LOS PECES NO TREPAN ÁRBOLES

LOS PECES NO TREPAN ÁRBOLES.

En primer lugar, estoy complacida de tener esta oportunidad de estar frente a esta audiencia, y comentarles sobre un tema que le interesa al que tenemos al lado, al frente, atrás y por supuesto, a nosotros mismos, por el simple hecho de ser estudiantes. El sistema educativo en el mundo y en Colombia, nuestro país.

Ya ustedes habrán podido evidenciar aquel dicho que dice que todos los seres humanos somos diferentes, así mismo, cada quien tiene un talento distinto del de otro. Es decir, habrá el que no se le den bien las matemáticas, más si el lenguaje, habrá el que no se le den bien las danzas, más si las ciencias sociales. Cada estudiante tiene capacidades diferentes, pero ¿cómo se sacarán provecho de estas si no son pulidas durante el proceso de formación educativa?

Los invito a pensar en un teléfono de hace cien años, que trabajaba con lentitud y poca eficiencia, y ahora a pensar en los teléfonos contemporáneos inteligentes que tenemos actualmente; a pensar en un auto de hace cien años, pequeño y dependiente de la velocidad de un cuadrúpedo, y ahora a pensar en un auto moderno, lujoso y potente, capaz de transportar a distancias que en aquellos tiempos eran impensables; por último, a pensar en un salón de clases de hace cien años, con niños uniformados ubicados en hileras, una pizarra y un educador en frente dictándoles una clase obligatoria, u ahora a pensar en un salón de clases actual, con niños uniformados ubicados en hileras, un tablero y un profesor en frente dictándoles una clase obligatoria.

Si hemos sido capaces de colonizar, de recorrer velozmente grandes distancias, de avanzar bajo el agua, de volar, de cruzar océanos y continentes, ¿cómo es que no hemos sido capaces de trascender en la educación a niños y jóvenes, que es la base de nuestro futuro?

He aquí una metáfora para entrar un poco más en contexto: imaginemos que un estudiante es un pez, en la escuela, ese pez va a ser obligado a trepar un árbol, a colgarse entre lianas y después a correr 20 kilómetros, encubriendo así para que lo que verdaderamente tiene talento, que es nadar. Cada quien es un ser brillante, pero si se juzga un pez por su habilidad para trepar un árbol, este vivirá creyendo que es tonto.

Y es precisamente este sentimiento el que predomina en los estudiantes, nadando contracorriente en una clase, creyendo que son tontos, indicándoles qué es lo que deben pensar durante ocho horas al día, y haciéndolos competir por sacar un diez.

Ya hablando acerca de las evaluaciones estandarizadas, se supone que estas son ayudas durante el proceso educativo para evidenciar lo que el estudiante ha aprendido en la escuela durante un periodo de tiempo determinado, pero hay que admitir que este propósito no se está cumpliendo. “No es acerca de estandarizar la educación, es acerca de subir el estándar de la educación” (profesor Ken Robinson), ya que esto frena las habilidades y los talentos, y también genera el abandono escolar; es acerca de enfocarnos en la búsqueda de talento humano en cada estudiante.

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