Analisis el almohadon de plumas

Formación de Lectores: literatura y lectura académica

Alumna: Analía Soledad Perez

Para empezar a conocernos

 Intente identificarse con un animalector, a partir de esta zooclasificación y explique brevemente su identificación

     No podría identificarme sólo con uno. Con los textos académicos me esfuerzo para ser una lectora hormiga, trato de ser constante y sistemática, ser ordenada y leer todos los días. Con la lectura recreativa, soy definitivamente una lectora langosta, pero con algo de pez y un poco de mariposa. Puedo estar leyendo varios libros a la vez, si alguna frase me recuerda a otro libro, lo busco y leo esa parte, o el libro entero. Suelo leer dos o tres veces el mismo libro, o si no me atrapa, dejarlo por la mitad.

¿Cómo elige lo que decide leer? ¿Cuáles son sus criterios de selección?

     Siempre hablando de lectura recreativa, no tengo una forma determinada de elección. Creo más allá de una elección mía, el libro me elige a mí. No elijo conscientemente, a veces influye mi estado de ánimo. Puede que un libro me llame la atención por su autor, por una recomendación, por su estilo o por su género. Puedo pasar de Stephen King a Tolkien, entreteniéndome en el medio con García Márquez, llorar un rato con el Portuga, o maravillarme con los dulces cronopios. Al leer varios libros a la vez, mi selección no es muy exigente. Espero que el libro me sorprenda. Leo todo lo que pase por mis manos, a veces los dejo por la mitad porque no me atrapa, y puedo continuar desde ese punto meses después, o puedo leer todo de una vez porque me es imposible dejarlo.

     Nunca reparé en métodos de selección porque constantemente estoy leyendo. Quizás porque de niña prefería leer a ver televisión, la lectura me llevó a recitar como un loro romanceros españoles a quien quiera (o no) escucharme, a enamorarme de Vinicius en portugués, a hacer carne los desamores de Alfonsina Storni, y cuando ya no había nada más para leer, ni siquiera novelitas rosas de Corin Tellado, estuve una semana leyendo un diccionario.  

     Con respecto al género, los únicos que no me atraen son los escritos por periodistas con poder político y las novelas románticas, esas novelas rosas con finales trillados y predecibles.

     Me cuesta mucho leer en medios electrónicos. Para mí la lectura por placer incluye también al papel, su olor, la encuadernación, la edición. Los libros no son sólo letras formando palabras que cuentan una historia. Son invitaciones a mundos, a la posibilidad de viajar sin salir de casa, a enamorarse de los personajes, llorar por sus partidas y desamores… también a la sensación de pérdida y vacío cuando se termina.

“Ahora pasa que las tortugas son grandes admiradoras de la velocidad, como es natural. Las esperanzas lo saben, y no se preocupan. Los famas lo saben, y se burlan. Los cronopios lo saben, y cada vez que encuentran una tortuga, sacan la caja de tizas de colores y sobre la redonda pizarra de la tortuga dibujan una golondrina.”

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