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Análisis: “Aquí está bien” de Daniel Alarcón


Enviado por   •  14 de Noviembre de 2016  •  Tarea  •  1.806 Palabras (8 Páginas)  •  614 Visitas

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Análisis:

“Aquí está bien” de Daniel Alarcón

La crónica está compuesta por 5 partes, distribuidas de la siguiente manera:

Introducción de la situación y el hecho en sí: desde “El hombre estaba sentado solo [...]” hasta “Esto había sucedido hacía apenas poco más de una hora”. El autor nos introduce los personajes principales ( el y un hombre joven); y nos presenta inmediatamente el hilo conductor de narración, el suceso que le aconteció a ese hombre que acababa de encontrar.

Reacción al hecho: “Lo escuche horrorizado” hasta “Si, dijo. No sonó muy seguro”. El narrador se encuentra frente una situación ante la cual quiere ayudar, pero en realidad no hay mucho que puede ofrecer sino su empatía y un trayecto en carro. En esta parte hay un gran sentimiento de incomodidad, tanto del narrador como del pasajero.

Experiencia personal del autor en U.S.A: “Más tarde me di cuenta que habría algunos consejos que le podría haber ofrecido[...]” hasta “[...]he vivido en los Estados Unidos toda mi vida”. Viajes, estadías, trayectos que el autor realizó y a través de los cuales comienza su reflexión de cómo o cuál hubiese sido un mejor consejo para aquel hombre desconocido con una experiencia traumática.

Realidad de los Estados Unidos, “Melting Pot”: Condición norteamericana llena de matices y colores, un país que no solo representa un estructura sino numerosas estructuras provenientes de todas partes del mundo. Estado heterogéneo, donde cada quien aporta su grano de arena. Va desde “ Y aun así, si aquel hombre me hubiera preguntado[...]” hasta “Estos cincuenta estados podrán estar habitados por norteamericanos,[...]”

Reflexión final: El autor nos habla de la situación actual y sumado a la realidad de los dos países (Estados Unidos, México), nos presenta una reflexión, una visión. “No sabia como decirle todo esto[...]” hasta “Así es como el mundo reivindica su territorio, una vista, un panorama por vez”

El autor utiliza numerosos recursos y figuras retóricas para darnos a conocer su argumentación. Se puede comenzar hablando por la paronomasia, la palabra solo (sólo) al principio de la narración, que nos proporciona el sentimiento de soledad, de escasez de tiempo o momento. Es un juego para posicionarnos en el rol del hombre joven que

se encuentra ahora solo en Estados Unidos, su realidad, y la soledad del narrador en el momento preciso del hecho y en el tiempo.

Alarcon entonces juega con la temporalidad del relato. Nos encontramos en el presente, más hay flashback de su vida y de su experiencia, o comparaciones, entre lo que se convirtió en el futuro de ese presente narrativo como se observa en la siguiente frase “[...]de calles que llegue a conocer 6 años más tarde”. El autor utiliza el diálogo para situarnos en el universo mental en el que se está llevando a cabo la acción, primero con la historia del joven trabajador y el gigante americano y luego las pocas intervenciones o pocas palabras intercambiadas entre los personajes principales.

En la segunda parte, se habla de la situación dramática del hombre y como el narrador pretende ayudarlo con sus pocos recursos. Se nos da el contexto geográfico, la descripción de los Estados Unidos que a los ojos de un desconocido todo el paisaje es monótono: “Cada cuadra me parecía la misma, cada edificio una réplica del que estaba al lado”. A la actitud de decepción del joven trabajador se encuentra la inmensas ganas de ayudar del autor, más en el momento preciso en que transcurre el hecho este se encuentra sin saber qué hacer. Por lo tanto luego de la partida del joven, se comienza toda una reflexión de que hubiese sido una mejor opción para ayudarlo: comienza una enumeración de hipótesis de lo que había pasado, así como también consejos de como para adelante de ese mal trecho vivido. De este modo, Alarcon incluye toda su experiencia de inmigrante en los Estados Unidos, todas sus vivencias a través de los años en ese gran país de las cuales fue aprendiendo y llenándose de cosas.

“Vivía tan cerca de la frontera que manejaba a México para que me cortaran el cabello y tan lejos de ahí que recibía miradas raras de los comerciantes blancos, quienes me seguían cuando estaba en sus tiendas temiendo que les robara algo”. Había vivido en su época el racismo, la discriminación, pero también había vivido la alegría que puede brindar el país, no solo se quedo en una visión sino que fue avanzando, tanto a través de su vida como a través de los Estados Unidos. Introduce figuras como la anáfora: “Donde quiera que vayas en Estados Unidos, no importa cuan lejos vayas, verás el resto del mundo. Donde quiera que vayas, si observas, encontrarás un lugar al cual pertenecer”; para continuar esta idea de que no hay un solo punto de vida, un mismo enunciado que nos abre dos posibilidades. Asimismo, utiliza un hipérbaton seguido de una enumeración para exaltar el sentimiento de gigante descomunal que representa esa “América” indomable en la que viven, respectivamente: “Cincuenta enormes, ridículamente desmedidos estados” y “Un país de esteroides; una nación multilingüe, multicultural narcotizada con dosis cuasi mortales de televisión y dulces y dinero y [...]”

El autor realiza por lo tanto un introspección de su vida sumandolo a la vivencia de ese joven trabajador y nos propone una réplica de esperanza. A veces pasamos por

etapas más duras que otras, pero no es por esto que hay que dejar de luchar. No desea

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