En un conflicto eterno

En un conflicto eterno

Los seres humanos son capaces de vivir en sociedad, tomar sus decisiones sin afectar a terceros, compartir un mismo hábitat o cultura, y perseguir una misma finalidad. Sin embargo, se puede observar que a pesar de que hay lapsos en donde la marea es tranquila, el mundo vive en un conflicto eterno.

Entonces el propósito no es darle respuesta al porqué se generan las guerras, pues es bien sabido que desde que el hombre tiene uso de razón para hacer la domesticación de los animales, el establecimiento de la agricultura y la división del trabajo; nace la violencia como etapa inicial de la guerra, ya que era incapaz de hacerse obedecer sin recurrir a la fuerza. Sino, comprender los motivos generadores de las grandes ofensivas, y si estos han sido los mismos en todas las etapas de la historia o han ido cambiado a lo largo del tiempo.

Muchos autores de grandes obras de la literatura universal se han inspirado en la guerra, como lo son Homero, Cervantes, Shakespeare y García Márquez, entre otros; por esta razón existen múltiples definiciones, las cuales se congregan en dos grandes divergentes. Las hay aquellas que señalan a la guerra como algo bello y bueno, indispensable para el mantenimiento de la salud moral del pueblo, mientras que en contraposición se encuentran las que la evidencian como un terrible castigo para la humanidad que jamás compensará el sufrimiento provocado.

Pero aun analizando las dos caras de la moneda, siempre topamos con la idea de que, así sean perjudiciales o beneficiosas, son inevitables, ya que “el hombre es lobo del hombre” señalaría Tomas Hobbes en su célebre obra  El Leviatán (1651), bajo el juicio de que el estado natural del hombre es la lucha continúa contra su prójimo, porque es un ser egoísta, violento, competitivo y malvado que provoca el caos. Esto es ningún inconveniente para Maquiavelo, incluso el prefiere ser temido que amado con la idea de conservar  el poder sin importar el cómo se llegue.

Vemos por ejemplo, el enfrentamiento entre troyanos y espartanos, que ocurrió en un tiempo próximo al año 1200 a.C. Homero, en su Ilíada, relata acontecimientos míticos y heroicos. Explica la guerra troyana como consecuencia de que  Paris se haya llevado a Helena por enamorarse de ella, entonces los aqueos van a luchar contra los teucros; también por la cólera de Aquiles por haber perdido a Briseida, y porque es la voluntad de los dioses y así lo dicta el destino.

Homero hizo más que disfrazar de manera eficaz la confrontación de dos pueblos. En sus cantos daba a conocer los hechos e intercalaba todo lo que sucedía en su tiempo con tradiciones y costumbres. Le dio un matiz galano a un suceso considerado sangriento y triste, e hizo de esto  una de las más fascinantes historias mitológicas griegas de todos los tiempos. Mas la gracia de estos relatos no impiden dejar al descubierto las verdaderos motivos.

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