

Como un primer punto a tomar en consideración, definitivamente el tema de este cuento es la inmensa soledad que siente Garcín y le afecta terriblemente; se enfrenta a ella reiteradas ocasiones a lo largo de la historia, siempre anda sólo. Ello puede observarse con la carencia de apoyo por parte de su padre y el gran vacío que siente luego de haber amado tanto a Nini, que era como un bello refugio emocional para él, antes de perderla. Al final es esa misma sensación de soledad tan grande, la que lo lleva a la muerte.

En el texto, los motivos que uno puede encontrase son: el amor como una impresionante fuente de inspiración (visible al ser Nini la musa de Garcín, tan necesaria para él), los sentimientos de melancolía y tristeza fusionados, el deseo de suicidio, y la lealtad total a los propios ideales, defendiéndolos ante todo, como se ve en el siguiente fragmento del cuento en relación a la carta de su padre: “Rompió la carta y soltando el trapo a la vena, improvisó unas cuantas estrofas: ¡Sí, seré siempre un gandul, lo cual aplaudo y celebro, mientras sea mi cerebro, jaula del pájaro azul!” (Darío, 62)

En lo que a personajes se refiere, Garcín es el principal de esta historia desarrollada en París. Se trataba un muchacho bastante querido por todos, con gran talento para la poesía y que estaba “triste casi siempre, era buen bebedor de ajenjo, soñador que nunca se emborrachaba, y, como bohemio intachable, bravo improvisador” (Darío 60). Él sentía un amor muy apasionado por una joven llamada Nini, su musa para escribir, y visitaba frecuentemente el café Plombier, donde convivía con sus amigos. Además, decía siempre tener un pájaro azul dentro de la cabeza que ansiaba liberarse, por lo que muchos lo consideraban un loco, cuando realmente lo único que hacía era dejarse llevar por sus emociones; para sus amigos, él era el pájaro azul.

También está el padre de Garcín, único familiar suyo del que se hace mención; era un provinciano normando de avanzada edad, que trabajaba como comerciante en trapos. Creía que su hijo había enloquecido y perdía el tiempo con lo que tanto gozaba, por lo que ejercía presión de la manera que fuese necesaria, para que el poeta dejara de escribir. (Darío, 61)

Otros personajes son los queridos amigos del protagonista, que “eran buenos y decididos muchachos: pintores, escultores, poetas” (Darío, 60) todos enfocados al gusto por el arte y las reuniones en el café Plombier. Aunque no se habla específicamente sobre alguno de ellos, es claro que eran sus camaradas, quienes lo admiraban y frecuentemente celebraban sus versos o lo consolaban en sus momentos más tristes.

Así mismo, tenemos la muy importante presencia de Nini, la vecina de Garcín, “una muchacha fresca y rosada que tenía los ojos muy azules” (Darío, 60) siendo de quien él perdidamente se enamoró,

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