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Enviado por naibaf2011 • 21 de Junio de 2012 • 479 Palabras (2 Páginas) • 753 Visitas
SOLSTICIO SE CELEBRA CON MÚSICA Y COLOR
Las coquetas huasicamas, los controversiales Diablos Huma y los inquietos arichuchos rebotaban alegres por el Parque Central Tres de Noviembre, en Cayambe; como parte del pregón por las Fiestas de San Pedro y el Sol, en la Mitad del Mundo, que se festejó el pasado viernes ante cerca de 3 000 espectadores.
Las calles Bolívar, Terán, Rocafuerte y Sucre se llenaron de alegría al ver las ostentosas comparsas que desfilaban al son de la música del pueblo, mientras los payasos, con sus gigantescos overoles, entregaban vino, puntas y aguardiente "para calentar la nochecita ", según comentó uno de los vecinos del Barrio San Nicolás.
Cayambe es visitada durante las fiestas de San Juan, Inti Raymi o cambio de solsticio, que inician el 21 de junio y culminan a principios de julio con las fiestas de San Pedro, San Pablo y las octavas.
Este homenaje tiene algo más, "es una mezcla de las raíces indígenas y las mestizas", explicó Julio Torres, escritor cayambeño.
Durante el pregón, los ciudadanos no perdieron la oportunidad de hacer un buen negocio, pero tampoco de rescatar las costumbres. Por eso, una de las preciosas huarmis (mujer aborigen) aprovechó la oportunidad para entregar al alcalde Diego Bonifaz un "copetudo" gallo gris, como símbolo ancestral para atraer la buena cosecha. (GCA)
Con la celebración de esta fiesta, que ocurre cada 21 o 22 de diciembre, según el taita cañarí José Naula, se agradece al sol, porque empieza el renacimiento de un nuevo día, la época de invierno y de la siembra.
Fiesta
Ayer en la Plaza Cívica, taitas y mamas, celebraron con una ceremonia ancestral, el Solsticio de Invierno.
En medio del Curikancha, lugar sagrado para las ceremonias, se trazó la cruz andina, con pétalos de flores y semillas. Alrededor del Curikancha se colocaron frutas y panes.
El taita cuencano Yacu Samay, después de la explicación a los asistentes sobre los elementos simbólicos dentro del Curikancha; saludó a la Pachamama, tierra; pidió respeto para ella y agradeció al sol.
Sonidos ancestrales ejecutados con un violín, churos y tambores, por el grupo de música Gualalcay, dieron vida a la ceremonia.
Crítica.-La ceremonia del Solsticio de Invierno efectuada ayer recibió la crítica del taita José Naula. Él explica que las frutas y los panes no corresponden a la celebración. “Estos elementos se usan en el Killa Raymi, en septiembre”, añade.
Para Naula, la fiesta se celebra con pétalos de flores, agua o chicha sagrada y cada uno de los taitas debe ir al centro de la cruza andina, como símbolo de jerarquía.
El taita Yacu Samay con la representación simbólica del Curikancha agradeció y pidió perdón a la Pachamama “por no tratarla bien”.
La fiesta “para el pueblo indígena representa el carnaval
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