Uno soñaba que era rey

Ensayo Literario

“Uno soñaba que era rey” de desarrolla en el año de 1984 en la ciudad de México. Inicia con la historia de “Jorge Osuna, alias el Tunas, chavo gandaya de once años, habitante de una vecindad en la colonia Morelos que está en el limbo de los contrastes, en el rechazo de todo lo que son, piensan y sienten sus antagonistas” (pág. 10)

El Tunas se encuentra en una habitación dentro de una gasolinera, en donde se droga principalmente con cemento y Resistol 5000, hasta quedar en un estado agonizante.

Sus amigos son: el Bolillo, el Humos, el Gritos, el Uxpanapan y la Caguamita. Con la que más convive es con la Caguamita, pues son novios. “De encierran desnudos para pasar las tarde reconociendo sus cuerpos todavía verdes para el amor. Hacen como que fornican, como que se penetran, pero el Tunas sólo siente un cosquilleo y a veces algo más, un estremecimiento” (pág. 14)

Damián Pliego es el mejor amigo de Carmen Reséndiz, la madre del Tunas. Ambos se han odiado, pero aún así, Carmen los obliga a saludarse y al Tunas a llamarlo tío.

Carmen, recién casada con Jorge Osuna padre llevaba una vida llenas e remordimiento, pues pensaba que tener relaciones sexuales con su pareja era un pecado, por lo que cada que lo hacía, iba al confesionario a contarle todo al padre, que éste a su vez o seguía del juego para sentirse culpable.

Luego de leer un libro en donde afirmaba que todo lo que le decía el padre era incorrecto, vivió más tranquila. Eso fue desmoronando su matrimonio, pues Jorge era, por así decirlo, un pervertido, pues disfrutaba que Carmen se resistiera. Por lo mismo se buscó otra persona que satisfaciera sus necesidades, terminando con la relación de Carmen.

A pesar de la ruptura siguieron viéndose a escondidas, Jorge siempre abusaba de Carmen, pidiéndole prestado dinero que nunca volvía. Finalmente Carmen decidió no volverlo a ver e inventarle a su hijo que su padre había muerto.

La vida de el Tunas la considero difícil, pues se la pasa rondando por las calles, haciendo maldades a la gente y sus amigos eran igual que él, su grupito de amigos ya era conocido como la pandilla de la colonia.

Existen dos planos que dominan el mundo de la novela: uno representa la dimensión rico/pobre y el otro la del niño/adulto. En el primero el mundo está motivado por la relación entre el poder y el dinero, quien tiene ambas cosas goza de beneficios sociales y políticos; quien no, está sujeto a lo que el poderoso exige. En tanto el mundo del rico está constantemente situado en el enmascaramiento, en el festín; los personajes que conviven en este mundo no son poseedores totales de su libertad pero sí de la de otros, y las competencias llegan a ser por objetos, así “los nacos” son para ellos sólo agentes que permiten la estabilidad emocional y financiera de los ricos. En tanto, el pobre por su parte vive en la urbe, la cotidiana, la que crea el ambiente del que el rico es el espectador. Los sujetos que conviven en ella están enmarcados por lo silencioso.

Se puede decir que la familia del Tunas era de bajos recursos, mientras que la familia de Marcos Vallardes era de los ricos de la colonia. Sin embargo, Marquitos era un niño que estaba maleducado, aprovechaba que su papá tenía armas en el sótano de su casa para amenazar a sus trabajadores

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