Analisis Del Cuento Arroz Con Habichuela
Enviado por mei2011 • 23 de Octubre de 2012 • 1.155 Palabras (5 Páginas) • 24.269 Visitas
Análisis de cuento Historia de arroz con habichuelas de Ana Lydia Vega
Ana Lydia Vega ha mantenido una postura ideológica que le ha valido el respeto de lectores y críticos, Su literatura es caracterizada ya que oscila siempre entre la ironía, el sarcasmo y el humor. En Historia de arroz con habichuelas, incluye personajes alegóricos en torno a la gastronomía puertorriqueña como elemento básico de la cultura, presentando un hecho histórico de lucha por la supervivencia de la identidad nacional. En las propias palabras de la autora: “Yo, realmente, quisiera ser escritora, punto. Pero al ser puertorriqueña y como en Puerto Rico hay una tradición de escritores de orientación política, y es la tradición dominante, ser escritora puertorriqueña significa asumir esa tradición de militancia para tratar de transformarla en arte, lo cual no es imposible, pero no es fácil.”[1]
La obra se ubica dentro de un escenario culinario donde los personajes se enfrentan en una tremenda batalla contra los representantes de España. “Durante la primera mitad de los años ochenta, Puerto Rico pasó por un período de estancamiento económico que llevó a una mayor intervención por parte de los EE.UU., y en este marco de crisis económica y reflexión histórica, aparece este cuento como agregado a la colección premiada, en el cual se sintetizan quinientos años del proceso cultural y racial de la nación puertorriqueña en tránsito a su conversión como Estado Libre Asociado.’’ [1]
En Historia de arroz con habichuelas encontramos un escenario culinario en donde los personajes, elementos básicos de la dieta puertorriqueña, se enfrenta en una batalla metafórica encabezada por Habichuelas, que se enfrenta a don Arroz y don Pollo como representantes de España con la colonización.
El cuento tiene cuatro personajes principales, tres de ellos son alegóricos. Arroz, representante español, de “perfil gallego”, “jinchura de Ateneo”, “de castiza blancura” (133), “Don Arroz, como exigía que se le llamara en la cocina” (134). Solitario, se llevaba bien con Don Pollo. Habichuelas, el rey de la “salsa colorada”, formando el bayú con el resto de los actores: Jamón, Tocino, Ajo, Cebolla, Pimiento y Calabaza (133). Nunca le faltaba compañía, todo el mundo quería “mojar en esa salsa que reunía lo mejor de la alacena’’ (134). Jordó: “largo y flaco como La Pelona”, “colorao jinchote como carne viva después de una quemadura” (135), que a su llegada a la cocina lo instalan a vivir en un “apartamento con aire acondicionado” (136), privilegio reservado para el intruso ya que el resto comparte la calurosa despensa, como si el intruso fuera mejor que los demás. Ña Jesusa, la dueña de la fonda, “tenía otra cabeza”, “no respetaba ni santos ni ideologías” (134), único personaje cuyas acciones no se enfrentan con los demás de manera consciente, su autoridad como dueña la ubica en un plano superior donde pude imponer la convivencia de enemigos sin verse directamente afectada por la controversia que los aqueja.
En la Fonda Feliz se vive una tensión, una resistencia perenne a la combinación de Arroz con Habichuelas, piezas claves del plato principal de la fonda. La rutinaria batalla y el que si te vi ni te conozco se ve alterada con la llegada de un foráneo y su acompañante que viene a usurpar el sitial de la combinación estelar. Venciendo sus mutuas repulsiones, los enemigos establecen una alianza contra el enemigo común para desplazarlo y recuperar
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