Análisis de minificción a través de la intertextulidad
Enviado por kevokevo • 6 de Septiembre de 2018 • Trabajo • 3.199 Palabras (13 Páginas) • 128 Visitas
Minificción
En el presente trabajo se analizarán cuatro minificciones, realizando dos análisis textuales y dos intertextuales, con base en los elementos y estrategias de interpretación propuestos en el libro: Cuento y minificción, intertextualidad y hermenéutica; del Doctor Armando Balcázar Orozco.
Análisis textual
Se analizará la siguiente minificción de Alfonso Pedraza (2001):
Eutanasia para mi cuento
Fin.
Comprensión del texto:
Eutanasia: Acto de provocar intencionadamente la muerte de una persona que padece una enfermedad incurable para evitar que sufra.
Fin: Momento en el que deja de existir, ocurrir o hacerse una cosa. Interrupción o cese de un proceso o de la existencia de algo.
Interpretación del texto:
Esta minificción está constituida por una palabra. El título se compone de un sustantivo femenino (eutanasia) que indica un proceso intencional que se lleva a cabo para dar muerte sin sufrimiento, una preposición (para), un adjetivo posesivo (mi) y un nombre masculino (cuento) que hace referencia a la narración breve, oral o escrita, en la que se cuenta una historia de ficción, con un reducido número de personajes, una intriga poco desarrollada y un clímax y desenlace final rápidos. El texto está configurado en dos secuencias: La primera es todo lo que pasó antes del “fin” y la segunda constituye el mismo “fin o final” del cuento. No existe una relación entre el principio, el cual se desconoce y el final, ya que se desconoce por completo la historia, por tanto existe una intriga en cuanto a que no se cuenta el inicio y sólo se anuncia la terminación de toda la historia, sin explicaciones. Se deduce que la voz narrativa es intradiegética o protagonista, por lo que anuncia el título: Eutanasia para mi cuento, como ya se mencionó la eutanasia es un procedimiento intencional para dar muerte o fin, dicho proceso sólo lo puede llevar a cabo la persona que tenga el derecho legal para autorizarlo o denegarlo y como se plasma explícitamente: …para mi cuento; el objeto sobre el que recae la eutanasia le pertenece al narrador y solamente éste posee la capacidad de realizar este método de cesación de la vida. Hay dos personajes principales: El narrador, dueño del cuento y el cuento, no se puede determinar exactamente sus personalidades o rasgos, pero se manifiesta que el cuento “Sufría o carecía” de algo para tener una “buena vida” y que a su dueño no le quedó más opción que darle descanso eterno. Dada la premisa anterior se podría interpretar que el cuento es una representación de la vida del narrador, ya que se le otorga una característica de algo vivo, que por ende puede morir. Por tanto podría entenderse que se está hablando de un suicidio. El lenguaje es figurado y simbólico, hay ironía en el momento en que se ha referido al cuento como un ser vivo que puede sentir dolor y fallecer. En el lenguaje podemos encontrar un juego conceptual polisémico en la palabra eutanasia y cuento, ya que el primero se puede interpretar como un proceso intencional para dar una muerte indolora y como un suicidio; debido a la relación que se encuentra en ambos términos y en la segunda debido a que se puede tomar como el concepto clásico del cuento: Historia breve o como una representación de la vida del narrador. No existe un grado de precisión del espacio físico, no hay determinación del ambiente material, por tanto es un espacio indefinido, lo mismo puede decirse del tiempo; no hay una referencia específica. Hay una verosimilitud causal, pero no lógica, porque la secuencia narrativa no está determinada por completo, ya que sólo se establece el final de la historia, pero no el inicio y los motivos que desencadenaron el fin, sin embargo “Todo final tiene un principio” y por cuestión de lógica, se establece esta verosimilitud de causa-efecto, tomando todo lo que ocurrió antes como causa y la “muerte o fin” como efecto. Puede existir una dimensión histórica del cronotopo bajtiniano porque las categorías espacio-temporales se funden; la acción se puede suscitar en cualquier lugar y momento. El sentido es alegórico, metafórico e irónico, ya que un cuento no puede ser un ser vivo y por ende no se puede aplicar a él un proceso como la eutanasia. El final puede ser cerrado, a pesar de que existe una intriga acerca de todo lo que antecede a la “muerte” del cuento, no hay más después, ya que la muerte es algo definitivo. Pero, de igual forma puede ser epifánico y abierto, porque hay una muerte y el lector se queda con la intriga de qué ocurrió antes, pero también porque en esta minificción ultracorta se pueden proponer diversas interpretaciones. Puede considerarse un relato moderno.
Se analizará la siguiente minificción de Richard Densmore (2001):
Dulces sueños
- ¿Ya lo ves hijo? No hay nada –dijo el padre levantándose–. Te lo dije, ahora a dormir.
Así el pequeño, tras convencerse de que no había niños acechando bajo su cama, cerró sus tres ojitos y se quedó dormido.
Comprensión del texto:
Dulces. Que es como el del azúcar, la miel o ciertas frutas maduras.
Sueños. Estado de reposo en que se encuentra la persona o el animal que está durmiendo. Deseo o necesidad de dormir.
Interpretación del texto:
Esta minificción está constituida por 40 palabras. El título está compuesto por un adjetivo (dulces) que cumple la función de oxímoron y un nombre masculino (sueños) que indica un estado de reposo de alguien que se encuentra durmiendo. El título sugiere un momento y situación específicos. El texto está configurado por cuatro secuencias: La primera donde el padre está agachado revisando bajo la cama y le dice a su hijo que no hay nada debajo y le ordena dormir. La segunda es donde el hijo se convence de lo que dijo el padre y la tercera es cuando se queda dormido. Existe una relación entre el principio y el final de la historia, ya que alude a la típica historia del niño que llama a sus padres, a la hora de dormir, para asegurarse que no haya algo bajo su cama y una vez que los padres lo confirman es un hecho obvio que el final es que el hijo se convenza y se duerma. Existe una intriga de predestinación en cuanto que al inicio se anuncia lo que posiblemente pasará al final, la duda de si hay algo o no bajo la cama detona dos posibilidades, que efectivamente no hay nada o que sí hay algo pero el padre no lo logra ver. La voz narrativa es extradiegética u omnisciente, porque sabe lo que pasa en el relato y en la mente del hijo: “…el pequeño, tras convencerse de que no había niños acechando…”, hay una perspectiva externa a la acción en un tono de parodia y de ironía. El personaje principal es el hijo, que se podría decir es un monstruo y los secundarios el padre y el niño, que no aparece, pero se menciona y es una pieza clave del cuento, ya que el miedo del hijo a éste es lo que detona la historia. Los personajes son planos porque son estereotipos; el hijo que se asusta a la hora de dormir, el padre que revisa bajo la cama y ese algo o alguien que asusta al hijo, pero no son estereotipos porque en este relato los papeles se invierte, ya que el monstruo, que es el que normalmente asusta y está bajo la cama, cumple con la función del niño que se asusta porque hay un monstruo en su cuarto y viceversa. El lenguaje es figurado con los personajes, hay ironía y parodia. Existe un grado medio de precisión del espacio físico, ya que se puede deducir que se encuentran en la habitación del hijo, se determina el ambiente material al mencionar la cama y del tiempo se puede establecer que es de noche, pero no hay una determinación específica de estos elementos. Hay un tiempo secuencial y una verosimilitud causal y lógica, porque la secuencia narrativa está determinada, por la escena típica del niño asustado, el papá revisando que no hay nada y una vez que el niño queda conforme lógicamente va a dormir. El género es fantástico y la modalidad irónica y paródica, tanto porque el hijo es un monstruo que le tiene miedo a los niños y debido a que se está haciendo alusión y deformando, pero conservando su escencia, una escena clásica. El sentido es irónico y paródico. El final es cerrado, ya que se aclara que no hay niños bajo la cama, lo cual logra tranquilizar al hijo y lo hace dormir, por tanto se resuelve la trama principal planteada en esta minificción ultracorta.
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