Parcial Final de Expresión Oral y Escrita
Enviado por KamilaUrquiza06 • 26 de Septiembre de 2022 • Apuntes • 2.509 Palabras (11 Páginas) • 85 Visitas
Parcial Final de Expresión Oral y Escrita
Yiseth Dayana Cadena Flórez
Facultad de Ciencias Administrativas, Corporación Universitaria del Meta
Expresión Oral y Escrita
Lic. Juan Carlos Guárdela Vásquez
29 de mayo de 2022
La Invocación
Villa Paradium era conocido como uno de los pueblos más fríos de todo el estado de Darkness, el clima nunca era realmente cálido y mucho menos agradable, sin embargo, aquella noche de octubre, específicamente el día que celebraba la reencarnación de las brujas, la libertad de los demonios y Halloween, día donde los niños de manera inocente festejaban aquel hecho disfrazándose, hizo más fríos que nunca, tanto… que en un momento llegue a cuestionarme si había sido realmente buena idea mudarme a aquel pequeño pueblo, el cual me mantenía alejada de mi madre y mi hermana por una carretera de más de una hora y media de distancia.
Tenía solo dos meses viviendo en el pueblo, justo el mismo tiempo que llevaba de ingresada en la Universidad Costa Surge, en donde estaba estudiando historia nacional. Debo decir que había estado esperando algo justo antes de trasladarme aquel lugar, no sabía específicamente que, pero al final, no tenía en mente un raro y pequeño pueblo, con clima condenadamente helado y triste…
Y a pesar de que no tenía muchos amigos en el lugar, y la mayor parte del tiempo me la pasaba encerrada en el pequeño departamento que había alquilado, mi vida no era pésima. –Al menos si omitía el clima–, podía catalogar mi existencia como algo agradable, o algo más o menos así, pero entonces, aquello llegó a su fin de manera radical la noche del treinta y uno de octubre. –¿Por qué? –Bueno por estúpida y poco creyente.
¿Quieren saber qué pasó?
Bueno ahí les va la historia de mi autodestrucción…
Mi nombre es Blessed Diums, tengo veintitrés años, vivo sola en un pequeño departamento en Villa Paradium, soy estudiante de historia en una universidad estatal, y para lograr caerle bien a mis compañeros, acepte un jodido y estúpido reto el cual no fue falso como me lo esperaba, porque entonces, justo después del ritual y demás cosas oscuras que ya no puedo comentar ni pensar, me até y me involucré en muchos sentidos con un ocioso, perverso y sádico demonio de ojos oscuros, que se obsesionó tanto pero tanto conmigo, que como tal, juró nunca más volver a dejarme en paz.
¡Joder!
¿Qué había hecho…?
¿Qué error cometí?
¿Qué haría ahora?
Aquellas eran preguntas sin respuestas.
Sin embargo, de la nada…
Así comenzó todo esto.
Miré la cámara que estaba sobre la mesa de mi cocina, y mordí de nuevo mi labio inferior. –¿De verdad iba a hacer aquello? –, me pregunté seriamente, pero era más que obvio que la respuesta era sí, en ningún momento dejé de ver la cámara y las largas instrucciones que tenía en mis manos, las cuales, para agregarle más drama al asunto estaban escritas en otro idioma. ¿latín? ¿hebreo? ¿mandarín? ¿Qué mierda era eso…?
–¿De verdad tengo que leer esto? –Le pregunte a nadie en especial, sintiendo como mi piel se erizaba al recordar todas las instrucciones que me habían dado mis compañeros de clase. ¿Por qué había aceptado el reto?
Presión social, esa es la respuesta.
Eso debía de ser, había aceptado entrar en este estúpido juego, solo porque quería ser aceptada socialmente por mis infantiles y retrasados compañeros, esa era la respuesta ante la brutalidad que estaba a punto de cometer. –¿Quién hace un pentagrama en un ascensor? ¿Quién piensa en invocar demonios? ¿Siquiera por qué había aceptado hacerlo?
–Eres una estúpida, Blessed. –Me susurré con cierta molestia. –Pero ya no puedes dar marcha atrás, y, además. ¿Qué podría salir mal? Solo será un estúpido reto.
Yo era conocida por ser una mujer muy poco creyente, no creía en nada relacionado con religiones u otras cosas fantasiosas. –Que gracia teniendo en cuenta mi nombre… –Aun así, mi mamá siempre se había encargado de imponerme las creencias cristianas, ella decía que sin Dios no había nada y era muy importante que yo siempre lo recordar. –Como si fuese a hacerle caso–, en mi vida no había espacio para ese tipo de creencias y listo, por tal, me aseguré unas y otra vez de que no pasaría nada al intentar hacer ese estúpido ritual, todo estaría bien y yo no quedaría como una cobarde ante mis compañeros. Jamás.
Miré el reloj de la sala y faltaban quince minutos para que fuesen las once y cincuenta y cinco de la noche del día de Halloween, cerré todas las ventanas del pequeño lugar para evitarme la tarea de darle golosinas a los pequeños niños. Aunque siendo sincera–, comenzaba a creer que no habría pequeños en la calle, el clima era demasiado tétrico incluso para ellos. –Antes de cerrar l.as ventanas traseras del apartamento, me fijé hacia el formidable bosque que rodeaba toda la extensión del pueblo, y no pude evitar preguntarme si en tal lugar cosas oscuras y macabras. ¿Sería eso posible –Era un pensamiento raro, lo sabía–, pero no podía evitar creer que ese bosque era demasiado denso y oscuro para ser normal, o quizás ya mes estaba volviendo más estúpida que nunca y solo andaba paranoica por lo que estaba a si punto de hacer
Eso debía de ser
Otro largo minuto transcurrió y supe que tenia que ponerme en acción, si quería seguir todas loas instrucciones al pie de la letra. Terminé de cerrar todo lo que había a mi alrededor y me acerque a la mesa para buscar los objetos que iba a usar esta noche, al recoger todo me dirigí hacia la puerta parea ir a elevador del mi edificio, al ingresar al elevador presione el botón de stop y todo el ascensor se detuvo entre el cuarto y quinto piso. Rápidamente empecé a encender las velas de color negro y contextura rasposa, no pude evitar pensar en las palabras que había dicho Lyes, una de mis compañeras de clase
Inicio del Flashback
–Es un ritual que siempre hacemos, es una tradición de la universidad y bueno, eres la nueva y por tal te toca este año.
–Uhm, creo que paso. –había dicho yo. –La verdad es que no me va nada estas cosas raras.
–Solo es un reto, Blessed. –Había asegurado ella. –¿Qué te cuesta hacerlo? ¿Por qué no te integras más al grupo?
–Es solo que…
–Oh vamos, prometo que será genial y después de eso, nadie volverá a molestarte, además nunca ha pasado nada malo, lo prometo.
Presión social…
Por ello, terminé aceptando
...