TEXTO NARRATIVO. La historia de Javier comienza hace cinco años

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La historia de Javier comienza hace cinco años, él era un chico como cualquier otro, era un hijo rebelde de una familia como cualquier otra, tenía madre cariñosa y un padre muy estricto. Sus padres se la pasaban trabajando para poder mantener los gastos que cada día eran más grandes.

Javier cursaba el tercer año de preparatoria, no era muy aplicado y se sentía solo, tanto en casa como en la escuela. Sus amistades lo orillaron a las drogas, primero con un cigarro de tabaco y poco a poco se fue adentrando en la marihuana, tachas y otras drogas.

La situación se sale de control cuando su profesor de química lo ve drogándose con un plumón en la clase, trata de hablar con él pero Javier se encontraba realmente afectado por las drogas. Llamaron a su padre al trabajo para que recogiera a su hijo.

En cuanto el padre de Javier llegó al colegio, el director le comentó la situación de Javier y que por reglamento quedaba expulsado de la escuela, El padre de Javier enloqueció y sacó a golpes a su hijo y solo le dijo una frase, “¡No quiero volverte a ver!”.

El joven solo corrió y corrió con lágrimas en los ojos, sin rumbo, sin saber qué hacer, era tanto el miedo que le tenía a su padre y la vergüenza lo llevo a huir lejos, muy lejos.

A paso de las horas se dio cuenta que estaba solo, no tenía dinero, ni comida, llovía y solo podía escuchar en su cabeza las palabras de su padre ¡No quiero volverte a ver!”.

Se refugió debajo de un puente de la ciudad a simplemente llorar y ver la lluvia caer, se quedó totalmente dormido temblando de frio. Un muchacho que también era indigente de nombre Samuel se acercó a Javier y se sentó a su lado, no le dijo nada solo lo observo y en cuanto Javier se despertó temblando de frio, Samuel le ofreció un pedazo de su torta de tamal.

Javier tenía miedo y no quiso aceptar la ayuda de Samuel pero se quedó a su lado pues quería compañía. Samuel le preguntó qué era lo qué hacia un chico como el durmiendo en la calle. Y Javi le contó la historia, Samuel le contó la suya que era muy parecida y desde ese instante se hicieron amigos.

Samuel lo llevaba al parque México donde todos los días regalaban comida a los indigentes y le dio un trapo, busco de la basura una botella vacía de refresco y la lleno de agua de la fuente del parque. Javier no tenía idea de lo que su nuevo amigo pretendía y solo hacia todo lo que él le decía.

Fueron a una equina donde paraban los autos a causa de un semáforo, y Samuel saltaba a los parabrisas a limpiarlos por una moneda. Javier lo observó y hacia lo mismo del otro lado del parabrisas. Así conseguían unas monedas y al final de la tarde se sentaron a contarlas.

Javier solo temblaba y sudaba a causa de la abstinencia de las drogas y le suplicaba a su nuevo amigo por un cigarro de marihuana. Samuel se molestó mucho con él y le dijo que no que en las calles no había para esos lujos, así que solo le compro un poco de solvente.

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