Titus y la violencia como un recurso muy común dentro de las historias de ficción

Omar Cordova Ontiveros

Laboratorio de Comunicación Ensayística

Abril 25, 2017

Titus y la violencia como un recurso muy común dentro de las historias de ficción

La violencia, la sangre, la traición, los engaños, la muerte,  la venganza, el poder, la injusticia y el odio son los principales factores dentro de esta obra del año 1999 dirigida Julie Taymor. Este filme es una adaptación de la obra original de Shakespeare titulada Titus Andronicus, una de las primeras piezas del dramaturgo británico y de la cual ha habido gran controversia debido al contenido tan violento que se expone.  

        Ambas obras narran la historia de Titus (Anthony Hopkins, en la película), un general romano que regresa de haber ganado una batalla que duró mucho tiempo. En dicho encuentro el protagonista ha perdido a varios de sus hijos; sin embargo, uno le recuerda que cuando regresan de una batalla en la que ganaron, deben de sacrificar a un prisionero y es entonces cuando Titus decide sacrificar a uno de los hijos de Tamora (Jessica Lange, en la película). Ella suplica para que no maten a su hijo; pero el general cumple con su objetivo. Es entonces cuando Tamora tiene un sentimiento muy fuerte de rencor, el cual la lleva a buscar venganza de cualquier forma posible, pero Titus también sufre, debido a que éste debe de mantener a Roma de pie y funcionando, mientras la historia nos sitúa en un pueblo latino que va en decadencia y que en cualquier momento podría desaparecer. Para Titus el ganar es lo más importante y él quiere ganar a pesar de cualquier circunstancia, porque éste lo ve como una manera de poder defender el honor de su pueblo: como si todos pusieran su confianza en él; por otro lado, tenemos a Tamora, quién no descansará hasta desprestigiar a Titus y hacerlo que pague por la muerte de su hijo.

        Ambos personajes buscan un fin y están dispuestos a pasar por cualquiera para lograr lo que se proponen. Bajo esta condición, podemos analizar que juegan un poco con la idea de justificar sus actos, con lo que significa su objetivo o meta; lo que ocurre entonces, es que existe una muy fuerte presencia de la violencia dentro de la película y por supuesto, también de la obra escrita, pues recordemos que esta pieza de Shakespeare es también una de las más populares debido a su grado contenido de violencia y que por lo mismo, crea mucho interés por parte de los espectadores. Es curioso cómo una obra de 1999 como lo es el largometraje de Taymor, puede estar basada en un texto dramatúrgico de 1593, el cual su historia nos sitúa en un contexto que nos remonta a los últimos años del Imperio Romano (300-400 d.C) y aún así logra que el público del 2000 tenga una conexión con la historia, se relaje, se entretenga y que, al mismo tiempo, pueda generar incluso diversión en algunas personas.

        En la obra de Shakespeare se presenta un alto grado de drama, violencia muchas veces injustificada y cruda, e incluso —como dije antes— un toque ligero de comedia en el que su base son los accidentes o cosas malas que le suceden a los personajes. Estas características son las que Taymor toma en cuenta para poder adaptar la obra al cine y que pueda funcionar como negocio de entretenimiento.         Siendo un poco más puntual, creo que esta película funciona porque las audiencias de hoy en día están acostumbradas a estar expuestas a contenido mediático similar y aunque el público al que se dirige esta película, no vive en un ambiente tan violento como el que se expone en el largometraje (porque no es común que día a día matemos gente o escuchemos que alguien cercano a nosotros mató a otra persona), está acostumbrado ya a este tipo de historias: los videojuegos como Halo o Call of Duty, las películas de acción en las que hay un villano y un héroe, el cual tiene que matar a todos los malos para acabar con el “mal”; los videos musicales con contenido violento que intentan demostrar que la violencia es mala, los libros que se basan en distopías como Divergent o Hunger Games, en los que la única manera de derrotar a un mal gobierno es por medio de las armas; y finalmente, los noticieros que exponen una visión un poco más real acerca de los conflictos a los que, ciertas personas en el mundo, se enfrentan como pueden ser las guerras, asesinatos o asaltos. Es entonces cuando nos parece extraño ver algún tipo de contenido en el cine, en el teatro o en las redes sociales, en el cual éste no solamente se base en actos violentos o de odio, sino que también los muestre, exponiendo así los valores morales por los que se rige la sociedad en la que se sitúe la trama, como por ejemplo la película Precious. No hay nada distinto entre la violencia que vivimos hoy en día, a la que se expone en la película, al final sólo cambian los recursos, los lugares y el fin, pero no los actos en sí.

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