COLA DE LAGARTIJA
Enviado por natividad1972 • 25 de Marzo de 2013 • 558 Palabras (3 Páginas) • 523 Visitas
Cola de Lagartija
Luisa Valenzuela
De la escritora Luisa Valenzuela, Buenos Aires (1967), se recoge esta obra híbrida y punzante que nos transporta a una realidad tangible y áspera vivida por el pueblo argentino durante el periodo conocido como “La guerra Sucia”. El Brujo, protagonista de la historia, es a la vez encarnación del mal y la violencia, son sus actos, manifestaciones puras de la locura, enraizada en cada fragmento en que se expresa por medio de un trágico discurso, denotando un afán de dominio y destrucción absoluto.
El Brujo, ser cuasi omnipotente que pretende doninarlo todo, ordena desde el anonimato, orquesta, planea, hace temblar, entremezclando elementos de hechicería y represión. Es ésta la recreación transfigurada, que como obra maestra se logra en la novela al describir a José López Rega, mano derecha de Juan Domingo Perón, paradójico secretario de Bienestar Social (1973) y creador de la Alianza Anticomunista Argentina (también conocida como la Triple A), uno de los primeros escuadrones de la muerte que se formó en ese país en los años 70.
La novela está estructurada en tres capítulos en los que de manera intensa se nos introduce a las tinieblas creadas por El Brujo, andrógino ensoberbecido en la magnificiencia de sus tres testículos, instrumento de su autoreproducción, mítica representación de superioridad respecto al colectivo que subyuga. Por la historia desfilan también las figuras directamente veladas del general Perón, “El Generalismo” y “La Muerta”, Eva Perón, de quien el Brujo corta un dedo para rendirle culto y seguir fanatizando a sus súbditos.
Cola de Lagartija, el látigo, personifica la violencia, lanza las embestidas de ponzoña que la maldad del brujo no se guarda en esconder. En esta pieza se van entrelazando tres historias: la historia de un niño abandonado y marginado, hombre monstruo, imagen portadora del miedo que en acto de contricción es recojido por La Machi, de quien aprendió las artes de la magia y a la que después asesina sin remordimiento alguno, la recreada por cada lector, estremecido, viendo correr la destrucción, el infierno, los muertos y la de la narradora, testificando en primera persona:
“Yo, Luisa Valenzuela, juro por la presente intentar hacer algo, meterme en lo posible, entrar de cabeza, consciente de lo poco que se puede hacer en todo esto pero con ganas de manejar al menos un hilito y asumir la responsabilidad de la historia. No la historia de la humanidad sino esta mínima historia del brujo que se me está, yendo de las manos, acaparada por el que fue guri de la Laguna Trim, un lugar tan preciso, cartografiado, convertido ahora en el difuso e inhallable Reino de la Laguna Negra, con él, el brujo, de Señor y Amo. Ya va extendiendo sus límites y espera invadirnos a todos después de haberme invadido a mí en mi reino, el imaginario. Porque ahora sé
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