BOQUITAS PINTADAS
Enviado por mellamoralf99 • 20 de Abril de 2013 • 858 Palabras (4 Páginas) • 698 Visitas
Boquitas pintadas, de Manuel Puig fue publicada en 1969 por la editorial Sudamericana. Como en su novela anterior, La traición de Rita Hayworth, Puig habla de su pueblo, General Villegas, provincia de Buenos Aires (Coronel Vallejos en la ficción) contando sus trivialidades, sus pequeños mundos, sus hablas pueriles y ubicando la historia en un espacio de tiempo que va desde el año 1934 hasta 1968. El título hace referencia a un fox trot, Rubias de New York, que Gardel cantaba en una película de 1934, El tango en Broadway. Boquitas pintadas es una novela en forma de folletín que habla de los amores, las mezquindades y las pequeñas miserias de los habitantes de un pueblo a través de la historia de los amoríos provincianos de Juan Carlos Etchepare, un galán de los años treinta marcado por el estigma de la tuberculosis, con tres mujeres: Mabel, una maestra, Nené , la dependienta y Elsa, una viuda del lugar. Todo ello en medio de entretelones y pasiones de todo tipo. El relato abarca varias décadas, desde 1934 a 1968 y está dividida en dos partes -Boquitas pintadas de rojo carmesí y Boquitas azules, violáceas, negras- que, desde el mismo significado del título, se contraponen para sugerir una especie de búsqueda del tiempo perdido, un vano intento de la memoria para imponer el recuerdo de las alegrías vividas por encima del abandono y las desdichas. Comienza con un aviso necrológico, que da cuenta de la muerte de Juan Carlos Etchepare, el galán del folletín. Su muerte está registrada en una revista mensual de la localidad de Coronel Vallejos. Las palabras encubren la verdad. No es otra cosa esa serie de adjetivos de alabanza que son expresiones hechas, lenguaje de ocasión. La novela nos va a revelar la otra verdad, Juan Carlos tuvo una vida trivial y carente de profundidad que no merece ese elogio. Nené se ha casado con un hombre que no ama y vive en Buenos Aires. A través de una revista de su pueblo se entera de la muerte de Juan Carlos Etchepare, su gran amor de la juventud. Comida por la nostalgia y por lo que pudo haber sido, escribe cartas a la madre de Juan Carlos en las que cuenta su vida desdichada y las razones por las cuales el amor con su hijo se vio truncado. Estas cartas son interceptadas por Celina, la hermana de Juan Carlos. Celina, la “villana” del folletín, es quien suplanta a la madre y le contesta. Finalmente manda al marido esa correspondencia en la que Nené declara que Juan Carlos fue su gran amor y que está casada pero no es feliz y que odia a su esposo. La actitud de Celina se entiende en la medida que ella cree que la causante de la enfermedad de su hermano es Nené que lo retenía en la puerta de su casa hasta altas horas de la noche.
Juan Carlos era una especie de galán de pueblo, mujeriego y jugador empedernido que, víctima de la tuberculosis -una enfermedad incurable en la época- lo llevó a infructuosas curaciones en un sanatorio de Córdoba, como se estilaba en la época. Juan
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