8 frases del príncipe de Maquiavelo
Enviado por santesdeanda • 24 de Enero de 2019 • Ensayo • 1.228 Palabras (5 Páginas) • 613 Visitas
EL PRINCIPE
Introducción
“Así como aquellos que dibujan un paisaje se colocan en el llano para apreciar mejor los montes y los lugares altos, y para apreciar mejor el llano escalan los montes, así para conocer bien la naturaleza de los pueblos hay que ser príncipe, y para conocer la de los príncipes hay que pertenecer al pueblo….”
De esta forma iniciare este pretendido ensayo sobre la magnificente obra de Niccolo Di Bernardo Dei Machiavelli, situándome en el llano para poder discurrir sobre los elevados montes y realizar un sencillo análisis de tan magna obra, sobre la cual han comentado las más preclaras mentes filosóficas y políticas de las distintas épocas posteriores a su publicación.
Sin duda una obra que revoluciona el pensamiento político contemporáneo al autor, cuyas directrices han merecido vigencia hasta nuestros días y se han adaptado a las circunstancias diversas en escenarios distintos al de la Italia que se retrata en este compendio.
Desarrollo
La justificación del ejercicio del poder la vamos encontrando en una serie de consejos y ejemplos que a lo largo de los capítulos contenidos vamos descubriendo, donde poco a poco el Príncipe debe ir despojándose de aquellos principios morales religiosos o de cualquier índole que le representen un obstáculo para los fines de su gobierno y los principios sobre los cuales se erigirá el Principado.
Si bien es cierto que el autor se refiere a Principados y Príncipes, podemos en una metáfora igualarlos a nuestros hoy Estados y gobernantes, recordando como dato anexo que el proceso de unificación Italiana se logra hasta la segunda mitad del siglo XIX, por esta razón el contexto contemporáneo del autor nos dibuja a una región dividida en vastos reinos y la existencia de numerosos príncipes, siendo uno de ellos el merecedor de tal obra, y a quien el escritor dedica este compendio como una manera de agradarle tal vez a la espera de los favores que en consecuencia pudiera recibir.
Al hablar de los diversos principados y sus formas de obtenerlos, gobernarlos y mantenerlos el autor refiere una serie de principios que enriquece con las descripciones de los ejemplos conocidos en su tiempo, haciendo un análisis crítico y denotando una animadversión al desempeño de la iglesia que ya desde ese tiempo acumulaba poder terrenal al tiempo que ejercía poder espiritual sobre el mundo conocido de la época.
El uso militar de la fuerza se le representa al príncipe como la única vía para afianzar el ejercicio del poder, siempre y cuando se de este por medio de las armas propias del príncipe y sin depender de fuerzas extranjeras considerando que de presentarse esta situación la permanencia del gobernante estaría a la merced de aquellas fuerzas extrañas. Podríamos decir que este precepto es tan de actualidad ya no por el manejo de fuerzas militares pero si tomando en consideración el uso de otros medios igualmente atemorizante como lo es el manejo de las economías emergentes por parte de las economías dominantes del siglo XXI.
Una política basada en los hechos reales es esgrimida por el autor como el comportamiento para las buenas relaciones entre el príncipe y sus súbditos, esta política desprovista de fantasías y mas enfocada a la verdadera realidad de la naturaleza humana que por ende es tan impregnadas de maldad, volubilidad, ingratitud, ambición y envidia. En medio de estas pasiones propias de la realidad humana el príncipe debe mostrarse como el único capaz de mantener sus talentos y capacidades para que con auxilio de la ley pueda conducir al Estado por buen camino no importando si en ocasiones debe parecer cruel e injusto en sus acciones sin embargo en un mundo que juzga las apariencias se debe buscar por sobre todo la permanencia del Estado y la Libertad, permitiéndose el pecado en aras de tal fin.
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