CUENTO INEDITO LAS TRAVESURAS DE MI HERMANO PELUDO

Un día nuestra vida cambió. Después de años de pedirle a mi mamá una mascota, ella aceptó un perrito en la familia. Nuestro perrito se llama Fox, es un precioso Springel Spaniel o Cocker Inglés, pero no ha sido toda una aventura convivir con sus travesuras.

Recuerdo una mañana antes de ir al colegio, mi hermana y yo habíamos dejado entrar a mi perro Fox a la casa, ya que estaba llorando. Como era tarde, corrimos a cambiarnos el uniforme, dejando a Fox en la cocina. Cuando regresamos para tomar desayuno, sorprendimos a Fox lamiendo la mantequilla. ¡Horror!. Entonces rápidamente lo sacamos al jardín para que mamá no se diera cuenta. Al probar la mantequilla sabía raro, imagino que era a lengua de perro. Entonces para que mamá no sospechara nada, hicimos una promesa de hacer nosotras mismas nuestros panes para no comer mantequilla todo el mes. Cuando nos preguntaban porque no comíamos, decíamos que estábamos a dieta. No sé si mamá nos creyó, pero la idea dio resultado.

Unos días después, las travesuras continuaron, Fox empujó la puerta y entró a mi habitación, se subió a mi cama, jaló sigilosamente un peluche parecido a él y lo empezó a morder. Al ver que abrí la puerta, cogió el peluche y se escondió debajo de la cama. Cuando me fui, dejé la puerta abierta, y él salió corriendo. Cuando regresé a mi habitación, noté que mi peluche regalón no estaba en su lugar, al principio el primer sospechoso era mi hermano chico, pero después me di cuenta que el único culpable era Fox, mi mascota.

Fox es un perro travieso pero súper inteligente. Un fin de semana, cuando mamá aspiraba toda la casa, Fox entró silenciosamente a la habitación de mis papás, nunca lo dejamos subirse a las camas, porque deja todo lleno de pelos blancos, así que al mínimo descuido se sube y se queda dormido. Como la tele estaba encendida y papá dormitaba en la cama, Fox se acomodó al lado de papá, nadie se dio cuenta, además les cuento que Fox ronca, la verdad al escucharlo parece cualquier cosa excepto un perro. Cuando le tocó aspirar su habitación, mamá vió a Fox y lo hechó de un grito: ¡Fox! ¡Sale de aquí en este instante! El pobre Fox estaba casi sonámbulo, escuchó el grito y en un dos por tres ya no estaba.

Podría decirse que todos los días pasan cosas divertidas con mi mascota, pero lejos la mejor fue una noche que estaba resolviendo una guía de inglés. Me dirigí hacia el computador a buscar unas palabras que no entendía y entonces mi hermana me hizo una broma, claro que con la ayuda de Fox. Ella juntó dos sillas frente al computador, justamente debajo de ellas Fox dormía plácidamente. Ingenua, me senté para hacer mi tarea, y justo mi hermana dijo: Fox ¡Ya ven!. En ese instante Fox se levantó, empujo un silla, y yo en el piso muerta de la risa por la caída y con puros lengüetazos de mi hermano peludo Fox, en la cara.

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