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A MI MADRE


Enviado por   •  5 de Mayo de 2014  •  701 Palabras (3 Páginas)  •  391 Visitas

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A mi Madre

Zacarías Palacios

Era una figura santa.

Era hecha de cristal:

frágil como violeta y que guardaba un rosal,

cuajado de flores blancas.

Es una imagen sagrada que adorna mi corazón,

y florece mi emoción.

Era un botón de mujer.

Violeta de vergel,

sembraba el hogar de rosas.

Cual heroína ardorosa

esparció a todos su fe

y nos enseñó a creer.

Esta es mi madre bendita

a quien ofrezco caricias

y este sencillo cantar.

Nunca la podré olvidar

Porque me enseñó a aprender,

porque me enseñó a querer,

porque me enseñó a rezar

y también me enseñó a amar

Fue frágil como un cristal,

y fuerte como un coral.

Ven, Madre, a descansar…

Marilina Rébora

Ven, madre, a descansar de todos tus trabajos

hasta el jardín umbroso que cultivo en mis sueños,

a la luz de luciérnagas y áureos escarabajos

y la mágica ayuda de esos seres pequeños,

los gnomos, que se visten con trajes escarlata

y brotan cuando alumbran las primeras estrellas,

que usan zapatitos con hebillas de plata

sin dejar en el musgo la marca de sus huellas.

Cantarán para ti la cigarra y el grillo,

ocultos entre hiedras, glicinas o jazmines.

Y con las hojas muertas haremos un castillo

con muros almenados en oro y amarillo,

hasta que se deshaga por sobre los jardines

(en tanto la cabeza sobre mi hombro inclines).

Cuéntame un cuento Madre…

Marilina Rébora

Madre: cuéntame un cuento de ésos que se relatan

de un curioso enanito o de una audaz sirena;

tantos que de los genios maravillosos tratan.

Esas lindas historias que conoces. ¡Sé buena!

Dime de caballeros que a princesas rescatan

del dominio de monstruos —dragón, buitre, ballena—;

donde nadie se muere y los hombres no matan,

historias en países que no saben de pena.

Cuéntame un cuento, madre, que me quiero dormir

escuchando tu voz, asido de tu mano;

como Hansel y Gretel, seré en sueños tu hermano,

aunque en sombra andaremos tras de la misma senda

y escribiremos juntos nuestra propia leyenda,

y, tal vez, como chicos, dejarás de sufrir.

Madre

María Dolores Ouro Agromartín

Madre,

¿quién conoce su valor

hasta que se pierde?

Madre,

Preciosas letras que,

Percibiendo el cariño y ternura,

Balbucea el bebé.

Madre,

Tú siempre ahí,

Tus desvelos,

Tus angustias,

Tus noches de insomnio

Parecieran cobrar el precio

De los días de ensueño,

Pero tu amor sin límites

No pone tiempo al sufrimiento.

Madre,

Siempre dispuesta,

Siempre amante,

Un apoyo constante,

Cerca y lejos,

Siempre

...

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