Monologo de Erika Ender

Ay mamita linda, no sabes cuánto daría por un beso tuyo, si estuvieras aquí a mi lado todo sería tan diferente, yo debería estar cumpliendo mi sueño en mi tierra, pero por ser mujer en pleno siglo 21 se me ve como inferior, como un ser incapaz de cumplir su sueño y dejar en alto el nombre de mi país, pero se debe afrontar que los sueños no llegan a uno, uno los persigue a ellos hasta alcanzarlos, y eso haré, no aceptaré que nadie me diga que no puedo, no aceptare esta absurda y triste realidad de que siendo una mujer nacida en Latinoamérica con sueños de llegar lejos en la música, no pueda lograr triunfar sin tener que dejar atrás las cosas que más amo, por conseguir algo que anhelo desde pequeña, desde que tengo memoria he querido esperar tras el telón , escuchar a la gente ansiosa a mi salida y mi corazón junto a mi alma a punto de salirse de mi ser, salir y hacer lo que me gusta, no desnudar el cuerpo para cantar sino desnudar el alma mientras canto, pero seré́ fuerte por mí, porque quiero dejar el nombre de mi patria en alto, y cuando lo logre gritarle a los cuatro viendo “Soy panameña, soy orgullosamente Latinoamérica.” Porque quiero que el mundo entienda y aprenda que si tu no luchas por lo que quieres, nadie lo hará́, lo que esta para ti, nadie te lo podrá́ quitar, aquí́ estoy después de tanto llorar, cuando mi mejor amiga, una funda llena de algodón, mi almohada, escuchaba mientras lloraba, y sentía el frío de mis lágrimas, porque fue duro llegar aquí́, y poder entonar la frase que siempre quise “lo logre” y pude decirlo, pude gritar “lo logre”, pero faltaba un sueño más, que junto a triunfar en la música ocupaba el escalón más alto de la escalera de mis sueños, ser madre, yo siendo una muchacha de 20 años apenas, idealizaba mi futuro cumpliendo mi sueño de ser cantante y luego poder dar vida a otro ser y entregarle todo lo que pudiera, pero cuando ya ansiaba por cumplir ese anhelado sueño, me tropecé́ con una piedra, una piedra muy grande, que fue la descabellada noticia de que no podía ser madre, no podía dar a luz una hermosa criatura que ansiaba cuidar, cuando me entere de esa noticia sentí́ que me el mundo se me vino encima, pero siempre he dicho que la familia es el mayor pilar de todos, pero uno también es el pilar de uno mismo, si no luchaba por seguir adelante, mi familia ni nadie lo haría por mí, me di cuenta que sí, mi sueño era darle todo a una criatura, pero ahora que no iba a poder cuidar una criatura traída por mí al mundo, decidí́ ayudar a mejorar el mundo de otras criaturas de otros padres, siendo esa madrina de niños que me necesitaban, cambiándoles el mundo, no les puedo decir que fue fácil alcanzar y lograr los sueños que idealizaba desde pequeña, las cosas no pasaron como las soñé́, pero nadie dijo que llegar a la cima fuera fácil, nadie dijo que no me caería varias veces y rasparía mis rodillas y no me quedaría más opción que

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