REPORTE DE LECTURA Los sofistas
Enviado por Alan de jesus Vicente Tadeo • 24 de Noviembre de 2020 • Tarea • 2.383 Palabras (10 Páginas) • 545 Visitas
Reporte de lectura
En primer lugar, los sofistas se presentan a sí mismos como maestros de la areté o virtud política, capaces de formar a los individuos interesados en desenvolverse bien en el ámbito público, tan útil e importante en una democracia como la ateniense. Es decir, frente a la ideología aristocrática de los tiempos homéricos, que consideraba que no es posible enseñar la virtud ya que es propia y exclusiva del noble (agathós), los sofistas defienden que la virtud política, necesaria para obtener éxito en la vida, no es un don natural exclusivo de algunos privilegiados, sino una habilidad que se puede adquirir mediante el ejercicio y el aprendizaje. Cualquiera puede desarrollar dicha virtud, independientemente de su origen, ya sea noble o humilde.
En segundo lugar, dado que eran maestros itinerantes pronto se dieron cuenta de la diversidad de opiniones y creencias, concluyendo que no existen verdades absolutas. Esta tesis relativista proyecta inmediatamente su sombra sobre la ética y la política, ya que admitir la diversidad de opiniones y formas de vida es incompatible con la existencia de un fundamento moral universal. Eso posibilitó una crítica mordaz a la moral tradicional.
Las instituciones, normas, leyes y valores de una sociedad, en tanto que, relativas a cada tiempo y lugar, no pueden derivar de una supuesta ley de la naturaleza ni de la voluntad de los dioses, sino que son fruto de una convención humana. Ahora bien, no todos entienden esa convención del mismo modo. Trasímaco considera que las leyes están dispuestas en interés del más fuerte, mientras que Cacicles matiza que son los más débiles los que han conseguido imponer sus leyes dado que son más numerosos. Para algunos sofistas, como Hippias, el nomos tiraniza al hombre porque le obliga a actuar contra su propia naturaleza, mientras que otros, como Critias, sustentan una idea de progreso basada en la necesidad de las leyes para sacar a la humanidad primitiva de la barbarie y convertirla en civilizada.
Toda la filosofía de Protágoras está basada en una concepción heraclítea de la realidad. Es decir, en oposición a Parménides, sostendrá la pluralidad y movilidad del ser. La realidad está en constante cambio, y al estar nosotros comprendidos dentro de esa realidad, también el conocimiento está sometido a constante cambio. Es decir, la sensación, única forma de conocimiento que admite, cambia constantemente en función de las disposiciones del sujeto sentiente. Dicho de otra manera, la realidad es percibida por los sujetos cognoscentes según sus diferentes individualidades. Así pues, si el conocimiento es la conjunción del sujeto con el objeto, y tanto el primero como el segundo son cambiantes, su producto también lo habrá de ser. En conclusión, el conocimiento no puede ser universal, necesario e inmutable.
Cada hombre, individualmente considerado, será el determinante existencial de lo real. Este es el sentido de la frase de Protágoras: “el hombre es la medida de todas las cosas, de las que son en cuanto son, y de las que no son en cuanto no son”. Y dado que todos somos hombres (en el sentido de ser humano), ninguna representación es más verdadera que otra, sino que todas lo son igualmente. A lo sumo, unas se considerarán más convenientes que otras, y esa conveniencia viene determinada por el Estado. En última instancia, la medida de lo justo, lo bueno, lo bello y, en general, de todos los valores, es el Estado, la sociedad, la polis.
Para Protágoras los valores son multiformes, con tantas formas como sociedades. Así, el predicado “bueno” respecto de un sujeto podrá ser afirmado y negado con validez simultáneamente, pero en relación con distintas realidades sociales. Se trata de otra de las tesis de Protágoras, según la cual “sobre cualquier tema se pueden mantener con igual valor dos tesis contrarias entre sí”. Según Platón, esta afirmación implicaría una violación del principio de no contradicción, pero Protágoras se va a centrar en una posición relativista, con relación a algo. Es decir, un juicio que afirme un predicado de un sujeto será válido bajo una determinada relación, y su negación será válida bajo otra determinada relación. Y esta relación no será individual sino social.
Pues bien, en conexión con la tesis del “homo mensura” y la tesis de los juicios contrarios entre sí, está la posibilidad de transformar el peor argumento en el mejor, ya que un argumento malo lo será bajo una determinada relación, bajo cierto aspecto, y la habilidad del sofista consistirá en cambiar ese cierto aspecto, buscando otro más favorable desde el cual la tesis o argumento sea mejor y más fuerte.
Protágoras mantiene también el convencionalismo propio de los sofistas en relación con el origen de la sociedad y parece inclinarse por la doctrina del pacto social: solo en la unión y en la constitución de la sociedad, basada en el respeto mutuo y en la práctica de la justicia, pudieron los hombres hallar los medios para su supervivencia.
En relación con ese respeto mutuo y práctica de la justicia, Protágoras estudia el problema de la virtud, y se plantea dos cuestiones: la posibilidad de aprender la virtud, y su función en el conjunto de la sociedad. Al respecto, Protágoras concluye no solo que la virtud puede ser aprendida, sino que debe ser enseñada, ya que la sociedad solo es posible mediante la práctica de la virtud. De ahí que toda la tarea educativa deba estar orientada a la enseñanza de la virtud. En Protágoras, la educación es un proceso de socialización mediante el cual el hombre individual se transforma en hombre social. Y aporta un argumento fundamental: el castigo del culpable. Al culpable se le castiga para que ni él ni los que tengan conocimiento del delito puedan sentir en el futuro inclinación a infringir la ley.
Junto con Protágoras, Gorgias forma parte de la primera generación de sofistas. Y junto con Protágoras, Gorgias defendió el relativismo y el escepticismo. Heredero también de
la filosofía eleática, su pensamiento se puede resumir en tres célebres tesis: Nada existe. Si algo existiera, no podría ser conocido por el hombre. Si algo existente pudiese ser conocido, sería imposible expresarlo con el lenguaje a otro hombre.
El principal problema a la hora de abordar el pensamiento de Sócrates es el hecho de que nunca escribió nada. Por un lado, Aristófanes lo considera un sofista más y lo ridiculiza, al igual que Jenofonte. Por otro lado, su discípulo Platón lo presenta como una especie de santo que renuncia a la oratoria, no cobra a sus discípulos, no presume de sabiduría y se guía únicamente por la búsqueda de la verdad.
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