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Resumen "el medico"


Enviado por   •  9 de Mayo de 2019  •  Resumen  •  2.793 Palabras (12 Páginas)  •  320 Visitas

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Capítulo 40

La invitación

Hubo una lección de anatomía en la que se diseco a un cerdo durante la primera clase de Rob con Ibn Sina, se hizo de ese modo ya que el cerdo comparte características anatómicas parecidas al hombre en este caso, sus órganos internos. Al observar el interior del animal en clase este contaba con tumores los cuales fueron cuestionados por Rob, preguntando si estos también podían aparecer en humanos y si estos podían ser buscados. Ibn Sina aclaro a Rob que los muertos no podían ser mutilados con fines médicos al morir ya que estos se levantaran por el profeta para regresar a la vida. Al hacer una ronda entre los enfermos con tumores, Rob fue capaz de sentir que uno de los enfermos moriría esa noche con solo tocar su mano, esto hizo que fuera visto de manera burlesca por los demás estudiantes, pero justo al día siguiente este murió tal y como Rob había asegurado. Todos pensaban que solo había sido una coincidencia, pero a alguien le parecía algo fascinante, a Ibn Sina, este puso su mano sobre Rob y lo invito a cenar en su hogar. Rob acudió al recinto de Ibn Sina, un lugar muy intrigante y enorme construida en piedra, cenaron una sencilla pero exquisita cena y al concluir Ibn Sina procedió a interrogarlo acerca de su don, Rob tomo las manos de Ibn Sina y al comentarlo lo lejano que estaba de la muerte, Ibn de igual manera le hizo entender que tenia el mismo don de predecir la muerte, solo que Ibn reconoció la sobre intensidad del don de Rob en comparación a la suya. Con esto Ibn Sina le sugirió a Rob estudiar mas y con toda intensidad a pesar de lo exigente que era, ya que, a pesar de sentir sus ansias de curar, debía demostrar poder con todo reto para así lograr su meta y ser un excelente médico. Al Rob retirarse le pidió en préstamo el libro “los diez tratados del ojo” a Ibn Sina, el cual sonriente y con gusto se lo prestó.

Capítulo 41

La Maidan

A la mañana siguiente se llevo a cabo una recepción en la corte, Rob se encontraba en la sala de las columnas y no reconocía a nadie a excepción de Khuff, Rob cuestiono a este sobre los hombres ricos y engalanados que ahí frente a los tronos estaban, Khuff le respondió pacientemente  aclarándole la existencia de catorce provincias en las que hay quinientos cuarenta y cuatro lugares considerables y que los que estaban ahí eran los mirzes, chawns, sultanes y beglerbegs que gobiernan los principados sobre los que el sha Ala-al-Dawla ejerce dominio. Para rob se volvió algo cotidiano asistir a la sinagoga ya que la observancia religiosa cotidiana era obligatoria para los estudiantes de la madraza, pero para los judíos era permitido asistir a sus propios servicios. Pol las mañanas tenía clases de filosofía y de religión, a las que asistía con determinación y por cursos médicos. Mejoraba sus conocimientos en lengua persa. Con otro de los médicos de nombre Al-Juzjani, el cual era tan sabio como Ibn Sina, le enseño una técnica muy importante pero algo compleja que era tocar al paciente con golpes definidos y breves con la yema de los dedos con el fin de descubrir el mal en la persona escuchando sonidos anormales. Pronto se empezó a familiarizar con las rutinas, pero al igual empezaba sus batallas entre la necesidad de dormir y estudiar. Vendió al burro y mula para no tener que emplear tiempo alimentándolos y así tener tiempo para estudiar más. Debía memorizar el Corán constantemente. Un día al cansarse y no poder estudiar mas huyó hacia la vida nocturna de las Maidans.

Capítulo 42

La diversión del Sha

Rob pasaba una vida solitaria pero ocupada en la ciudad a pesar de estar rodeado de gente, esta muy ocupado estudiando así que nunca notaba su soledad. Lo asignaron a un servicio en el tribunal islámico, cosa que detestaba. Un hombre se revolcaba de dolor y con un muñón en el brazo derecho envuelto e hinchado. Al final Rob fue capaz de curarle el brazo con una mezcla de sándalo, agua de rosas y alcanfor. Al interior del lugar Rob empezó a odiar la justicia musulmana y el tribunal de Qandrasseh. Ibn Sina era muy insistente con la apreciación de la orina, a un nivel inclusive artístico, para Ibn Sina la orina era muy importante ya que provenía del interior del cuerpo, en donde cree, ocurren cosas importantes. Al día siguiente guardias del palacio de Khuff llegaron por Rob llevándolo a casa de Rotun bin Nasr, primo lejano de sha Ala para una demostración de espadachines que esgrimían cimitarras. En el lugar Rob era cuestionado por el sha con la intención de saber quien gobernaba en su lugar de origen, si los hombres eran guerreros, la temperatura, comida, y Rob no hizo mas que complacer al sha respondiéndole todas sus preguntas. En seguida hubo un evento mas como un juego llamado pelota y palo, todos veían el abrupto juego que se realizaba montado en ponys, de pronto hay un accidente y Rob acude al jugador accidentado para ofrecer su ayuda como cirujano barbero y estudiante del Maristan.  De tal modo que el hombre de nobleza quedo disgustado y prefirió la ayuda de Al-Juzjani. Rob se escabullo del lugar y con dificultad regreso a casa, al llegar no hizo mas que cuestionarse del enigma de dicha ciudad, Persia.

Capítulo 43

La comisión medica

Una brillante pero terrible mañana se le informo a Ibn Sina que había estallado un brote de peste en Shiraz, la ciudad mas grande del territorio Anshan. Ibn Sina sin poder creerlo esperaba que imán se equivocara. Ibn Sina sabia que la enfermedad debía ser contenida, ya que la peste pasaba rápido de un ligar a otro, así que mando a un médico con aprendices, siendo Hakim Fadil el jefe. Les dijeron que no se les podía enseñar como combatir la peste, ya que nunca había hecho su aparición, pero les darían un libro con teorías y remedios de un valor escaso, debían prender fogatas de maderas aromáticas y lavarse con vino y vinagre, junto con eso debían tomar nota pormenorizada de todo y dejas notas donde pudieran ser encontradas si algo ocurriese. Emprendieron el viaje montado cada uno en su propio caballo y además un caballo de carga o mula con los implementos y medicamentos necesarios para emprender el viaje. Durante el camino Suleiman y Omar Nivahend, desertaron ya que pensaban que eran muy sabias las palabras de Galeno cundo dijo que el médico debía huir de la plaga para poder seguir curando. Cuando llegaba la hora de descansar leían párrafos del libro de la plaga, había en este libro un sinfín de consejos que en conjunto resultaban inútiles para la desconcertada misión médica. En las aldeas por donde pasaban, había solamente gente sana, llegaron a las ruinas de Persépolis y cerca de ahí encontraron un cuerpo al que dieron sepultura, cuando llegaron a una granja, un comerciante los asecho y les conto que en Shiraz toda la gente estaba pereciendo, y que la peste había sido traída por los Seljucies. El hombre protegía su casa con abundantes provisiones, el jefe Hakim t Abbas decidieron quedarse a compartir la seguridad con el mercader a pesar del rogar de sus compañeros, los cuatro que quedaron, quedaron preocupados y aun con incertidumbre siguieron su camino.

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