ARGUMENTO DE LA CELESTINA

ARGUMENTO DE LA CELESTINA:

Calisto ve a Melibea en su huerto, ya que iba tras un cuervo. Queda maravillado con la belleza de esta mujer y comienza a hablarle, hecho que considera Melibea de grosería y le pide a Calisto que se vaya.

Al llegar a su casa no hace otra cosa que pensar en la belleza de esta mujer, y comienza a hablarle a su criado Sempronio sobre ella; le pregunta que le parece y le comenta de su inmenso amor por ella. Su criado comienza a preocuparse al ver a su amo en tal estado y se pregunta a sí mismo ¿Qué debe hacer? ¿Dejar a su amo penando de amor, o ayudarle a sacarse a la amada Melibea de la cabeza? En un principio comienza éste a hablarle de lo malo que sería en su caso el amor, le dice que no debe dejarse vencer de tal mujer, ya que él es un señor que viene de buena familia y por tanto buena crianza, que le sería fácil luchar en contra de ese mal amor. Pero su amo quedo tan anonadado con Melibea que le dice a Sempronio lo difícil que es para él sacársela de la cabeza o siquiera no pensar en ella, pues desde que la vio en aquel huerto ella se ha convertido en su dios, en su ama. Sempronio se preocupa aún más por la situación de su amo y decide ir en busca de una vieja amiga suya que según él tendría la cura para el mal de amor que aqueja a su amo. Va entonces en busca de ésta.

Al haber llegado a casa de Celestina (la vieja amiga), Sempronio encuentra a su amada Elicia que se hacía llamar hija de Celestina, esta le reprocha el no haber ido por tres días, pero Sempronio evade el tema ya que a quien necesita es a Celestina. Le pide entonces a Celestina que lo acompañe a casa de su amo, y por el camino le va contando de qué se queja Calisto.

Llegan entonces a casa de Calisto y antes de haber entrado Pármeno otro de los criados de Calisto los ve en la puerta y avisa a su amo quien viene a visitarlos, y comienza a hablarle de Celestina, que dice él conocerla y también a sus malas andanzas y brujerías.  Pero tal es el afán de Calisto de ver a quien sería su salvación que dice a Pármeno que dejase de decir tonterías y abriera la puerta. Sempronio y Celestina escuchan a Pármeno diciendo cosas a su amo y se preocupan de que no los deje hacer el trabajo, así que entrando Celestina en casa habla con él y le convence de que se alié con ella y Sempronio y que luego se dividirían los bienes obtenidos entre los 3 y promete ayudarle con la amada de él, Areúsa, así que Pármeno acepta, pero no queda convencido de las palabras de Celestina.

Sempronio presenta a Calisto y Celestina, y de inmediato comienzan a hablar del mal de Calisto, Celestina por medio de sus calumniosas palabras dice a Calisto que le ayudará a combatir su mal y promete que al siguiente día traerá buenas noticias sobre Melibea. Calisto decide darle en pago 10 monedas de oro.

Al día siguiente va Celestina a casa de Melibea y finge ir a vender hilo a la señora de la casa, quien a la llegada de Celestina debe irse a donde su hermana enferma, dejando así a Celestina a solas con Melibea, hecho que Celestina agradece en silencio, pues en realidad fue a casa de Melibea a hablarle a ésta de Calisto.

Comienza entonces Celestina a hablarle a Melibea de Calisto, a lo que Melibea en un principio se reúsa y pide a Celestina que calle, pero Celestina sigue hablando, y le dice a Melibea que Calisto sufre de dolor de muela y que necesita algo que pertenezca a Melibea y una oración hecha por ella. A Melibea se le hace rara la petición de Celestina, pero le es de agrado que sus palabras y su cordón sirvan para aliviar el dolor de un humano, así que accede a entregarle el cordón a Celestina y le pide que torne a su casa al día siguiente por la oración pues debe primero hacerla.

Celestina va a casa de Calisto a contarle lo ocurrido en casa de la amada Melibea. Calisto queda maravillado con el trabajo de Celestina y entregándole ésta el cordón comienza él a desvariar con dicho objeto, tratándolo como a una persona, y acariciándolo como si fuera la propia Melibea a quien tuviera en brazos, pero Celestina le pide que le devuelva el cordón ya que con tanto alago podría desgastarse, y se va a su casa dejando ya más tranquilo a Calisto.

En la mañana, estando Celestina en casa llega Lucrecia, criada de Melibea, y le pide que por favor vaya a la casa de Pleberio a escondidas, pues dice que Melibea está quejándose de un mal que nunca antes había sentido, y que ha estado quitándole el sueño y el hambre, a lo que Celestina accede y sale a casa de Melibea. Al llegar a la casa Celestina le pregunta a Melibea qué es lo que siente, a lo que Melibea responde que es algo nunca antes sucedido, un dolor en el corazón y que no deja de pensar en Calisto y que el tanto pensar le ha quitado el apetito y el sueño, le pide a Celestina que le diga cuál es la cura a su mal; a lo que Celestina para sacar provecho de esto le dice que es necesario que vea a su amado, para así curar su mal. Acuerdan entonces una cita para esa noche a la media noche en la puerta de rejas de casa de Melibea.

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