Análisis del cuento del cuento la bella durmiente del bosque
Enviado por nianacap • 9 de Noviembre de 2020 • Biografía • 867 Palabras (4 Páginas) • 860 Visitas
Unidad Educativa
Instituto Experimental
Simón Bolívar
Apucito
Autor: Dana Abou
La Bella Durmiente del bosque
Análisis del cuento del cuento la bella durmiente del bosque :
Introducción: La literatura comunica sensaciones a través de la palabra.
En el siguiente se visualizara como las definiciones de la literatura aluden el arte de utilizar la lengua y sus recursos con un fin estético.
Todo radica en las funciones de las palabras.
Musical: en su versión televisiva donde grupos melódicos utilizan la rima para enviar un mensaje de alegría a la audiencia en el cuento de la bella durmiente.
Érase una vez un Rey y una Reina que estaban tan afligidos por no tener hijos, tan afligidos, que no hay palabras para expresarlo. Fueron a todas las aguas termales del mundo; votos, peregrinaciones, pequeñas devociones, todo lo pusieron en práctica, sin que sirviera de nada.
En cuanto al análisis afectivo En este párrafo se puede evidenciar como figura retórica hipérbole o exageración
Sin embargo, la reina quedó, por fin embarazada y dio a luz una niña. Hicieron un hermoso bautizo; eligieron para madrinas de la Princesita a todas las hadas que pudieron encontrar en el país (se encontraron siete), para que cada una de ellas, al concederle un don, como era costumbre entre las hadas de aquel tiempo, tuviera la Princesa todas las perfecciones imaginables.
En este párrafo se puede evidenciar una paradoja que es una antítesis que produce un efecto absurdo
Después de las ceremonias del bautizo, todos los invitados volvieron al palacio del rey, donde se celebraba un gran festín para las hadas. Delante de cada una de ellas colocaron un magnífico cubierto, en un estuche de oro macizo, donde había una cuchara, un tenedor y un cuchillo de oro fino, guarnecido con diamantes y rubíes. Pero, cuando cada uno se estaba sentando a la mesa, vieron entrar a un hada vieja, a quien no habían invitado, porque hacía más de cincuenta años que no salía de una torre, y la creían muerta o encantada.
El Rey ordenó que le pusieran un cubierto, pero no hubo manera de darle un estuche de oro macizo como a las demás, pues sólo se habían mandado hacer siete, para las siete hadas. La vieja creyó que la despreciaban y murmuró amenazas entre dientes. Una de las hadas jóvenes, que se hallaba a su lado, la escuchó y, pensando que pudiera depararle a la Princesita algún don enojoso, en cuanto se levantaron de la mesa, fue a esconderse detrás de las cortinas, para hablar la última y poder así reparar en lo posible el mal que la vieja hubiese hecho. Entretanto, las hadas comenzaron a conceder sus dones a la Princesa. La más joven le otorgó el don de ser la persona más bella del mundo; la siguiente, el de tener el alma de un ángel; la tercera, el de mostrar una gracia admirable en todo lo que hiciera; la cuarta, el de bailar a las mil maravillas; la quinta, el de cantar como un ruiseñor, y la sexta, el de tocar con toda perfección cualquier clase de instrumento musicale. Al llegar el turno a la vieja hada, ésta dijo, sacudiendo la cabeza, más por despecho que por vejez, que la Princesa se pincharía la mano con un huso, y que a consecuencia de eso moriría. Este don terrible hizo estremecerse a todos los invitados y no hubo nadie que no llorara.
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