Promotores a la lectura

INTRODUCCIÓN

El diccionario de la Real Academia Española define a la lectura como “la acción de leer”. Saber leer no es equivalente a ser lector; llevar a cabo un acto de lectura requiere, además de saber leer, querer leer, y ser lector requiere habitual de tener insertado el acto lector en el estilo de vida. El ser lector consiste en hacer de la lectura un hábito. Un hábito consiste en dar continuación y costumbre de realizar una acción a través de la repetición de la misma. Cuando una lectura nos genera pasión, nos genera placer, se convierte en hábito; por el simple hecho de repetir lo que nos agrada, por la búsqueda de la satisfacción, del entretenimiento. Parece que en la falta de placer por la lectura se encierra el eje central del problema de falta de hábitos lectores (Rosines, 1996).

La falta de lectura en México es un grave problema social y cultural que no nos ha permitido aprender, avanzar y superarnos, manteniéndonos con una mentalidad ignorante. Lamentablemente estas actividades y pensamientos provienen en gran parte de la herencia que hemos recibido de nuestros padres y así sucesivamente, ya que el hábito de tomar un libro y comenzar a leer nunca se ha inculcado y gracias a estas situaciones se ha ido generando un enorme problema social llamado ignorancia.

El hábito de la lectura debe apoyarse en el gusto y este se debe inculcar desde la casa como en la escuela pues de esta manera se concibe como una actividad enriquecedora. Para muchas personas, la lectura se asocia con el aburrimiento. Se llega a la lectura más por obligación que por voluntad propia, se trata de evitarla y se recurre a ella solo por cubrir las exigencias académicas que se nos encomiendan. Leer es un disfrute, no un castigo o una obligación.

Al sujeto se le introduce a la lectura cuando descubre por sí mismo el valor que le aporta una lectura, cuando el conjunto de variables psicológicas y sociales estimulan la repetición por el deseo de continuar leyendo (Alonso Tapia, 1992.)

En los últimos años se ha mencionado que la falta de lectura afecta a nuestro país, algunas encuestas como Encuesta Nacional de Lectura (ENL)  mencionan que por lo regular cada mexicano lee aproximadamente 2.94 libros al año.

Estadísticamente hablando, en los últimos 70 años el Sistema Educativo Nacional ha logrado reducir el analfabetismo del 54 al 8.35 por ciento de 1990 al 2005 y, el rezago educativo del 94.8 al 43.9 por ciento de 1960 al 2004 (INEGI, 2005). El Programa Nacional de Lectura ha estudiado los ambientes escolares que aportan datos interesantes sobre la relación entre educación y desarrollo de la actividad lectora. Este análisis se ha dado en los tres niveles que integran la educación obligatoria: preescolar, primaria y secundaria.

Estos estudios determinaron que en preescolar son muy pocos los niños que tienen la posibilidad de participar en forma cotidiana en actividades de lectura y escritura dentro de los jardines o sus entornos familiares. En la primaria se busca incorporar el enfoque funcional y comunicativo que le permita al niño adquirir el hábito de la lectura y se formen como lectores y reflexionen sobre el significado de lo que leen, puedan valorarlo y criticarlo, que disfruten de la lectura y formen sus propios criterios de preferencia y gusto. A partir de la secundaria, la lectura empieza a hacer necesaria y para usos generalizados (Programa Nacional de la Lectura, 2005).

El Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) durante el ciclo escolar 2003-2004 aplicó una serie de pruebas nacionales para medir la comprensión de lectura en los grados terminales de primaria y secundaria. Las escalas utilizadas tienen valores extremos de 200 y 800 puntos cada una, pero en los resultados no se encuentran valores inferiores a 300 ni superiores a 700 ni la indicación de nivel insuficiente, mínimo o alto (INEE, 2005). Donde el promedio nacional de nivel primaria fue de 488 puntos y el promedio nacional de a nivel secundaria fue de 564 puntos. Durante los últimos años, la variación de las actividades lectoras han abandonado el concepto reduccionista de la lectura; es decir ha transitado la reproducción de letras y sílabas a un concepto mucho más profundo vinculado con la adquisición y uso del conocimiento.

Promover la lectura en los jóvenes de hoy pareciera ser la piedra angular de muchos docentes e instituciones, sin embargo no debemos olvidar que es lectura entendida esta como lo que sustraemos del mundo que nos rodea, con la anterior afirmación quiero dar a entender que no solo se leen libros y que ese es precisamente lo que debemos tener claro antes de emprender cualquier acción para promover la lectura con jóvenes y chicos. En la siguiente presentación pretendo desarrollar lo que entendemos por promoción de lectura a la vez que aportar algunas ideas que pueden ayudar a lograr grandes objetivos en este tema. Como estudiante de CIDBA es mi interés tener claros estos conceptos y estrategias pues comprende lo que en adelante se configura como mi quehacer laboral y profesional.

JUSTIFICACIÓN

¿Qué es promoción de lectura? Es cualquier acción o conjunto de acciones dirigidas a acercar un individuo o comunidad a la lectura, elevándola a un nivel superior de uso y gusto; de tal forma que sea asumida como una herramienta indispensable. La promoción de la lectura, es en sí misma, la macro acción con la cual un país, una comunidad, una institución o un individuo contribuyen a formar una sociedad lectora. Por ello la promoción de la lectura es una idea genérica y múltiple que cobija cualquier acción que cree un vínculo permanente, productivo y cotidiano entre el in dividuo, la comunidad y la lectura. En esta medida, y por extensión, la promoción de la lectura involucra los materiales de lectura como objetos culturales enriquecedores de la vivencia individual y comunitaria, y la promoción de la biblioteca como institución directamente responsable de la democratización de la lectura.

La mejor forma de inculcar a una persona el hábito de la lectura es desde que se nace. Sin embargo hay personas que sabiendo los beneficios de la lectura automáticamente desean iniciarse y formar este hábito en sus vidas. Para este tipo de personas mediante la constancia y el ejercicio de la lectura periódicamente se convierte en un hábito y una vez experimentado, difícilmente se puede dejar. La primera forma de lectura que se da en los niños  más pequeños, es principalmente a través de las imágenes, esto fomenta en ellos un interés por acercarse a la lectura pues esta  tiene una gran importancia en el desarrollo y maduración de los niños.

...