Trabajo
Enviado por anasanchezp • 2 de Octubre de 2015 • Apuntes • 460 Palabras (2 Páginas) • 115 Visitas
Macondo, realismo mágico, letras, nobel, sabiduría y literatura fueron las palabras que más se escucharon en el homenaje, que entre mariposas amarillas, el Instituto Municipal de Cultura y Turismo de Bucaramanga (IMCUT) le hizo a Gabriel García Márquez, el pasado 17 de abril en la conmemoración de 1 año de su fallecimiento.
El evento le dio vida una vez más a Macondo, aquella ciudad imaginaria, fundada en un país imaginario por José Arcadio Buendía y su mujer, ese lugar que con palabras, el nobel de literatura, convirtió en el sitio principal de las obras del realismo mágico.
“El tren hizo una parada en una estación sin pueblo, y poco después pasó frente a la única finca bananera del camino, que tenía el nombre escrito en el portal: Macondo” así nuevamente los asistentes al evento le dieron vida a las obras de García Márquez en la lectura colectiva de fragmentos.
Con la participación activa de los jóvenes y la presencia de Francisco Centeno Osma, director del IMCUT, los bumangueses revivieron a ese hombre que nació en Aracataca (Magdalena), el 6 de marzo de 1927 y que murió a sus 87 años en Ciudad de México.
Gabo aprendió a escribir a los cinco años, en el colegio Montessori de Aracataca, su profesora fue la primera mujer que lo enamoró y fue ella quien le inculcó el gusto por la literatura.
Fue en 1982 cuando un colombiano ganó el premio Nobel de literatura y se convirtió en el mayor exponente del realismo mágico, ese género literario que se preocupaba por mostrar lo irreal o extraño como algo cotidiano y común.
La asistencia de los colombianos a los teatros, los homenajes en la televisión nacional, los múltiples eventos literarios no fueron en vano, García Márquez recibió el nobel “por sus novelas e historias cortas, en las que la fantasía y la realidad se combinan en un mundo rico de imaginación, reflejando la vida y los conflictos de un continente" dijo la academia sueca.
Fue así como la madrugada de ese 21 de octubre los colombianos se sentían orgullosos por el acontecimiento cultural para américa latina y el júbilo de los compatriotas que celebraban el premio como propio.
Así es como quienes tuvieron la dicha de presenciar su discurso, “La soledad de América Latina” en Estocolmo, lo recuerdan; con su traje blanco heredado de su abuelo y su sabiduría al hablar.
Francisco Osma retoma la frase de Salvo Basile para recordarlo “A Gabo no hay que llorarlo, hay que leerlo” y es que sus valiosas obras nunca mueren, aún están vivas, en los corazones de los colombianos, de los que no lo son, de los amantes de la literatura, de sus colegas, indudablemente Gabriel García Márquez no muere porque sus palabras están y estarán presentes en cada uno de los corazones.
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