Ensayo La Soledad.

Nada nos acompaña con más fidelidad que la soledad. Puede llegar a ser nuestra primordial confidente, ayudándonos a trazar el camino a la mejor opción. Pero, ¿cómo definirías a la soledad? ¿La consideras tu amiga? Muchas veces sufrimos al estar al lado de ella. ¿Pasaría a ser tu enemiga?

La soledad para muchos puede ser una elección, mientras que para otros es casi una condena. Si pensamos en ella como condena, los dos tipos de personas sentenciadas a la soledad son los que no saben querer y los que no se dejan querer. Nadie puede obligarnos a compartir lo que pensamos o sentimos, sin embargo el ser humano necesita de alguien para poder ser lo que es y cumplir su principal objetivo: ser feliz. La soledad es conocida como la ausencia de algo o de alguien con quien compartir sentimientos, acciones, recuerdos, metas, etc. No necesariamente tenemos que estar solos para sentirnos solos. Podemos estar rodeados de muchas personas y sentirnos como fantasmas, nadie nos ve, nadie nos escucha, nadie nos entiende.

Muchas veces duele. La soledad de verdad es la que ocasiona no poder compartir las angustias que nos invaden. Al menos pienso que es capaz de distinguir el trato entre los que quieren estar solos y los que merecen estarlo. No hay mayor privilegio que la soledad voluntaria, ni mayor condena que la soledad forzosa. Me duele y cuesta mucho trabajo reconocer que ésta última es muchas veces una consecuencia del egoísmo.

Es como una droga, cuesta trabajo salir de ahí. Si es usada correctamente te beneficia, de lo contrario quedas atrapado en ella. Pero, ¿cómo saber cuál es el mejor momento para usar esa “droga” y en qué proporción? Creo que eso nadie lo puede definir, cada quien decide cuándo y cómo recurrir al estar solo, tal vez sirva para pensar, o para reflexionar; cada quien es dueño de su uso.

Hay veces en las que se convierte en la anestesia del que perdió su camino, del que solo almacena recuerdos que no lo ayudan a avanzar, invadiéndolo hasta ahogarlo en sus propias lágrimas.

También es una forma de llamar la atención, manifestándolo como un grito silencioso pidiendo auxilio. Si logramos que alguien acuda al rescate, ese vacío que nos queda es la terrible soledad de uno mismo. Muchas veces llamamos la atención a través de Internet, lo que me permite agregar que, actualmente, descuidamos a las personas que nos brindan su apoyo, y que podemos perderlas por encerrarnos en ese mundo tan pequeño en el que solo cabe una mínima parte de nuestra existencia. Pienso que todo el que es capaz de hablar sobre la soledad, no está del todo solo.

Recuerdo aquella vez que perdí la batalla, corrí por ayuda. Al instante todos me apoyaron con palabras, mas no con acciones. Todo se derrumbó, mi sonrisa, mi esperanza, mi alegría… todo lo perdí. Sin embargo no me dejé vencer. Luché y sacrifiqué lo necesario para recuperar mi felicidad. Lo logré. Esta es una forma de ejemplificar que caí en la soledad y la utilice para mi beneficio, pude salir de ella y no se volvió un vicio.

La soledad es un juego ambiguo entre nuestros seres, sobre todo cuando somos personas que jugamos con una doble personalidad, cuando mostramos ser alguien que no somos ante una sociedad. Puedo poner mi ejemplo: yo soy una persona muy diferente si comparo mi ámbito escolar con mi ámbito social. Si llego a intercambiar mi forma de ser entre mis 2 ámbitos estoy segura que caería más rápido en la soledad.

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