La acción social es toda acción que tenga un sentido para quienes la realizan, afectando la conducta de otros
Enviado por Erick Ronaldo Criollo Olivera • 15 de Noviembre de 2016 • Apuntes • 2.102 Palabras (9 Páginas) • 432 Visitas
La acción social es toda acción que tenga un sentido para quienes la realizan, afectando la conducta de otros, orientándose la acción mencionada por dicha afectación.Una acción es toda conducta humana en la que el individuo, o individuos, que la producen, la establecen con un sentido personal. La acción social estará referida a la conducta de otros. La definición de Max Weber, en el comienzo de Economía y modo en que procede dicha relación (Giner 2001, p. 283).No todo contacto entre hombres es de carácter social. No es idéntica, ni homogénea, no toda acción social es orientada por las acciones de otros.Tradicional (costumbre); Son acciones conducidas por principios, normas, etc. en las cuales el componente racional es prácticamente insignificante. La rutina colectiva es el punto de partida originario en que puede surgir la acción social como tal, en cuanto acción tradicional; aquí la racionalidad subjetiva parece disuelta en el automatismo mecánico de la costumbre popular.Afectiva (emocional); De carácter principalmente irracional guiada por emociones como el amor, odio, etc. La acción afectiva constituye un momento posterior en el proceso de racionalización, y su contenido es la pasión individual. En su propia descarga afectiva, la conciencia subjetiva rompe con la rutina tradicional y, afirmándose como subjetividad, se pone en camino de la auto conciencia racional.Racional con arreglo a valores; Es decir además de perseguir un fin racional están guiadas por principios o normas morales. La racionalidad con arreglo a valores sigue implicando el momento de la colectividad y se corresponde con formaciones intelectuales tales como la religión, la ideología o la ética (determinada por la creencia en el valor religioso, ético o de cualquier otro y determinada conducta, sin relación alguna con el resultado). Cuando la razón subjetiva es autoconsciente de sus fines individuales, la realidad deviene instrumental; es el momento de la acción racional con arreglo a fines, en la que su forma teórica es la ciencia, susceptible de aplicación tecnológica.Acciones destinadas a conseguir un fin racionalOtros autores o enfoques de la sociología le dan diferente orientación y aunque no son todas esas teorías intercambiables, si que tienen que ver entre sí con la racionalidad del actor y con la teoría del intercambio.El funcionalismo, por ejemplo, ve limitada la acción social por las normas y valores, que es una teoría de determinación estructural del sistema social, y que quizás solo sean 'condicionantes estructurales' y hasta solamente de índole artificial o manipulado, pero que inhiben al sujeto de la acción y un caso típico son los problemas de alimentación humana en la periferia, peor dotada, o en el tercer mundo.
Cuauhtémoc
Se dio a la tarea de reorganizar el ejército mexica, reconstruir la ciudad y fortificarla para la guerra contra los españoles, pues suponía que éstos regresarían a pelear contra los mexicas. Envió embajadores a todos los pueblos solicitando aliados, disminuyendo sus contribuciones y aun eliminándolas para algunos.Los españoles regresaron un año después de haber sido expulsados y con ellos venía un contingente de más de cien mil aliados indígenas,3 la mayoría de ellos tlaxcaltecas, históricamente enemigos de los mexicas.Después de sitiar Tenochtitlán por 90 días,4 el 13 de agosto de 1521, los españoles, que eran comandados por Hernán Cortés, lo capturaron en Tlatelolco.Derrota, huida y captura La canoa en la cual huían de Tenochtitlan él, su familia y sus más allegados guerreros, fue alcanzada por un bergantín español pilotado por García Holguín. Cuauhtémoc exigió ser llevado ante "Malinche" (así llamaban a Cortés los mexicas, siendo este un término patronímico de Malintzin o doña Marina, su traductora indígena).5 6Una vez en su presencia, señalando el puñal que el conquistador llevaba al cinto, le pidió que lo matara con él, pues no habiendo sido capaz de defender su ciudad y a sus vasallos, prefería morir a manos del invasor. Este hecho fue descrito por el propio Hernán Cortés en su tercera carta de relación a Carlos I de España:A Cortés no le interesó en ese momento la muerte de Cuauhtémoc. Prefería utilizar ante los mexicas su dignidad de Tlatoani, ahora subsidiaria del emperador Carlos V y del propio Cortés. Así lo hizo con éxito, aprovechando la iniciativa y el poder de Cuauhtémoc para asegurar la colaboración de los mexicas en los trabajos de limpieza y restauración de la ciudad. En los cuatro años que siguieron, la administración codiciosa por parte de los españoles, la desconfianza en Cortés, y los temores del propio Cortés, le llevaron a aprobar el tormento y la muerte del último tlatoani azteca.Primero fue el tormento, surgido de la codicia del oro: Bernal Díaz del Castillo, en su Historia Verdadera de la Conquista de la Nueva España11 narra detalladamente cómo cundió la desconfianza entre los españoles, al desmentir tercamente la realidad sus soñadas riquezas. El oro que habían obtenido en total (83 200 castellanos) no era suficiente para repartir de forma satisfactoria entre toda la tropa española, por lo que iniciaron suposiciones por parte de los mandos para obtener más oro. Algunos españoles juzgaron que después de la Batalla del Canal de los Toltecas, los aztecas habían recuperado el botín y lo habían echado a la laguna o lo habían robado los tlaxcaltecas o bien los propios soldados españoles. De ahí que fueran los oficiales de la Real Hacienda, y sobre todo el tesorero Julián de Alderete, y no Cortés, que se limitó a consentirlo, los que ordenaran —Bernal Díaz y López de Gómara así lo argumentan12 — el tormento de Cuauhtémoc y Tetlepanquetzaltzin. De acuerdo a los libros de Díaz del Castillo, López de Gómara y las acusaciones hechas a Cortés posteriormente en su juicio de residencia coinciden en que fueron torturados mojándoles los pies y las manos con aceite y quemándoselos.13 Según Bernal, Cuauhtémoc confesó que cuatro días antes "que le prendiesen lo echaron en la laguna, así el oro como los tiros y las escopetas que nos habían tomado a la postre a Cortés, y fueron a donde señaló Guatemuz a las casas en que solía vivir", de donde los españoles sacaron "de una como alberca grande de agua un sol de oro como el que nos dio Montezuma".13Fuentes posteriores atribuyeron a Cuauhtémoc sin respaldo alguno un estoicismo pleno mostrado en ese trance. El libro escrito por López de Gómara refiere que el "señor" que le acompañaba en la tortura le pidió permiso para hablar y cesar el tormento, a lo que Cuauhtémoc le miró con ira y lo trató con desprecio diciéndole: «si estaba él en algún deleite o baño».14 Una novela histórica escrita por Eligio Ancona en 1870 popularizó la variante "¿Estoy yo acaso en un lecho de rosas?".15Tras el episodio de la tortura, Cuauhtémoc quedó tullido y cojeó, las heridas de Tetlepanquetzaltzin fueron peores.16 El doctor Cristóbal de Ojeda fue quien curó las heridas al tlatoani. Años más tarde el médico declaró, durante el juicio de residencia de Cortés, que en el incidente se dio tormento a Cuauhtémoc "quemándole los pies e las manos".17 El huey tlatoani vuelve sorprendentemente a su papel de noble mexica respetado y bien tratado, pero cautivo, cuyo prestigio y autoridad utiliza Cortés para el gobierno de los vencidos.Como todos los súbditos recién conquistados, se intentó convertirlo al cristianismo, pero solo lo consiguieron hasta el día que le dieron muerte.18 Si seguimos a Héctor Pérez Martínez, su nombre católico habría sido el de Hernando de Alvarado Cuauhtémoc; otras fuentes citan sólo el de Hernando o Fernando. Los conversos recibían el nombre de los padrinos, y Pérez Martínez supone que los de Cuauhtémoc fueron el propio Hernán Cortés y Pedro de Alvarado.
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