Analisis De La Dicotomia De Realidad - Ficción En Marianela

La “Realidad – Ficción” son temas dicotómicos recurrentes en la obra “Marianela”. No obstante, este es reflejado con mayor intensidad en los capítulos VI, VII, XIII y XIV. La realidad es representado por Pablo, quien tiene una idea objetiva concepción del mundo, a pesar de no conocer tangiblemente (es ciego); en contraste, Nela es el espejo de la ficción, pues ella cree en lo místico y lo sobre natural.

La función del capítulo XIII es mostrar principalmente la dicotomía presente en un solo personaje: Nela. Ella, mediante las pausa narrativas, es calificada como un ser en donde domina lo sentimentalismo y la fascinación de lo maravilloso que cree en los poderes sobrenaturales, y que ve en los objetos de la Naturaleza personalidades humanas. Además, tiene ideas erróneas acerca de la religión: “La figura de Dios representábasele terrible y ceñida, más propia de infundir respeto que cariño” (p. 121), esto le provocaba una confusión “entre las bellezas de la Naturaleza y… todos los elementos estéticos de la idea cristiana” (p. 121). Incluso fascina que cree ver a la Virgen María, quien es realmente Florentina, la prima de Pablo: “Allí estaba, dentro de un marco de verdura, la Virgen María Inmaculada, con su propia cara, sus propio ojos…” (p. 127). Todo ello es el producto de su poca educación, ya que no le permite tener una idea acertada de la realidad. Por el contrario, a través de los monólogos, ella demuestra que cuenta con un sentido de realidad cuando construye su auto concepto: “Madre de Dios y mía, ¿Por qué no me hiciste hermosa?... Mientras más me miro más fea me encuentro. ¿Para qué estoy en el mundo?, ¿para qué sirvo?” (p. 122). Ello muestra que ella es consciente de su falta de gracia y que su frágil cuerpo no le permite estar capacitada para desarrollar con las tareas de la mina. Las pausas narrativas construyen a Nela como un ser fantasioso; mientras que a través de los monólogos ella prueba es consciente de la realidad en la que vive. Esto genera un conflicto entre como la califican los otros personajes desde una perspectiva externa (pausa narrativa) contra como ella se identifica desde una perspectiva interna (monólogos).

El capítulo XX es el reflejo de la temática de la realidad representado por Pablo. Esto se da porque él, mediante la operación, recobra la vista y puede observar como es realmente el mundo que habita, permitiéndole tener una idea más objetiva de ella: “Las imágenes entraban en su cerebro violenta y atropelladamente… veía los objetos y personas que le rodeaban…” (p. 181). Como consecuencia de ello, mediante un discurso directo, él reconoce lo que significa la verdadera belleza: “En mi prima… Yo no tenía idea de una hermosura semejante” (p. 183) o “Este soy yo… Por vida mía, que no soy feo” (p. 185). Esto prueba que Pablo ha salido de la falsa realidad en la que vivía: “yo no lo podía creer; pero después

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